miércoles, 9 de mayo de 2012

Abogados que se santifican

También los abogados se pueden santificar en el ejercicio de su profesión... porque su vocación debe ser la Verdad y la justicia.

Y aunque no sea un campo especialmente fácil, el ejercicio de la abogacía -como toda otra profesión y trabajo- es un campo de santidad, un modo ordinario de vivir la santidad.


No seré yo quien escriba o imparta esta catequesis, y más aún cuando algunos de vosotros trabajáis en estos campos del Derecho y similares, sino el papa Pablo VI, en un discurso que -como os dije- encontré hace poco.

Para los abogados, letrados y demás, espero que sea una ayuda; para todos los demás, sea un ejemplo de cómo una actividad concreta puede ser camino de santificación y a imagen de la abogacía, cualquier otra profesión.


"Vuestra actividad, en cuanto desarrolla una relación de colaboración directa con la administración de justicia, tiene una importancia fundamental en la vida de la colectividad, porque justamente coopera al fin altísimo de salvaguardar los derechos de los ciudadanos, y de garantizar el ordenado desarrollo de la sociedad en a libertad y en la justicia para todos.


Está claro que, cuando prestáis al cliente la asistencia de vuestra competencia jurídica, este servicio requiere de vosotros dotes no comunes, y una seria y concienzuda preparación. Se trata, en efecto, de aplicar normas abstractas de las leyes a casos concretos de la vida humana, teniendo en cuenta todas las circunstancias materiales y psicológicas; y de hacer surgir la verdad de testimonios y documentos frecuentemente discordantes entre sí. Arte grande éste que supone rigor lógico, cultura vasta y profunda, talento oratorio, experiencia y capacidad de penetrar en los más íntimos y diversos aspectos de la vida el hombre. No en balde desde la antigüedad la profesión forense no ha cesado de ofrecer elementos particularmente cualificados para los más altos cargos públicos.


El talento no basta para la profesión de abogado

El talento, sin embargo, no puede ser una cualidad suficiente para una profesión que exige continuamente la firme y honesta defensa de lo justo y de lo verdadero. Si la justicia “es reina y señora de todas las virtudes”, como ya la concibió la sabiduría pagana (Cicerón, De Oficiis, 3,6), vuestra actividad deberá estar caracterizada por un asiduo y vigilante compromiso moral e inspirarse constantemente en aquellos principios éticos que tienen, en el orden objetivo de la ley divina, natural y positiva, no menos que en la conciencia subjetiva, su consistencia, y que confieren a la norma jurídica, además de su “ratio iuris”, estabilidad y valor social.

Por este motivo, deber esencial de vuestra profesión es el culto a la verdad, presupuesto fundamental para el mantenimiento de la justicia. Deber éste particularmente difícil en el empleo dialéctico y casuístico de la legalidad, especialmente cuando se trata de defender a un acusado o de mitigar el rigor de la ley con relación al culpable.

En tal caso será conveniente recordar que todo ordenamiento jurídico, por perfecto que sea, no podrá abarcar jamás en sus formas restringidas la inmensa complejidad de la realidad humana y social que aspira a regular. Por ello el abogado, aun manteniéndose fiel a la verdad y a las normas del derecho positivo, dirigirá su mirada más allá de los confines de la ley escrita y de la justicia humana, para inspirarse en la divina, ideal de toda perfección, que Jesús Redentor ha compendiado en el amor de Dios y del prójimo. Por esta causa vuestro trabajo en la búsqueda de la justicia y de la equidad deberá ser vivificado siempre por la ley suprema del amor. Cuando el derecho y la justicia se inspiran en él, dejan de aparecer como una cosa fría y mecánica; y vuestra actividad, con ello, lejos de ser obstaculizada y deformada, encontrará frecuentemente la solución de los casos oscuros o no previstos por el legislador, y la garantía contra la rigidez excesiva en la interpretación de las prescripciones positivas.


Los abogados, hombres de bondad, más aún que de justicia
He aquí, ilustres señores y queridos hijos, el ideal que hemos deseado proponeros. Ajustándoos al mismo, seréis no solamente los servidores de la verdad y la justicia, sino más aún los hombres de la bondad, de la comprensión y de la misericordia; y de esta forma vuestro servicio se transformará y se elevará cada vez más, haciendo de vuestra vida el testimonio de la benevolencia y de la justicia misma de Dios. Que el Señor os conceda gustar, en el cumplimiento de vuestra misión, tan noble y tan útil para la sociedad, las alegrías más profundas del espíritu y del corazón". 
(PABLO VI, Alocución al VIII Congreso Internacional de abogados jóvenes, 25-septiembre-1970).

15 comentarios:

  1. Buenos días don Javier. Casi que debería promulgarse un dogma sobre la existencia de abogados en el Cielo, jejeje.En cambio por obras como del ingeniere edile Pier Luigi Nervi -el de la sala de audiencias PabloVI- nadie duda sobre la abundancia de ingenieros en la Gloria,jajaja. Un abrazo.

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    1. Uy, uy... ¡cuánto corporativismo y espíritu gremial!

      Pues nada, que haya ingenieros en la Gloria, y bendito sea Dios.

      Un fuerte abrazo!!!!!!!

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    2. Eso.. que los ingenieros también tenemos nuestro corazoncito :-)))

      Un abrazo en el Señor a todos :)

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    3. Vale, venga, de acuerdo... ¡El corporativismo de los ingenieros se manifiesta en el blog! ¡Huyamos!

      Sin embargo, los abogados, registradores, etc. callan sobre su santificación.


      Bueno, el mundo hoy al revés (jeje)

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  2. Amigos ingenieros, totalmente de acuerdo con sus comentarios ¡qué difícil santificarse en esta profesión mía! Y cuando trabajas con ingenieros y políticos, ya ni les cuento....; creo que en el purgatorio tienen un espacio reservado para mí a fin de que me ejercite más eficazmente en uno de mis caballos de batalla: la paciencia. Pero en mi verdadera vocación ¡la maternidad! seguro que les gano porque las madres traemos hijos al mundo para que vayan al cielo. Y no hay en el mundo una vocación mejor.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Airosa y elegantísima respuesta!!!!!!!

      Felicidades por haber sorteado tan bien el obstáculo de los ingenieros (¡son peligrosos estos ingenieros!)

      (Ah! enhorabuena por la boda; yo el sábado estoy de Maestro de ceremonias de mi Obispo para una Ordenación sacerdotal).

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  3. PD.- Vale, seré buena... qué Dios en su infinita misericordia bendiga abundantemente a todos los ingenieros.

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    1. Que no, que no... que me gusta más que seamos malos y nos ríamos....

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  4. Ahora en serio ¡es tan bella la alocución del Papa! Hacer surgir la verdad… firme y honesta defensa de lo justo y verdadero… orden objetivo de la ley divina en la que tienen su base y consistencia la ley natural, la positiva y la conciencia subjetiva…, en definitiva culto a la verdad, a la justicia, al amor con la mirada en Dios, porque la verdad, la justicia y el amor sólo están (son) en Dios.

    No es fácil decir: “esto no es así”, “no se puede hacer”, “tiene razón el otro”… ante miradas en las que puedes leer: qué bruja, no me quiere dar la razón… o modos de presión más contundentes. Pero, si es esencial en la vida de cualquier profesional cristiano la búsqueda de la verdad objetiva y de la acción que ajuste el mundo al plan de Dios desde un verdadero amor que “no compinchería”, desde una verdadera misericordia que no blandenguería, prescindiendo de los propios y ajenos condicionamientos mentales (la más difícil ascética), más lo es en el ejercicio del Derecho.

    Podemos decir que hoy las ideas imperantes se confabulan en nuestra contra ya que se niega desde casi todas las instancias la existencia de una verdad objetiva, el plan de Dios y hasta su misma existencia, mientras la misericordia se confunde con la tolerancia y el amor se vende como mero sentimentalismo y placer, pero no seríamos objetivos. Para darse cuenta de ello basta oír a san Agustín narrar en Las confesiones su encuentro con el hijo de un hombre que había intentado asesinar a su mujer y que, absuelto gracias al genio retórico y elocuencia de Agustín, consumó el asesinato. Muchas veces se nos va a pedir o vamos a estar tentados de manipular la verdad, y en alguna ocasión hacerlo nos evitaría conflictos, pero no hay dinero ni puesto de trabajo que merezca traicionar la verdad, abandonar su búsqueda, ni distorsionarla.

    ¡Qué Dios les bendiga a todos y especialmente a vd, don Javier!

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    1. Creo que ha trazado un retrato con detalles clarísimos de un abogado católico.

      Gracias.

      Supongo que en ese retrato se verán reflejados abogados, registradores, y cualquiera relacionado con el mundo del Derecho.

      Un gran abrazo (y mi bendición para su hija +)

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  5. Lo imprimo y se lo doy a mi marido que es abogado y aunque yo creo que ya es un poco santo, seguro que le viene de perlas.

    Julia Maria : Enhorabuena por la boda de tu hija , en la Misa del sábado me acordaré de vosotros

    D. Javier y del nuevo,( o nuevos ) sacerdotes y de su Obispo que es un tesoro y de usted y sus dos intenciones importantes y de todos los del blog ....

    Un abrazo a todos

    María M.

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    1. ¿Otro abogado por el blog? Dele saludos, María M., a su esposo de parte de todos nosotros.

      Gracias por sus oraciones. Creo que el Señor ya está escuchando las peticiones.

      Un fuerte abrazo

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  6. Muchas gracias D. Javier por esta catequesis. Intentaré vivirla en el ejercio de esta profesión.
    En mi experiencia como abogado, creo que es indispensable procurar el trinunfo de la Verdad y la Justicia, por encima de la promcoión de intereses particulares (más o menos justificados); y ello conlleva tanto una defensa del cliente propio como una labor, en su caso, para persuadirle y convencerle de que sus intereses particulares distan mucho de ser legítimos.

    un cordial abrazo

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    1. Me da mucha alegría de que las catequesis de este blog (porque eso es este blog, una inmensa catequesis) sirva, sea útil.

      Ésta, tan específica, dedicada a quienes trabajáis en el mundo del Derecho, ha tenido buena acogida. Espero que sea orientadora para todos.

      Gracias por sus palabras, Juan.

      Un abrazo, in Domino.

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    2. Hablando del pulgatorio, Hay algunas personas que dicen que cuando una persona tiene largo agonìa està purificando sus pegados y no llevarà mucho tiempo en pulgatorio ¿es verdad? ¿ que pasará con la gente que no son católico y no sabe que existe este lugar? ¿lo encontrarà como sopresa?.Gracias Dios te bendiga.

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