El secularismo ha desatado un proceso en el cual estamos inmersos: por una parte la creación de un "cristianismo secular", altamente peligroso, por otra parte, el repliegue del catolicismo a su interior, desentendiéndose del mundo en buena medida para preservarse.
La primera confusión la palpamos constantemente en grupos cristianos, en el lenguaje que se predica, en la espiritualidad inmanentista que se ofrece. Se ha buscado para responder al secularismo un cristianismo secular que ya es simplemente una caricatura de sí mismo.
¿Qué características tiene este “cristianismo secular”? Sabiendo que esta descripción sería un retrato de muchas situaciones eclesiales hoy:
-Cultiva y destaca sólo los valores del hombre, lo inmanente, cayendo en un moralismo
-Se fija sólo en los aspectos seculares del cristianismo, olvidando la trascendencia, la divinidad de Jesucristo, la gracia y la escatología: todo, absolutamente todo, es intramundano, la búsqueda de la justicia aquí y ahora, la opción por los pobres, la tolerancia...
-Diluye el cristianismo en una fuerza social dirigida a la “revolución” o, al menos, a la evolución y progreso de la sociedadLa primera confusión la palpamos constantemente en grupos cristianos, en el lenguaje que se predica, en la espiritualidad inmanentista que se ofrece. Se ha buscado para responder al secularismo un cristianismo secular que ya es simplemente una caricatura de sí mismo.
¿Qué características tiene este “cristianismo secular”? Sabiendo que esta descripción sería un retrato de muchas situaciones eclesiales hoy:
-Cultiva y destaca sólo los valores del hombre, lo inmanente, cayendo en un moralismo
-Se fija sólo en los aspectos seculares del cristianismo, olvidando la trascendencia, la divinidad de Jesucristo, la gracia y la escatología: todo, absolutamente todo, es intramundano, la búsqueda de la justicia aquí y ahora, la opción por los pobres, la tolerancia...
-Quita a Dios y pone el hombre en su lugar en aras de un consenso social e interreligioso; y este hombre es un hombre “idealizado”, “bueno en sí mismo”, con ausencia del pecado original y de los propios pecados personales. Es el optimismo antropológico, ¡y ya no necesita un Redentor y Salvador!
-La cristología se vuelve inútil y sin sentido porque “Jesús de Nazaret” (el nombre único que usan) es nada más que un modelo de profeta, de hombre justo, un ejemplar para incitarnos a nosotros a la transformación del mundo. Este ideal, ¿no es el antiguo pelagianismo en su versión moral, con lenguaje nuevo?
-Este “cristianismo secular” verá la espiritualidad y la oración, en general, como alienantes del mundo y el compromiso, y las aceptarán en tanto en cuanto sean una reflexión sobre qué hacer y en qué comprometerse.
-La liturgia deja de ser glorificación de Dios y santificación de los hombres, para ser celebración de la comunidad en cuanto comunidad y medio pedagógico-instructivo de mover las conciencias en la dirección de la transformación social. Se desacraliza para devenir antropocéntrica.
-Por último, la catequesis se convierte en terapia personal de crecimiento, de relación con uno mismo y el grupo, orientando hacia el mundo y el compromiso. Lo que se ofrece es más “educación para la ciudadanía” o manual del “buen ciudadano cristiano” que transmisión de la fe y acompañamiento eclesial.
La segunda confusión hoy en día tal vez se no se esté dando de forma mayoritaria, pero es una insidiosa tentación. Consistiría en negar la responsabilidad, la libertad y hasta la creatividad del hombre en los asuntos seculares, en las tareas temporales, donde el hombre puede y debe ser responsable del mundo creado que Dios ha puesto en sus manos. Llegaría hasta el extremo –señalaba el discurso de Pablo VI que venimos analizando (al Secretariado para los no-creyentes, de 18 de marzo de 1971- de rehusar “la colaboración sincera con los hombres de buena voluntad que no tienen nuestra fe” pensando que así se fomentaría el sincretismo religioso y avanzaría el relativismo. Sería una postura defensiva, que, en el fondo, vuelve a encerrar a la Iglesia soberbiamente en sus templos, desconfiando de todo y de todos.
Las dos confusiones merecen respuesta por los interrogantes que plantean; las dos confusiones deben ser ya iluminadas y empezar una nueva forma de respuesta a la secularización.
¿Empezar una "NUEVA" forma de respuesta a la secularización?. Me deja usted en ascuas, D. Javier.
ResponderEliminarPor lo demás, le felicito por este post tan acertado y bien delineado.
Seneka: recupérese del susto... Yo no es que tenga muchísima imaginación pastoral, pero hacer "lo de siempre" y del mismo "modo de siempre" sirve para poco, es decir, las primeras comuniones con sus catequesis y soñar que eso ya es evangelizar.
ResponderEliminar¿Nueva forma? Cito desordenadamente, sabiendo que en parte se hace, pero que no es la tónica general: salir de las sacristías, presencia pública de los católicos con clara identidad (en mass-media, política, enseñanza, medicina, economía) buscando formas de acompañamiento de estos católicos para no dejarlos a la intemperie, formación sólida en parroquias mediante catequesis de adultos y retiros, en la diócesis con centros de formación teológica... La nueva forma mediante Internet (que no es pérdida de tiempo como algunos dicen), radio, televisión y hasta cine.
Y, evidentemente, vivir y construir las comunidades eclesiales (parroquias, movimientos, etc.) exactamente al revés de lo que pretende la secularización arriba descrita.
Y todo esto es "nuevo" porque en general hay anemia espiritual en las parroquias, y todo esto se ve como lejano. Se habla de "pastoral" y se entiende "mi grupo para tomarme mi cervecita" porque giran alrededor del cura, las primeras comuniones "porque viene mucha gente", y pare usted de contar.
Creo que, aunque con desorden, queda claro.
Pax!
Ha caido en la trampa, jajajaja. No quiero parecer un pedantorro, pero sabía que me contestaría esto.
ResponderEliminarEstoy completamente de acuerdo con todo lo que dice, pero yo señalaría dos cosas muy por encima de las demás:
- "buscando formas de acompañamiento de estos católicos para no dejarlos a la intemperie".
- "formación sólida en parroquias mediante catequesis de adultos y retiros"
Si estas palabras se escuchasen en algunas sedes episcopales ...
Por cierto, me permitiré añadir una sugerencia a las que usted propone: mejorar la formación en los seminarios, y en particular reforzar los estudios de teología de la historia y teología política.
séneka: No sea tan malísimo conmigo de tenderme trampas, tirarme el anzuelo y que yo pique. ¡Hombre, eso no se hace!
ResponderEliminarA algunos obispos en persona sí les he dicho este planteamiento (y consuélese, algún que otro obispo lee este blog ocasionalmente). Pero en general se trata de cambiar de mentalidad, y eso es lo duro.
Un abrazo, malvado amigo.
Querido Don Javier:
ResponderEliminar¿Está, de manera casi palpable, el secularismo en algunas comunidades cristianas actuales con nombre y apellidos, o congregaciones? ¿O es algo, que la Iglesia en su mayoría, ya lo lleva impregnado? De verdad, yo no quiero poner trampas, es una pregunta que me inquieta hace algún tiempo, pero que yo, no le ponía el nombre de secularismo.
Un abrazo y gracias a usted por el blog y a Dios por su persona.
Mi querido Jesusito:
ResponderEliminar(Con voz grave y casi a gritos:) ¡¡Evidenteee!!
En congregaciones, en comunidades, en parroquias... incluso que tú y yo podemos conocer. Ese es el nombre: secularismo, secularización... O el "buenismo" de todo vale, da igual, basta ser "buena persona, buena gente", "no hay que ser tan recto", etc., etc.,
Un abrazo. Y por cierto me alegro muchísimo de verte aquí y que escribas.
Mire, D. Javier: un ejemplo clarísimo de ocasión para "buscar formas de acompañamiento de estos católicos para no dejarlos a la intemperie", y además en su tierra:
ResponderEliminarhttp://infocatolica.com/blog/deuntiempo.php/1007211115-los-arietes-de-andalucia
De verdad ... es hora de mover ficha en las sedes episcopales.