viernes, 13 de noviembre de 2009

San Leandro (II), el III Concilio de Toledo: su trascendencia histórica


San Leandro preside el III Concilio de Toledo (589) de indudable importancia. En él Recaredo se convierte, se establece la paz religiosa, cesa el arrianismo en Hispania.

«El III concilio Toledano, además de ser un hito importante para el logro de la concordia y de la unión en la historia hispana, nos ofrece la clave para comprender la comunión de España con la gran tradición de las Iglesias de Oriente.

¿Cómo no recordar las figuras de los santos hermanos Leandro e Isidoro?

Ambos, santos y transmisores del saber, favoreciendo la unión de los pueblos y la superación de las rupturas causadas por la herejía arriana. Con ellos la Iglesia católica se presentaba ante los pueblos como el espacio creador de libertad en que se encontraban contrapuestas las culturas hispano-romana y goda.

Así fue posible inaugurar una nueva época e ir más allá de las diferencias y divisiones que ofrecían aspectos no fácilmente reconciliables. Frutos preciados de aquel acontecimiento eclesial fueron la armonización profunda de perspectivas entre la Iglesia y la sociedad, entre inspiración evangélica y servicio al hombre» (Juan Pablo II, Discurso a su llegada a Santiago de Compostela, 19-agosto-1989).


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