viernes, 6 de noviembre de 2009

Mártires de España del siglo XX, ¡y se me habían olvidado!

Si no fuera por un amigo que es para mí un hermano (¡qué haría yo sin él, que me orienta, me anima, me aguanta y yo aprendo de él siempre!) se me habría pasado la memoria litúrgica de hoy. Cuando me comentó algo sobre la liturgia del día, puse cara impávida para disimular, ¡mas se me había olvidado! Ya el resto de la Liturgia de las Horas y la Eucaristía por la tarde celebré según el Calendario litúrgico de España. Lo que no está en el Santoral del volumen del Oficio, porque se añada a posteriori, se me olvida.

¿Qué día es hoy, 6 de noviembre?
La memoria obligatoria de los mártires de la persecución religiosa en España del s. XX.
A partir de 1931 una persecución que jamás se podía ajustar a Derecho se abatió sobre la Iglesia, con la quema de iglesia y asalto a conventos; los martirios comenzaron poco después en 1934 hasta 1939. Había un deseo claro de arrancar de raíz la Iglesia Católica en España fruto de una ideologización totalitaria disfrazada de democracia, tolerancia, etc.

Crudelísima fue esta persecución: no eran activistas políticos, no eran miembros vinculados a facciones políticas, ni mucho menos “caídos” en una Guerra civil como si estuviesen combatiendo (recordemos que las persecuciones martiriales comenzaron dos años antes del inicio de la Guerra en 1936). Fue una persecución religiosa en toda regla, por “odium fidei”, y con relatos martiriales espeluznantes de las salvajadas que les hicieron antes de morir. Lo siento, soy muy aprensivo, no soy capaz de leerlos todos y menos de narrarlos.
Este odium fidei, con calumnias para justificarse, asesinó a religiosas de clausura, a jovencísimos seminaristas, a ancianos sacerdotes... ¡ay!, diciendo que eran activistas y enemigos del pueblo.

¿Números? ¡Para asustarse! 12 obispos y un Administrador apostólico; 4173 clérigos, también seminaristas; 2365 religiosos; 283 religiosas; varios millares de seglares católicos, vinculados a sus parroquias, a la Acción Católica, a la Adoración Nocturna. Una sangría. Murieron gritando “¡Viva Cristo Rey!”, reconociendo el señorío de Jesucristo, y perdonando siempre a sus verdugos. Han sido beatificados en diversas tandas durante el pontificado de Juan Pablo II y la más numerosa, 498 mártires en el pontificado actual, el 28 de octubre de 2007.

Al celebrar la Santa Misa esta tarde pensaba hasta qué punto la fe en ellos ni era un sentimiento ni una práctica devocional, sino lo más profundo de sus vidas. Era otra forma de catolicismo: la fe se transmitía realmente en las familias, con solera, y en la escuela; asistían a la iglesia a las Misas matinales y a los ejercicios piadosos de la tarde: Vísperas, exposición del Santísimo, rosario. Las predicaciones de novenas y quinarios junto a las misiones populares dejaba un poso de madurez en la fe. Comunión frecuente, la confesión semanal, los retiros y los Ejercicios Espirituales iban llevando las almas al Señor.

¿Qué pasaría hoy? Ante una persecución religiosa así, ¿habría el mismo testimonio martirial? Hoy tenemos maravillosos grupos de catequesis, libros de todo contenido y forma, muchísimas reuniones y revisiones, unos planes pastorales parroquiales y diocesanos fantásticos, pero... ¿engendran católicos entregados a Cristo hasta el punto de dar la vida por Él? ¿No hay tanto virus, no de gripe A, sino de secularización interna, que la fe es relegada al trastero para suplirla por una presencia profética vacía en medio del mundo? ¿No se oculta a Dios muchas veces para poner el compromiso social? ¿No se educa en valores en lugar de enraizar al católico en Cristo y en una vida de fe, esperanza y caridad?

¡Mártires de España, interceded por nosotros!
¡Mártires de España, vuestra sangre sea semilla de nuevos cristianos!

P.D. CORRECCIÓN:

Embajador escribe en los comentarios esta corrección al post que creo de interés: "
Dice usted: "no eran activistas políticos, no eran miembros vinculados a facciones políticas, ". La realidad histórica es que muchos de los mártires laicos de la guerra civil si que participaban de la actividad política. Algunos (no pocos) de los ya beatificados, por ejemplo, militaban o bien directamente en la Comunión Tradicionalista o bien en organizaciones afines, y había bastantes que no eran simples militantes sino dirigentes. Estas personas veían su militancia política como parte esencial de su apostolado".

Dicho queda. Pero no eran estos mártires activistas políticos que se movieran por ideologías, sino católicos de pura cepa que tenían pleno derecho a la militancia política en orden a la fe y en consonancia con la doctrina de la Iglesia.

5 comentarios:

  1. Por los que abrieron el arca santa de la tradición y sembraron la doctrina inmaculada con el sacrificio de sus vidas.

    Por los que empaparon con su sangre el suelo bendito de la Patria, dejándonos la mas preciada herencia de su fé católica.

    Por todos los " granos de mostaza" que fueron inmolados , por Cristo y por España

    Maria M.

    ResponderEliminar
  2. Padre Javier, ¿podría algún día escribir sobre las virtudes? ¿por qué virtudes y no valores? ¿cómo transmitir las virtudes? ¿puede recomendar bibliografía?

    Muchas gracias

    ResponderEliminar
  3. Si hoy hubiese persecución, me temo que no pasaría como entonces, cuando no hubo un sólo apóstata. Hoy los apóstatas irían liderados por obispos, párrocos y religiosos que nos intentarían convencer de que la apostasía es aceptable en algunos casos. Para muestra, el presidente de la Cortes, Sr. Bono.

    ResponderEliminar
  4. Pedro Arroyo Gómez08 noviembre, 2009 21:07

    Hoy tenemos que homenajear a esos verdaderos héroes del siglo XX que dieron su vida por Dios y su Iglesia, hoy ¿Cuantos seríamos capaces de entregar la vida por defender nuestra fe?
    Reflexionemos sobre este mensaje, a mi me da miedo pensarlo, y pido a Dios que actúe en mi vida y no me deje de su mano.

    ResponderEliminar
  5. Estimado D. Javier,

    En su último mensaje que ha dejado en mi blog dice usted: "¡Con lo que Vd y yo diferimos!". La realidad es que, en lo que se refiere al contenido de su bitácora, diferimos en bien poco. Apenas en algunos detalles que no tienen demasiada importancia.

    Aprovecho esta entrada suya para señalar uno que tiene algo más de importancia. Dice usted: "no eran activistas políticos, no eran miembros vinculados a facciones políticas, ". La realidad histórica es que muchos de los mártires laicos de la guerra civil si que participaban de la actividad política. Algunos (no pocos) de los ya beatificados, por ejemplo, militaban o bien directamente en la Comunión Tradicionalista o bien en organizaciones afines, y había bastantes que no eran simples militantes sino dirigentes. Estas personas veían su militancia política como parte esencial de su apostolado, exactamente como lo vemos hoy en día los que seguimos militando en el carlismo.

    Reciba un cordial saludo

    Embajador

    ResponderEliminar