Siempre san Agustín ha constituido un referente en mí. Lo conocí hace muchísimos años -junto con santa Teresa- y siempre me ha fascinado. Su modo de escribir (y de predicar) es genial porque en una frase, bien construida, elegante, lanza reflexiones hondas sobre el Misterio. De hecho, hay algunos libros de máximas y pensamientos que siempre son una ayuda y una orientación.
Pero me ha determinado ofrecer algunas frases que nos acompañen y nos ayuden a orar y pensar el hecho de que un buen amigo y comentarista en este blog, Miserere mei Domine, ha recopilado unas cuantas y le estaba dando difusión. Algunas de ellas no las conocía (o no los recordaba, si tal vez las hubiera leído). Pongámonos a la escucha de un verdadero Maestro:
¿Quién es el que no avanza? Quien se cree sabio; quien dice: "Me basta con lo que soy"... (San Agustín, Serm. 306 B, 2).
Amad a la Iglesia, permaneced en la Iglesia, sed vosotros la Iglesia. (San Agustín)
Todo el que cree, piensa. Porque la fe, si lo que cree no se piensa, es nula. (San Agustín)
Cuando rezamos hablamos con Dios, pero cuando leemos [las Sagradas Escrituras] es Dios quien habla con nosotros. (San Agustín)
El hombre no reza para dar a Dios una orientación, sino para orientarse debidamente a sí mismo. (San Agustín)
«Creo para comprender y comprendo para creer mejor» (Sermón 43,7,9)
"Cuanto más perfecto es el conocimiento tanto más perfecto es el amor (San Agustín - Sobre el Espíritu y la Letra, 36,64)
"Las cosas las veo, pero a él no lo veo". Para que vieras esas cosas te dio los ojos del cuerpo; para que lo vieras a él te dio la mente (San Agustín, Sermón 197).
"No ignoro que cuando se nos manda amar a Dios con todo el corazón, no se refiere a la víscera oculta bajo las costillas, sino a la potencia o facultad productora de nuestros pensamientos" (San Agustín, Naturaleza y origen del alma 4,6,7)
Me parece que todo se podría sintetizar en dos palabras: amor (amor a Dios en la Iglesia, amor total) y mente (la razón que conoce, que busca conocer y se deja iluminar por la fe para conocerlo todo). Porque esa es la síntesis: fe y razón, contemplación-amor y teología con un deseo de poseer a Aquél que antes, previamente, gratuitamente, se nos dio.
Espero que los comentarios (¡muchos!), después de saborear las palabras de san Agustín, nos enriquezcan a todos.
Todas me parecen guiadas por las manos de Nuestro Dios y Señor, pero ésta en particular nos hace ver sus misterios y maravillas.
ResponderEliminar"Las cosas las veo, pero a él no lo veo". Para que vieras esas cosas te dio los ojos del cuerpo; para que lo vieras a él te dio la mente".
Verdaderamente la mente son los ojos del alma y con ella podemos poner la mirada en el mismo centro de ella y verlo a Él y hablar con Él y amarlo a Él. Así el complemento de uno con el otro es perfecto. Y es que con Dios tienes la felicidad en tus manos y en el corazón.
Feliz domingo, D. Javier.
ResponderEliminarAmad a la Iglesia, permaneced en la Iglesia, sed vosotros la Iglesia.Vale como oración para la 6ª jornada de oración por la unidad de los cristianos.¿no?
ResponderEliminarUn abrazo, bueno domingo... espero su bendición Padre Javier
Capuchino de silos:
ResponderEliminarIgualmente. Feliz domingo (Espero que mejor que el que estoy viviendo: con dolor de cabeza agobiante)
Claudio:
Digamos que sí. Eso del "ecumenismo" no puede nunca significar "sincretismo", "irenismo": todo da igual hagamos un consenso partiendo de cero.
Dirá san Agustín: La medida en que poseemos el Espíritu Santo es la medida de nuestro amor a la Iglesia. ¡¡Casi nada!!
Don Javier, cuídese ese dolor de cabeza y tómese la tensión, vaya al médico o lo que haga falta, que los sacerdotes jóvenes son un tesoro para la Iglesia que hay que cuidar mucho.
ResponderEliminarYo he comenzado varias veces a leer las Confesiones y no he conseguido acabarlas porque el tipo de lenguaje usado no me atrae nada.
Pero recuerdo que me llamaron la atención algunas frases que también las copié aparte para tenerlas más a mano.
Sus obras completas también están en la red y es magnífico que sean tan accesibles y sin ningún desembolso. A ver cuándo me animo a continuar.
Porque esa es la síntesis: fe y razón, contemplación-amor y teología con un deseo de poseer a Aquél que antes, previamente, gratuitamente, se nos dio.
ResponderEliminarHabla el esposo, Jesucristo, a su esposa, la Iglesia:
Me robaste el corazón,
hermana mía, esposa,
me robaste el corazón.
¡Qué hermosos tus amores!
la fragancia de tus perfumes
más que todos los bálsamos de amor.
Miel destilan tus labios, esposa mía, hermana,
miel y leche debajo de tu lengua.
La fragancia de tus vestidos es la fragancia del Líbano, esposa mía.
¡Más sabrosos tus amores son que el vino!.
Ct. 4, 9-11.´
¿Cómo no rendirse a este Amor?...Busqué el Amor del alma mía, lo busqué sin encontrarlo.
Encontré el Amor de mi vida lo he abrazado y no lo dejaré jamás...
Gracias por vuestro interés y preocupación. Me arrepiento de haber puesto lo del dolor de cabeza, pero no ha llegado esta vez a ser migraña (hace años que no me dan): era el nublado, tensión-estrés y agotamiento, nada que no quitase el dormir un buen rato.
ResponderEliminaraprendiz:
Ha de conseguir leer las Confesiones. Exceptuando tal vez el libro dedicado a la meditación sobre el tiempo, lo demás es asequible y enjundioso. Mezcla la narración de lo vivido, con reflexiones sobre su biografía y plegarias a Dios. Es un estilo apasionante. Yo tuve por costumbre leerlas una vez al año (desde hace 4 ó 5 años lo dejé, pero leo cosas sueltas). Es, simplemente, maravilloso e imprescindible.
Desde Sevilla:
ResponderEliminarAsí es cómo se interpreta todo (tal como Vd. señalaba en la monición): DICE Jesucristo A SU ESPOSA, LA IGLESIA. Asi es todo.
La teología busca entender en cierto modo ese amor de Cristo, el porqué, su alcance y busca analizar la respuesta de la Iglesia, su esponsalidad, su entrega y misión.
Encantado que mi breve serie de frases de San Agustín le gustaran e inspiraran. San Agustín es pozo sin fondo de breves referencias, meditaciones, indicaciones que nos hace pensar. A mi me encanta leer alguna por la mañana y estar el día meditando su profundidad.
ResponderEliminarMañana lunes, Dios mediante, seguiré con la serie :) He estado unos días liado con una comunicación a un congreso internacional, que me ha hecho sudar de lo lindo :S
Dios le bendiga y le cuide :)
Yo no sé ciertamente cómo andará la cosa postconciliar pero cualquiera que use un Breviarium Romanum no reformado podrá disfrutar de san Agustín en versión original. Como escritor es genial.
ResponderEliminarValga como ejemplo la lectura del II Nocturno de la Vigilia de la Epifanía:
"Peccavit homo, et factus est reus:
natus es homo Deus, ut liberaretur reus.
Homo igitur cecidit, sed Deus descendit.
Cecidit homo miserabiliter, descendit Deus misericorditer.
Cecidit homo per superbiam, descendit Deus cum gratia."
Este tipo de paralelismos miseria del hombre/amor de Dios, son extremadamente didácticos. Y como en el post también se menciona a santa Teresa, pues vayatambién algo de ella muy conocido:
"Mas consideremos que la abeja no deja de salir a volar para traer flores; así el alma en el propio conocimiento, créame y vuele algunas veces a considerar la grandeza y majestad de su Dios.
Mirando su grandeza, acudamos a nuestra bajeza; y mirando su limpieza, veremos nuestra suciedad; considerando su humildad, veremos cuán lejos estamos de ser humildes."