lunes, 28 de mayo de 2012

Sencillo tiempo ordinario

Pasada la gloriosa cincuentena pascual, volvemos a la normalidad, a la cotidianeidad.

La liturgia recobra la sencillez de la santificación cotidiana, de la glorificación de Dios, del ofrecimiento con Cristo, de la escucha de la Palabra.

El cirio pascual ya no está junto al ambón, ardiendo, sino que ha sido llevado al baptisterio, para que los nuevos bautizados reciban allí su cirio encendido.

El exorno floral ya no es la exuberancia de todos y cada uno de los cincuenta días pascuales, sino la discreción floral.

El blanco (o el dorado) de paños litúrgicos y de las vestiduras sacerdotales (casulla y estola), pasa a ser el verde.

* Si durante toda la cincuentena pascual, cada día, se empleó el saludo aconsejado para este tiempo ("El Dios de la vida que resucitó a Jesucristo rompiendo las ataduras de la muerte, esté con vosotros"), ahora el saludo sacerdotal ya es otro ("El Señor esté con vosotros", "La gracia y la paz de parte de Dios Padre..."). 

* Si el acto penitencial era la fórmula tercera ("Tú que... Señor, ten piedad"), ahora es preferible la segunda fórmula, más breve ("Señor, ten miserocirdoia de nosotros. Porque hemos pecado contra ti..."). 
* Si durante la cincuentena pascual, cuando no había canto, se pronunció en voz alta las fórmulas de presentación de la oblata "Bendito seas Señor, Dios del universo", una mayor sencillez aconseja ahora, en el tiempo ordinario, recitarlas siempre en silencio.

* Si se rezó el Canon romano -¡ojalá!- cada día de Pascua, ahora se pasa a emplear, por ejemplo, la más breve y estructurada plegaria eucarística II.
 

El leccionario ferial nos ayuda a una contemplación muy amplia de los libros bíblicos. La primera lectura será una lectura semicontinua de libros del Antiguo Testamento y de cartas apostólicas; por su parte, el evangelio seguirá la lectura continua de los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo, Lucas). 

Y cada domingo es nuestra fiesta primordial, día del Señor, iluminando el tiempo y la semana que inaugura.

Sólo si la cincuentena pascual ha sido mimada y cuidada litúrgicamente (en flores, cantos, luces, Canon romano, etc.), se podrá percibir que ha sido un tiempo singular y único, y ahora volvemos a la sencillez de lo cotidiano donde somos santificados.

14 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Volver a "la sencillez de lo cotidiano donde somos santificados" eleva el ánimo para el trabajo tras el divino derramamiento del fin de fiesta de ayer.Un abrazo.

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    1. Terminar cincuenta días de fiesta deja un regusto extraño. Me da un pelín de pena.

      Ya la liturgia se vuelve sencillísima, como sencillísima es nuestra vida (no estamos de fiesta y solemnidad cada jornada, claro). Hoy mismo ya he celebrado y espero que se note que hemos cambiado el tiempo litúrgico y el grado de fiesta. Me ha durado mucho menos la Misa... Espero que aquellos (o aquellas más bien) que siempre les parece larga la Misa, ahora se callen.

      ¡Seamos santos!

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  2. Para los cristianos cada día en el tiempo ordinario tiene también un sentido cristológico, por ejemplo la mañana trae el recuerdo de la Resurrección, la hora de tercia (8:00 o 9:00) recuerda al Espíritu Santo, la hora de sexta (11:00 o 12:00) la Ascensión, la de nona (14:00 o 15:00) la Crucifixión y muerte del Señor, la de vísperas (tras la puesta del sol) la Cena y la noche (antes del descanso nocturno)la espera escatológica del Señor ¡Oramos incesantemente!

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Sobre todo el eje Laudes y Vísperas; una como memoria de la resurrección al amanecer, otra la mirada escatológica al Señor que vendrá glorioso, Luz sin ocaso.

      Oramos incesantemente. Es que la Iglesia es por su naturaleza orante, Societas Spiritus, y ora siempre haciendo memoria del Señor.

      Un saludo, in Domino

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  3. Tiene razón, D. Javier, pero el Espíritu Santo no deja de repartir sus dones y sus gracias. ¡Que nos lleve de la mano siempre!

    Muy feliz día a todos.

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    1. Eso desde luego, Capuchino.

      La acción del Espíritu Santo es constate, y no se limita al "recuerdo" memorial del día de Pentecostés.

      La liturgia, toda liturgia, es obra del Espíritu Santo, y a Él pertenecen nuestra oración y nuestra vida de santidad.

      La liturgia siempre tiene presente al Espíritu; baste recordar las dos epíclesis de la plegaria eucarística: una sobre el pan y el vino para convertirlos en el Cuerpo y Sangre del Señor, otra sobre los participantes para convertirlos en Cuerpo de Cristo.

      Feliz día!!!

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  4. Me encanta que nos introduzca de esta manera en el nuevo Tiempo Litúrgico, considero muy importante que notemos esos cambios y usted nos facilita esa observación.
    Ayer Domingo coincidí en la iglesia con uno de mis alumnos mayorcitos (9 años), se acercó luego de la comunión a saludarme y me comentó: "Profe el Padre está vestido de rojo como nos dijiste en clase".En realidad les indiqué que llevaría "casulla" roja, pero usted entiende, para que se expresen apropiadamente con verme una hora a la semana no es suficiente : ) Con esos pequeños detalles los niños se van interesando en cómo celebramos nuestra fe. Gracias Padre Javier.
    Felíz Semana para todos.

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    1. ánimo con esa educación en la fe. Las maestras católicas podéis hacer mucho si educáis bien, en lugar -como se hace tanto por Europa- de dedicarse a las generalidades: "la paz", "la ecología", "la solidaridad", "los valores"... Se trata de enseñar bien nuestra fe, nuestra religión.

      Un gran abrazo!!

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  5. !Que bella es la vida cristiana si la vivimos liturgicamente. solo de este modo la vida tiene sentido y nos da ánimo de vivr. La vida en Dios es un lirio. ojála todo el mundo cubriera este secreto. Gracias padre por su iluminacion que nos da siempre. Que tenga un buen día.

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    1. Gracias.

      La vida cristiana es litúrgica. En la liturgia bebemos el espíritu cristiano. La liturgia es maestra de vida espiritual.

      Un saludo cordial

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  6. Gracias Julia Mª por indicarnos la correspondencia de las diferentes horas litúrgicas. Sólo conocía la de los laudes y la hora de nona por aquello de: Se cubrieron de luto los montes
    a la hora de nona.
    Me ha gustado que en tercia se recuerde especialmente al Espíritu Santo pues fue a esa hora cuando ocurrió Pentecostés.

    Don Javier, ¿cuál es la segunda epíclesis sobre los fieles?

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    1. Segunda epíclesis (pero sin gesto de imposición de manos), después de la consagración:


      "te pedimos humildemente que el Espíritu Santo congregue en la unidad a cuantos participamos del Cuerpo y Sangre de Cristo. Acuérdate, Señor, de tu Iglesia..." (Pleg. euc. II).

      "para que fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, y llenos de su Espíritu, formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu" (Pleg. euc. III).

      "Dirige tu mirada sobre esta Víctima que tú mismo has preparado a tu Iglesia, y concede a cuantos compartimos este pan y este cáliz, que, congregados en un solo cuerpo por el Espíritu Santo, seamos en Cristo víctima viva para alabanza de tu gloria" (Pleg. euc. IV).

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  7. Siempre se echa de menos la tensión que conlleva la celebración cercana. Ahora toca un tiempo relajado, en donde los calores nos predisponen a profundizar en lo sencillo y hasta contemplativo. Cierto que el tiempo ordinario es menos llamativo, pero podemos encontrar en el, un camino de espiritualidad especial.

    Me tomo la libertad de recordar el compromiso de orar unos por otros. En concreto me gustaría proponerles una oración por una amiga de Argentina que necesita un empujoncito de ánimo para que vuelva a integrarse en su comunidad y liberarse de ciertos temores. Dios lo quiera.

    Un abrazo en el Señor :)

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    1. Es verdad, Miserere, pero nadie puede vivir siempre en tensión espiritual, en entusiasmo. Necesitamos la alternancia.

      Es bueno que recuerde el propósito de orar unos por otros, que es una condición de vida de este blog. Incluimos y encomendamos a su amiga argentina.

      Un abrazo

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