miércoles, 14 de julio de 2010

Ritos con los enfermos

No todo en la pastoral con los enfermos es la Santa Unción, máxime cuando ésta se administra últimamente de manera que no parece sacramento de Enfermos (por gravedad, por estado grave de salud) sino casi como un sacramento de la ancianidad, a todos a partir de que hayan cumplido los 65 años y que se ponen en fila a recibirlo, cuando aún no son sujetos de este Sacramento de la Unción. Es una manera de trivializar el Sacramento.

"Aprendiz" lo preguntaba el otro día y hoy le respondo con libros litúrgicos en la mano.

Para muchos que estando enfermos, no son enfermedades gravísimas ni viven sus últimos momentos, sino que soportan debilidad física e incluso moral (los achaques de la edad, por ejemplo), la Iglesia ofrece otro rito, tanto en la casa del enfermo como para celebrarlo en la iglesia, de manera comunitaria, que es la Bendición de los enfermos. La liturgia de la Iglesia es muy rica y si se la conoce, pastoralmente daría una impronta espiritual.

El Bendicional dice:

"Existe la antiquísima costumbre, que tiene su origen en la manera de obrar del mismo Cristo y de los apóstoles, de que los enfermos sean bendecidos por los ministros de la Iglesia. Los ministros, cuando visitan a los enfermos, deben conservar diligentemente lo que se dice en el Ritual  de la unción y de la pastoral de los enfermos, núms. 87-90; pero sobre todo les han de poner de manifiesto la solicitud y el amor de Cristo y de la Iglesia.

El rito que aquí se describe puede utilizarlo el sacerdote, el diácono y también el laico, con los ritos y preces previstos para el laico; todos estos, respetando la estructura y los principales elementos del rito, adaptarán la celebración a las circunstancias concretas de los enfermos y del lugar" (Bend., n. 293. 295).

Tras el saludo inicial, el rito ofrece una monición que explica el sentido:

"Jesús, el Señor, que pasó haciendo el bien y curando todas las dolencias y enfermedades, encomendó a sus discípulos que cuidaran de los enfermos, que les impusieran las manos y que los bendijeran en su Nombre. En esta celebración, encomendaremos a Dios a nuestros hermanos enfermos, para que los ayude a soportar con paciencia los sufrimientos del cuerpo y del espíritu, sabiendo que si son compañeros de Cristo en el sufrir, también lo serán en el buen ánimo" (Bend. n. 300).

Tras la liturgia de la Palabra, las preces, donde los fieles oran juntos por los enfermos. Algunos de estos textos están tomados del ritual de la Unción.

Entonces, después de la oración de los fieles, el sacerdote o diácono puede imponer las manos sobre todos los enfermos a la vez o sobre cada uno en particular (Bend., n. 310), sabiendo bien el valor que posee este gesto litúrgico: es transmisión del Espíritu Santo, de su fortaleza y santidad. Luego, una vez que se han impuesto las manos, se reza:

"Señor, Dios nuestro,
que enviaste al mundo a tu Hijo
para que sobrellevara nuestros sufrimientos
y aguantara nuestros dolores,
te pedimos por nuestros hermanos enfermos;
dales paciencia y fortaleza, reanima su esperanza;
que, con tu bendición,
lleguen a superar la enfermedad
y, con tu ayuda,

alcancen un completo restablecimiento.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".

Se ofrecen además otras fórmulas de bendición. Después se invoca a la Virgen (con la Salve, por ejemplo) y se imparte la bendición final.

Esta sería una buena fórmula en la pastoral de enfermos, para aquellos que requieren la gracia de Dios, pero no están en una gravedad extrema.

Y siempre, en la Eucaristía, incluir en la oración universal una petición por nuestros enfermos.

3 comentarios:

  1. Es muy interesante esto que expone, no conocía este rito, pensé que sólo existía la Unción. Un saludo.
    Paloma.

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  2. Yo tampoco he visto nunca realizar esta bendición de los enfermos. Aunque puede que me haya pasado desapercibida.

    Me gusta que lo puedan hacer los laicos y que "el sacerdote o diácono puede imponer las manos sobre todos los enfermos a la vez o sobre cada uno en particular (Bend., n. 310), sabiendo bien el valor que posee este gesto litúrgico: es transmisión del Espíritu Santo, de su fortaleza y santidad".
    Creo que es similar a las oraciones de sanación de los carismáticos y me alegro que esté recogido en la liturgia, de la que desconocemos tantas cosas.
    Gracias por explicarnos todo esto.

    No quiero abrumarle con mis preguntas, pero en aquel post se habló también de la purificación de la memoria. ¿Podría decirnos algo sobre eso cuando pueda?

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  3. Aprendiz:

    No sé si este rito de Bendición es lo que inspira o no las oraciones de sanación de los carismáticos. Sólo sé que los libros litúrgicos son riquisimos y los tenemos inexplorados.

    En cuanto a su pregunta sobre la purificación de la memoria es muy amplia; tengo escritos algunos retiros sobre ese tema, pero me es imposible pararme a escribir post completamente nuevos. Pero anoto la sugerencia, es más, agradezco las sugerencias y preguntas que puedan ir surgiendo. Se responderán.

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