martes, 2 de agosto de 2011

Ante el apostolado: "Yo no sirvo..."

Ante el apostolado que se presenta o la indicación de alguien que nos sugiere un encargo concreto, hay una tentación que es la incapacidad. Puede ser verdad que en ocasiones nos indiquen un apostolado para el que no clarísimamente no servimos, pero otras muchas veces es una sutil tentación. Es la tentación de la incapacidad. "Yo no sirvo". 

¿Cuántas y cuántas veces el corazón dice "yo no sirvo, yo no valgo"? ¿Por qué no? "La humildad es la verdad": en el reconocimiento de los que uno es y de lo que uno vale, conocedor asimismo de su flaqueza, debilidad y miseria, se esconde el tesoro de la gracia, en vaso de barro. Cada cristiano es, pues, un vaso de barro. Y, en su fragilidad, es llamado por el Señor.

La excusa de la incapacidad proviene del espíritu de soberbia, como si el apostolado debiese sus frutos o logros a los grandes talentos del cristiano; es creer que el "éxito" depende de nuestros tesoros, de nuestros grandes méritos o cualidades. Sin embargo, Dios, en su misericordia, llama a cada uno desde su propia fragilidad: cuenta con cada uno como él es. Nada proviene de nosotros: el apóstol es instrumento y receptáculo de la gracia que comunica a los demás. De ahí proviene su grandeza, del reconocimiento humilde del propio ser y dejar a Dios ser Dios.


    El Maligno nos dirá que somos incapaces, y, de fondo, crecerá el espíritu de soberbia. Tan sólo nos resta confiar en que el Señor actuará por medio nuestro, poniendo nosotros lo mejor de nosotros mismos.

    Nosotros, prácticamente cada día, estamos bajo la tentación de desconfiar de la eficacia de nuestro apostolado, debido a la evidencia de nuestras fragilidades y miserias. todos cargamos con nuestro propio "aguijón de la carne", que nuestra vanidad y orgullo cree incompatible con el poder del Espíritu que opera en nosotros. El día que llegamos a aceptar que Dios se sirve -y necesita- de nuestras debilidades e incompetencias para ejercer su poder como protagonista del apostolado, a fin de que nadie se engría sino en el Señor, ese día comenzamos a ser verdaderamente apóstoles y a poner nuestra confianza en Dios. El Señor de la gracia no necesita instrumentos "superdotados", sino seguidores que reconocen humildemente su propia pequeñez, y que confían en el poder de Dios que se revela en ella.

Con humildad, afrontemos la tarea encomendada. Recemos mucho encomendando al Señor el apostolado y sus frutos. Y por nuestra parte, hagamos todo lo que esté en nuestra mano para hacerlo bien, con delicadeza, con entrega y sacrificio, y además, en la medida de lo posible, capacitándonos siempre más y mejor para desarrollar bien el trabajo apostólico.

9 comentarios:

  1. Ahi me tiene a mi.....que soy lanzada y las bofetadas son tremendas D Javier.....pero le pido el santo Celo al Señor cada dia y me empuja con serenidad y Alegria de Espiritu.....dar la Vida con Alegria y sin dejar de confiar en Su Amor que es el que me mueve...

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  2. Javier tu entrada de hoy me viene como anillo al dedo para un nuevo proyecto de evangelización que hace tiempo sentia que el Señor me pedia y yo me negaba. Precisamente diciendo eso mismo que no podia, que no valia oara ello. Que a mi no me gustan los niños, ni casi los mios, en fin... El paso lo di despues de un rosario y he abierto el blog de caracter infantil pero con su fondo bien definido religioso. Te agradeceria que pasaras por él y me des tu opinión y algún que otro consejo que agradeceré. Tambien si te parece bien, darlo a conocer entre los pequeños de tu parroquia o los papas con niños pequeños.
    Este es su enlace:http://pequesypecas.blogspot.com/
    Ruego que receis todos por mi para poder servir al Señor y a su anuncio de salvación desde este nuevo proyecto que inicio con ilusión, miedo y confianza en que Jesucristo pondrá los medios para que yo pueda con ello.
    Buen dia para todos.

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  3. Buenos días don Javier."Dios, en su misericordia, llama a cada uno desde su propia fragilidad: cuenta con cada uno como él es." Me emocionó y llena de confianza, basta que seamos coherentes viviendo lo que oímos y aprendemos aquí.Un abrazo.

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  4. Ciertamente nos hace falta oración y docilidad a la voluntad de Dios. Tal como indica D. Javier, no todos valemos para las mismas actividades, pero quizás haga falta probar antes que dar un paso atrás.

    Un abrazo en el Señor a todos, que Dios les bendiga. :)

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  5. Por petición de nuestro párroco, mi marido y yo estamos en el grupo de cursillos prematrimoniales y es cierto que la tentación de la incapacidad es muy fuerte ( no te la quitas de encima así como así )como también la desconfianza en la eficacia del apostolado, la vanidad , el miedo a hacer el ridículo , el orgullo, la soberbia , etc . Solo cabe confiar en Dios , en la asistencia del Espiritu Santo , rezar y prepararse todo lo posible por que tienes enfrente a personas hechas y derechas a las que no conoces y no te va a dar tiempo a conocer de verdad y con situaciones personales y de fé muy distintas . En fin..., Mento rezo por ti , por tu proyecto de pequesypecas , bueno y por todos vosotros que aunque el verano nos cambia nuestras rutinas , debemos seguir en ello

    Un abrazo


    Maria M.

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  6. Gosspi:

    ¡Hacía tiempo que no venía por aquí!

    Hay que pedir al Señor que nos asista y hasta que nos empuje. Pero no confundamos eso con la vehemencia que a veces ponemos, un pelín de cabezonería, que puede destruir el apostolado forzando más de la cuenta a los demás.

    Mento:

    Genial iniciativa. Me alegro mucho y seguro que dará fruto.

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  7. NIP:

    Me emocionó su comentario cuando lo leí esta mañana. ¿Basta con seguir lo que se aprende aquí? A mí me gustaría que eso fuera este blog, una referencia sólida para todo. Y de verdad que para eso escribo, y eso le pido al Señor ya que fue Él el que puso en marcha esta aventura (¿o locura?)

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  8. Miserere:

    Dios -y la Iglesia debería hacerlo- suele inclinar a uno u otro apostolado, según las inclinaciones naturales de la persona, sus aptitudes, sus capacidades. Por nuestra parte, tenemos que descubrirlas, claro, y a veces probar para verificar si esto es lo mío o no. Lo malo es ser forzado para hacer algo para lo que uno ni es capaz ni tiene aptitud alguna, por mucha obediencia que le eche al asunto.

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  9. María M.:

    ¡ha vuelto! Un cordial saludo para Vd. y para su marido "virtual". Y lo califico así porque sabemos que existe, que lee el blog con Vd., pero no escribe. Pues saludos también para él.

    Señala un dato que no es indiferente: por parte de cada uno, debe prepararse suficientemente para el apostolado. No basta la improvisación ni el iluminismo de pensar que ya el Espíritu Santo lo hace todo y nosotros nos dejamos llevar pasivamente. Hemos de ser buenos instrumentos y prepararnos convenientemente.

    Junto a la preparación y capacitación doctrinal, la oración: oración para contemplar y meditar, oración para pedir que el Espíritu nos asista y oración por aquellos que van a ser receptores de nuestro apostolado.

    Pax.

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