sábado, 30 de abril de 2011

Sana laicidad: proponer las grandes cuestiones

En el tiempo de la Pascua, la Iglesia recibe el impulso de su Señor para anunciar en el mundo que Cristo es el Señor; el impulso para afrontar un diálogo que acompañe a los hombres en el descubrimiento de la Verdad, planteando las grandes cuestiones: Dios y el hombre, la Verdad y la Vida.

La propuesta de anuncio se ha plasmado en una experiencia nueva, el "Atrio de los gentiles" para dialogar la fe y la razón y ofrecer las propuestas en un clima de sana laicidad (en palabras del propio Papa). Se trata de iniciativas grandes para la cultura de hoy, para los hombres de pensamiento de hoy, para el mundo de la cultura, de la universidad, los ámbitos en los que se forja una sociedad, su forma de vivir, de comunicar, de relacionarse.

Un videomensaje del Papa al primer encuentro de este "Atrio de los Gentiles" en París me parece que llama la atención y que deberíamos pensarlo, sobre todo, para ser sensibles a las nuevas cuestiones que se han de afrontar y adquirir una nueva mentalidad (mens) saliendo de los localismos, de la "pastoral de campanario" donde no se ve más allá que las mínimas cuestiones (devocionales, por ejemplo, o problemas domésticos-parroquiales) en las que estamos enredados.

"En el corazón de la Ciudad de las Luces, frente a esta magnífica obra maestra de la cultura religiosa francesa, Notre-Dame de París, se abre un gran atrio para dar un nuevo impulso al encuentro respetuoso y amistoso entre personas de convicciones diferentes. Vosotros jóvenes, creyentes y no creyentes, igual que en la vida cotidiana, esta noche queréis estar juntos para reuniros y hablar de los grandes interrogantes de la existencia humana. Hoy en día, muchos reconocen que no pertenecen a ninguna religión, pero desean un  mundo nuevo y  más libre, más justo y más solidario, más pacífico y más feliz. Al dirigirme a vosotros, tengo en cuenta todo lo que tenéis que deciros: los no creyentes queréis interpelar a los creyentes, exigiéndoles, en particular, el testimonio de una vida que sea coherente con lo que profesan y rechazando cualquier desviación de la religión que la haga inhumana. Los creyentes queréis decir  a vuestros amigos que este tesoro que lleváis dentro merece ser compartido, merece una pregunta, merece que se reflexione sobre él. La cuestión de Dios no es un peligro para la sociedad, no pone en peligro la vida humana. La cuestión de Dios no debe estar ausente de los grandes interrogantes de nuestro tiempo.



       Queridos amigos, tenéis que construir puentes entre vosotros. Aprovechad la oportunidad que se os presenta para descubrir en lo más profundo de vuestras conciencias, a través de una reflexión  sólida y razonada, los caminos de un diálogo precursor y profundo. Tenéis mucho que deciros unos a otros. No cerréis vuestras conciencias a los retos y problemas que tenéis ante vosotros.

       Estoy profundamente convencido de que el encuentro entre la  realidad de la fe y de la razón permite que el ser humano se encuentre a sí mismo. Pero muy a menudo la razón se doblega a la presión de los intereses y a la atracción de lo útil, obligada a reconocer esto como criterio último. La búsqueda de la verdad no es fácil. Y si cada uno está llamado a decidirse con valentía por la verdad es porque no hay atajos hacia la felicidad y la belleza de una vida plena. Jesús lo dice en el Evangelio: “La verdad os hará libres”.

       Queridos jóvenes, es tarea vuestra lograr que en vuestros países y en Europa creyentes y no creyentes reencuentren el camino del diálogo. Las religiones no pueden tener miedo de una laicidad justa, de una laicidad abierta que permita a cada uno y a cada una vivir lo que cree, de acuerdo con su conciencia. Si se trata de construir un mundo de libertad, igualdad y fraternidad, creyentes y no creyentes tienen que sentirse libres de serlo, iguales en sus derechos de vivir su vida personal y comunitaria con fidelidad a sus convicciones, y tienen que ser hermanos entre sí. Un motivo fundamental de este atrio de los Gentiles es promover esta fraternidad más allá de las convicciones, pero sin negar las diferencias. Y, más profundamente aún, reconociendo que sólo Dios, en Cristo, libera interiormente y nos permite reencontrarnos en la verdad como hermanos.

       La primera actitud que hay que tener o las acciones que podéis realizar conjuntamente es respetar, ayudar y amar a todo ser humano, porque es criatura de Dios y en cierto modo el camino que conduce a Él. Continuando lo que estáis viviendo esta noche, contribuid a derribar los muros del miedo al otro, al extranjero, al que no se os parece, miedo que nace a menudo del desconocimiento mutuo, del escepticismo o de la indiferencia. Procurad estrechar lazos con todos los jóvenes sin distinción alguna, es decir, sin olvidar a los que viven en la pobreza o en la soledad, a los que sufren por culpa del paro, padecen una enfermedad o se sienten al margen de la sociedad.

       Queridos jóvenes, no es sólo vuestra experiencia de vida lo que podéis compartir, también vuestro modo de orar. Creyentes y no creyentes, presentes en este atrio del Desconocido, estáis invitados a entrar también en el espacio sagrado, a franquear el magnífico pórtico de Notre-Dame y entrar en la catedral para hacer un rato de oración. Esta oración será para algunos de vosotros una oración a un Dios conocido por la fe, pero también puede ser para otros una oración al Dios Desconocido. Queridos jóvenes no creyentes, uniéndoos a aquellos que en Notre-Dame están rezando, en este día de la Anunciación del Señor, abrid vuestros corazones a los textos sagrados, dejaos interpelar por la belleza de los cantos, y si realmente lo deseáis, dejad que los sentimientos que hay dentro de vosotros se eleven hacia el Dios Desconocido (Benedicto XVI, Videomensaje, 24-marzo-2011).

8 comentarios:

  1. Soy un poco pesimista. Creo que los jóvenes parten del prejuicio tan extendido: Iglesia retrógrada. Y la descartan sin más.

    Por otra parte, la razón, tal vez les lleve a muchos a creer en Dios, pero ahí se quedan. No dan el salto al Dios de Jesucristo, a la Iglesia.

    Me gusta mucho el último párrafo que habla sobre la oración. Creo que eso atrae hoy día más incluso que la razón, porque atrae al corazón y al encuentro. Tal vez sea esa la atracción que ejerce Taizé, con la belleza de sus cantos.

    Recuerdo haber recibido un primer "toque", cuando, a mis diez años, ví a una persona, casi de mi edad también, que oraba largo rato de rodillas, tapándose la cara con las manos, con aspecto de gran recogimiento. Y el segundo "toque" probablemente, con los cantos del colegio.
    (No sé si se hace o no, pero me parece importantísimo que las catequesis de Primera Comunión vayan acompañadas de la enseñanza y práctica de los cantos).

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  2. Sobre el tema del entendimiento de una sana laicidad, el breve artículo de Sandro Magister que se podía leer en Religionenlibertad, es también interesante:

    http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=15149

    El entendimiento de la libertad como un don que Dios da a todos por igual, es lo que nos permite acercarnos a Él desde nosotros mismos y no desde las convenciones sociales.

    Aprendiz tiene toda la razón, la juventud compra los estereotipos que se venden por los medios y nos califican a todos por la actitud de unos cuantos.

    Pero ¿Dónde queda la Esperanza? Si evidenciamos que respetamos, valoramos y tenemos afecto por quienes nos califican son conocernos de verdad... empezarán a cambiar lo vientos. Pero es una labor de todos, empezando por mi mismo.

    Que Dios les llene de bendiciones :)

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  3. Estoy tan de acuerdo con aprendiz que tendría que copiar su texto y estamparlo aquí. Solo una cosita: él dice, que "las catequesis de Primera Comunión vayan acompañadas de la enseñanza y práctica de los cantos". Si, es verdad, pero que fuesen cantos litúrgicos que eleven el espíritu. Nada de guitarritas y cantos horteras de bolera.

    Se requieren años de paciencia, oración, ayuno y sacrificio; y duro y dale sin parar.

    Feliz día para todos.

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  4. ¿Me disculpáis? Creo que debo intervenir un poco como moderador.

    La pastoral de las Primeras Comuniones es un gran caso de secularización interna por muchos motivos. Pero dejémoslo para otra ocasión, por favor.

    Centrémonos en el tema, que es más denso de lo que parece a primera vista:

    -concepto de sana laicidad
    -Diálogo
    -Jóvenes y mayores que buscan aunque no saben bien el qué
    -Los ámbitos nuevos de evangelización entre "Gentiles" para presentar la Verdad que es Cristo
    -El testimonio coherente de creyentes auténticos, empapados de Dios
    -El lugar de la Iglesia en el mundo (Universidad, cultura, pensamiento) ofreciendo a Cristo para quienes están en proceso de búsqueda
    -La importancia y el buen uso de la razón, porque razón y fe van juntas para que funcionen correctamente

    Estos son los puntos de la catequesis de hoy. Releedla.

    Un saludo cordial en este día lluvioso (al menos en el Sur, en Andalucía).

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  5. Mea culpa, don Javier. Toqué el tema tangencialmente, sin ir al centro de la cuestión que se trataba y acabé yéndome por las ramas.

    Aquí los laicos tenemos un papel fundamental en ese diálogo respetuoso con los no creyentes, en los distintos ámbitos en que nos movemos, sabiendo dar razón de nuestra esperanza y sobre todo con " el testimonio coherente de creyentes auténticos, empapados de Dios". Pero ¡qué difícil!

    Que el Señor nos lo conceda por medio del beato J. Pablo II.
    ¡Feliz día de la Misericordia del Señor!

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  6. Desde Sevilla01 mayo, 2011 10:18

    Paso un instante para recordar que en la historia de la Iglesia ya han existido iniciativas para el diálogo con los gentiles: por ejemplo San Felipe Neri y sus oratorios, donde se incluían piezas musicales encargadas a Palestrina. Un buen método ¿verdad?. Pues en la actualidad se sigue utilizando :)
    Saludos a todos. Feliz domingo.

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  7. Aprendiz:

    NO hay de qué disculparse, ¿ok?

    Lo que pasa que el tema era sumamente importante y temía que se desviara. Al final, simplemente, apenas ha tenido comentarios.

    El laicado tiene mucho que hacer y que ver. La nueva evangelización o la hacen los laicos o no se hará. En el tema que vemos hoy, laicos especialmente cualificados por su formación que estén en los ambientes necesarios para ese diálogo: la Universidad, la cultura, el arte, el pensamiento (pero el pensamiento de verdad, no los de la Kultura, los presuntos "intelectuales").

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  8. Desde Sevilla:

    Ecco!

    La cultura cristiana buscó expresiones de belleza que eran transmisión de la fe y permitían el acceso a los verdaderos buscadores. El Atrio de los Gentiles concebido por Benedicto XVI sigue en mucho las intuiciones y el telón de fondo, por ejemplo, del Oratorio de San Felipe Neri.

    Pero no siempre se han mantenido.

    Ha habido unos momentos eclesiales (postconcilio hasta hoy) en que la mentalidad de los católicos era que la evangelización sólo se hace en la parroquia y en un salón de catequesis.

    Se miraba con sospecha otros campos y otras formas de evangelización, que miraban como "muy elevadas" y pérdida de tiempo: la Universidad, la teología, la filosofía, la música, el cine, los medios de comunicación... En muchos sentidos, hemos sido demasiado "provincianos".

    Se podrían multiplicar los ejemplos y los comentarios despectivos a ese tipo de cosas (como que "se idolatraba la razón").

    Aunque, amiga mía, me parece que de fondo sé por dónde va Vd. hoy en su sinfónico comentario...

    A todos, ¡feliz domingo pascual!

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