jueves, 10 de mayo de 2012

Alteza del oficio sacerdotal (san Juan de Ávila)

Con la alegría que da poder celebrar hoy, 10 de mayo, la fiesta del patrono del clero secular español, leamos el texto de una plática que el Oficio divino presenta hoy como segunda lectura y que bien tempranito hemos leído.


 Son ideas preciosas, descripciones sublimes, con sus respectivas comparaciones, sobre la alteza del oficio sacerdotal, su pureza y santidad de vida, la experiencia de oración que los sacerdotes han de haber adquirido.

Así conmemoramos hoy a este santo que será nombrado Doctor de la Iglesia, en fecha aún por determinar.

(Plática enviada al padre Francisco Gómez, S.I., para ser predicada en el Sínodo diocesano de Córdoba del año 1563)
 
"No sé otra cosa más eficaz con que a vuestras mercedes persuada lo que les conviene hacer que con traerles a la memoria la alteza del beneficio que Dios nos ha hecho en llamarnos para la alteza del oficio sacerdotal. Y si elegir sacerdotes entonces era gran beneficio, ¿qué será en el nuevo Testamento, en el cual los sacerdotes de él somos como sol en comparación de noche y como verdad en comparación de figura?
 
Relicario de San Juan de Ávila que está recorriendo parroquias y diócesis

Mirémonos, padres, de pies a cabeza, ánima y cuerpo, y vernos hemos hecho semejables a la sacratísima Virgen María, que con sus palabras trajo a Dios a su vientre, y semejables al portal de Belén y pesebre donde fue reclinado, y a la cruz donde murió, y al sepulcro donde fue sepultado. Y todas estas son cosas santas, por haberlas Cristo tocado; y de lejanas tierras van a las ver, y derraman de devoción muchas lágrimas, y mudan sus vidas movidos por la gran santidad de aquellos lugares. ¿Por qué los sacerdotes no son santos, pues es lugar donde Dios viene glorioso, inmortal, inefable, como no vino en los otros lugares? Y el sacerdote le trae con las palabras de la consagración, y no lo trajeron los otros lugares, sacando a la Virgen. Relicarios somos de Dios, casa de Dios y, a modo de decir, criadores de Dios; a los cuales nombres conviene gran santidad.
 
Esto, padres, es ser sacerdotes: que amansen a Dios cuando estuviere, ¡ay!, enojado con su pueblo; que tengan experiencia que Dios oye sus oraciones y les da lo que piden, y tengan tanta familiaridad con él; que tengan virtudes más que de hombres y pongan admiración a los que los vieren: hombres celestiales o ángeles terrenales; y aun, si pudiere ser, mejor que ellos, pues tienen oficio más alto que ellos".

 Y por si queréis completar algo la catequesis de hoy, conociendo la aportación singular de este sacerdote santo, misionero y apóstol de Andalucía, aquí el Mensaje de Juan Pablo II en el V centenario de su nacimiento.

1 comentario:

  1. "No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca" (aunque no se vea el resutado, el fruto brotará). Dios le dijo a Catalina de Siena: “¿Y a quién di esta luz para que la distribuyese y repartiese? A mis ministros en el cuerpo místico de la santa Iglesia, para que tengáis vida, recibiendo de ellos el cuerpo de Jesucristo en manjar, y su sangre en bebida. Ellos son mis ungidos, yo los llamo mis Cristos, porque me he dado a ellos para que me suministren a vosotros, y los he puesto como flores olorosas en el cuerpo místico de la santa Iglesia”.

    El Santo Padre nos ha recordado que el sacerdote es un don del Corazón de Cristo, don para la Iglesia y para el mundo, con la misión esencial de santificarnos mediante el contacto con Dios en el anuncio de su Palabra y en los sacramentos; el sacerdote representa a Cristo, es su presencia, continúa su misión en la palabra y el sacramento, pilares del don del sacerdocio. Al mismo tiempo, nos ha pedido que demos gracias a Dios por ellos y que recemos para sostener a nuestros sacerdotes. Nuestra oración es la mejor muestra de caridad, afecto y gratitud.

    ¡Qué Dios le bendiga, don Javier!

    Gracias por su bendición, don Javier. Gracias María por su oración.

    María José

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