1. “No nos dejes caer en la tentación”.
La vida del cristiano es un combate, una lucha, y sólo los esforzados (que dice el Evangelio, Mt 11,12), los que se arriesguen, ganarán. Hay que correr hasta la meta para ganar la corona prometida. Por eso dirá S. Pablo: “un atleta se impone toda clase de privaciones” (1Cor 9,24), es decir, sabe cuál es su objetivo y su meta, y no le importa renunciar a muchas cosas con tal de estar preparado para la competición. Nosotros también: tenemos una meta, la vida eterna. Vale la pena imponernos muchas privaciones con tal de correr y llegar a la meta. Las tentaciones son todas aquellas cosas, pensamientos, deseos, que nos restan fuerza y pueden hacernos caer y salirnos de esta carrera, quedar descalificados.
El cristiano vive su vida como combate: luchar contra aquello que resulte obstáculo para vivir la vida de los hijos de Dios. Somos tentados de muchas formas: en primer lugar nuestra carne, nuestra debilidad, nuestro ser herido por el pecado original; la comodidad es una tentación, la medianía, la tibieza, en entregarnos a la vida cristiana; también el egoísmo, que nos hace buscarnos a nosotros mismos, buscar nuestra propia gloria, nuestro protagonismo. El mundo nos tienta, diciendo que hay que creer en el Evangelio, pero “no ser exagerados”, “no hay que pasarse”; el demonio también, muy sutilmente, llevándonos a pereza, a desconfianza, a desesperarnos, a no creer en el amor de Dios y hacernos pensar que no tenemos remedio, que no podemos ser santos... ¡Son tantas las tentaciones! Y es verdad, bien entendido, que los tres enemigos del alma son: mundo, demonio y carne.
2. Dios no tienta a nadie; Dios a nadie seduce para que caiga en el pecado. Sí es verdad que Dios permite las tentaciones, y las permite porque se pueden convertir en una gracia especial de Dios para nosotros, para que salgamos robustecidos, fortalecidos, o para que superemos algo de una vez para siempre, o para que crezcamos en humildad. Las tentaciones nos ponen en nuestra realidad, nos descubren lo que somos, nuestros puntos débiles... ¡Y Dios saca bienes para nosotros!
3. ¿Qué hacer frente a las tentaciones? Dice el Señor en su agonía de Getsemaní: “Velad y orad para no caer en la tentación” (Mt 26,41). La vigilancia para no caer, para que no nos dejemos engañar y las tentaciones no echen raíces en el corazón tirando de nosotros hacia el pecado; y la oración, constante, diaria (María todo lo meditaba en su corazón), que descubre lo que es tentación para nosotros, y nos comunica la gracia de Dios que nos fortalece frente a las tentaciones. “Velad y orad”.
Cuanto más cerca está el alma católica de Dios, más tentaciones tiene que afrontar, en primer lugar, porque el alma es más sensible a las “cosas de Dios” y tiene un mayor gusto y sabor de Dios, y en segundo lugar, porque el Maligno, al ver a alguien cerca de Dios se echa a temblar porque sabe que ese cristiano va a convertirse en un sincero apóstol de la fe católica, en un testigo. Querrá derribarlo como sea, que se canse en el combate, y las tentaciones serán muchas y cada vez más refinadas: no olvidemos que el Maligno para atacarnos se disfraza, incluso, de “ángel de luz” dice S. Pablo (2Cor 11,14), engañándonos, tentaciones bajo capa de bien, que luego, si uno no sabe discernir, cae con facilidad. Y el Maligno nos engaña y hay que descubrirlo, reorientando el corazón al Señor y ordenando la propia vida constantemente.
“No nos dejes caer en la tentación”, pedimos a Dios nuestro Padre; que Dios nos dé su gracia para distinguir las tentaciones y saber afrontarlas, y luchar, no jugar con las tentaciones sino cortarlas de raíz.
Don Javier ¿En dónde se puede leer algo así?; "Vale la pena imponernos muchas privaciones con tal de correr y llegar a la meta." sólo en una escuela de atletas para triunfar conquistar la vida eterna. Tres puntos que culminan en el origen, nada de hablar con la serpiente, ¡Qué Padre nuestro más nutritivo llevamos recorrido!.un abrazo.
ResponderEliminarAy, ay, cuanto necesitamos de la gracia de Dios para evitar las tentaciones. Si por nosotros solos fuera, no tendríamos remedio alguno.
ResponderEliminarGracias D. Javier. Que Dios le bendiga así como a todos :)
Velad y Orad.....esta es la Clave D Javier.....la de tentaciones que me acechan a mi a veces.....menos mal que al lado de Maria, mi Madre Celeste no sabe como las espanta....con Ella es casi imposible sucumbir!!...pero le digo que el Señor me fortalece cada vez mas cuando veo que gracias a la Gracia se puede pasar por encima de la muerte......y me encuentro con su Misericordia, este es mi Bálsamo Su Misericordia que hace que me pueda aceptar como soy desde mi debilidad....y mi tendencia al pecado......sin Miedo a perder Su Amor por mi. El me Ama justo donde nadie, ni yo misma me puedo amar....no es para llorar de alegria?.....
ResponderEliminar¡Ay Dios mío, la vida eterna! ¡Qué sueño! Claro que vale la pena renunciar y renunciar a todas las cosas para conseguir llegar a la meta del Reino divino. Renunciar a todo aquello que nos aleje del Señor. Pero ¿no es vanidad pensar que yo, desgraciada de mí, puedo llegar a ser santa? Muchas veces lo pienso y rechazo el pensamiento porque puede ser preopotencia mía y falta de humildad aspirar a tal grado de perfección. Es mejor dejarme abandonar en los brazos del Señor y que sea Él quien dirija todos mis pasos.
ResponderEliminarEs difícil está en el punto medio para no pasarse y llegar a esa aspiración que todo buen católico debe tener y que se precie de amar a Cristo.
Como siempre, precioso, D. Javier. Muchas gracias. Da en el "clavo".
Feliz día de Cuaresma para todos.
Buenas noches.
ResponderEliminarHe sobrevivido a las 4 misas (predicación de un quinario incluido), sólo que tengo un dolor de cabeza impresionante.
Parece que las catequesis o temas de formación agradan por el lenguaje, el enfoque y la doctrina. Me alegro, aunque me gustarían más comentarios, claro.
De unos días para acá en Facebook alguien sólo dice que "tengo que bajar al ruedo", "que pise tierra", porque cree -desde su subcultura sesentayochista- que esto no llega, no sirve, no se entiende. (Además que duda del número de visitas y personas, con lo fácil que es comprobarlo).
Vosotros, que diría san Pablo, sois una carta de Dios escrita por el Espíritu. Vosotros acreditáis el trabajo de este blog, vosotros sois los que dais sentido a esta comunicación, logrando ser una comunidad católica que siempre va creciendo.
Un abrazo, +
Y por si os interesa, los datos de los tres últimos días:
ResponderEliminarDomingo:
Personas: Visitas:
19. 10 de Abril 257 597
20. 11 de Abril 284 523
21. 12 de Abril 267 493
Errata:
ResponderEliminarHa salido descuadrado.
El primer número después de la fecha es "Personas reales", el segundo número "las visitas totales" (una persona puede pinchar dos o tres veces y se contabiliza como tres visitas).
Paso por aquí para agradecer vuestras oraciones: mi padre está ya en casa. Sois uno de los hechos concretos de mi vida por los que creo en la comunión de los santos, sobre todo por la Paz que el Señor me ha regalado estos días. Así que, don Javier, nada de que esto no llega, no sirve y no se entiende...
ResponderEliminarDoy gracias al Señor por todos vosotros. Feliz descanso.
Desde Sevilla,
ResponderEliminarMe aegro de que tu papa ya este en casa. Seguiremos rezando por él y, como no, por ti.
No puedo pararme a comentar con detenimiento la entrada, pero me parec uy interesante.
Me suelo decir a mi mismo que la paciencia es la virtud que mejor da sentido a la palabra sacrificio. Lo malo es que pocas veces me oigo :-))).
ResponderEliminarQue Dios le bendiga y le de un descanso reparador. Cuídese el dolor de cabeza. :)
Estupenda noticia de "desde Sevilla" Que Dios les de salud y toda la alegría posible. Hoy dormimos todo más contentos :)
ResponderEliminarUsted mismo lo ha dicho, cuanto más cerca se está de Dios y más en comunión, más sutil se vuelve el maligno.
ResponderEliminarEste blog y sus comentarios están dando frutos D. Javier, ánimo, yo le espero cada día, la palabra del Señor me da vida, y comentada por todos ustedes me da esperanza.
Un fuerte abrazo a todos.
Paz y bien.
Carolina:
ResponderEliminarMe gusta que pases por aquí, aunque sea fugazmente. Cuídate.
Desde Sevilla:
¡Bendito sea el Señor! Me alegro por la noticia. También por sus palabras: esta es otra comunidad de referencia para Vd., experimentando la Comunión de los santos. Me alegro muchísimo.
Miserere:
ResponderEliminarSu comentario sobre la paciencia no logro encajarlo ni en lo que se dice en la catequesis ni en lo escrito en los comentarios.
No obstante, recibo su consejo de paciencia (virtud que conozco de oídas y que no es de las mías).
Carmen:
Gracias también a Vd. por sus palabras. Es hermoso que cada día estén esperando mis hermanos la catequesis correspondiente. Y es hermoso que sea un alimento útil, un pan verdadero y no adulterado.
(No obstante, que nadie se extrañe si de vez en cuando las catequesis pasasen a ser cada dos días. Estoy escribiendo y programando a largo plazo, porque todos los días no se puede escribir una catequesis completa).
D. Javier decía lo de la paciencia por los comentarios a los que se refería en FB. Gracias por tan estupendas catequesis. Que tenga un buen día :)
ResponderEliminarMiserere:
ResponderEliminar¡Ah! OK. Lo que pasa es que el tono está siendo ofensivo, agresivo al menos, y me incomoda. ¿Paciencia? Sí, probablemente, o ya pensaré qué hacer.
Le agradezco sus palabras sobre las catequesis. Estoy convencido del bien que ya está haciendo este blog y estoy convencido del grupo numeroso de miembros que formamos ya esta especialísima comunidad católica. Sólo quien desconoce este mundo digital puede despreciar lo que aquí entre todos estamos logrando.
" Cuando dos o más personas se reunan en mi nombre, allí estaré Yo"
ResponderEliminar¿ Qué mas da si la reunión es virtual o física? Nos reunimos en su nombre y aquí está Él, además en uan reunión continúa de 24 horas diarias¡
Me alegro por Desde Sevilla.
ResponderEliminarUna vez más Don Javier: magnífico.
Estoy seguro de que este Blog forma parte del grano de trigo que cae en tierra fértil.
Muchas Gracias D. Javier por los dolores de cabeza que le podamos causar
Carolina:
ResponderEliminarPreciosas tus palabras. ¡que ese espíritu jovial se nos contagie a todos! Se te nota lo a gusto que estás aquí.
"Anónimo":
Por favor, firme con su nombre o con un pseudónimo.
Le agradezco sumamente sus palabras. Creo que a la larga el blog irá creando una mentalidad y educando una sensibilidad cristiana como mistagogia (introducción) que pretende ser.
Lo de los dolores de cabeza lo he comentado en el artículo de hoy: le remito a él.
Un cordial saludo.