Éste es un blog que pretende ser formación y catequesis de adultos, mistagogia de la liturgia, pensamiento teológico, vida espiritual y aliento para la santidad. Y lo pretende con fidelidad a la Iglesia, al sentir eclesial y a la Tradición. ¡Sé bienvenido!
viernes, 2 de octubre de 2009
Sangre y Agua (Padres de la Iglesia - II)
"Ambas cosas proporcionó al mundo el cuerpo del Señor, sangre sagrada y agua santa.
Y estando muerto el cuerpo según la manera humana, tiene en sí gran fuerza de vida.
Pues lo que no mana de los cuerpos muertos, eso manó de aquél, sangre y agua; para que conociésemos cuánto poder tiene para [dar] vida la fuerza que habitó en el cuerpo, hasta el punto de que éste no aparezca un cadáver semejante a los otros, y a nosotros pueda derramarnos las causas de vida".
(Hipólito, Sobre los dos ladrones, Jn 19,34).
Del Corazón abierto del Salvador nace la Iglesia, nacen los sacramentos.
Cristo deviene Fuente de vida y salvación.
Cristo se manifiesta como nuevo Adán.
¡Jesús, manso y humilde de Corazón!
R/ Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me alegro que toda la sabiduría litúrgica, que tienes, aparezca en este blog, para que tu vida se ofrezca a Dios en la PATENA de la Eucaristía.
ResponderEliminarGracias, "Amigo". Dudo de haber adquirido esa "sabiduría litúrgica" que me aplicas, me conformaría con el don de sabiduría que graciosamente otorga el Espíritu Santo. Se lo pido a Él insistentemente.
ResponderEliminarDesde Hornachuelos, te encomendaremos con nuestras oraciones párroco y religiosos.
ResponderEliminarGracias por su blog, don Javier. Lo acabo de conocer y le felicito muy de veras.
ResponderEliminarEn el relato de San Juan se nota que la lanzada le conmocionó y le iluminó grandemente. La efusión de agua y sangre poco después de que el Señor exhalara el espíritu le lleva a hablar de «tres testigos» en un pasaje que no entiendo. Me gustaría leer algo sobre esto.
¡Qué decir, D. Javier!
ResponderEliminarMe alegro mucho de leerle por aquí. Lo haré a diario a partir de ahora. Me ha gustado mucho el texto. Yo siempre digo: ¡más Santos Padres!
José María
El Espíritu, la sangre y el agua son los tres testigos, en 1Jn 5,7. Los tres testifican que Jesús ha muerto, por tanto, el Cordero pascual ha sido inmolado por la salvación, y lo testifican porque Jesús "reclinando la cabeza, entregó el espíritu", y porque certifica la muerte la lanza que atraviesa el costado del que brotan sangre y agua.
ResponderEliminarY son testigos de que esa muerte es vida para el mundo; el Kyrios, el Señor glorificado, entrega el Espíritu, da vida nueva por el agua del Bautismo, incorpora a su vida por la sangre eucarística.
Espero que le haya iluminado, Pablo.
Sí. Que testifican su muerte y a la vez significan lo que nos ha ganado con su muerte. Muchas gracias.
ResponderEliminarPablo: Completo lo anterior con algunas citas.
ResponderEliminarPrimero san Agustín: "¿Qué es lo que fluyó del costado sino el sacramento que reciben los fieles? Espíritu, sangre y agua. El espíritu que nos entregó, la sangre y el agua que fluyeron con abundancia del costado. De esa sangre y agua nace la Iglesia" (Serm. 5,3).
Segundo, san Ambrosio: "El agua para el bautismo, la sangre para la bebida, el espíritu para la resurrección. Por eso sólo Cristo es para nosotros esperanza, fe y caridad; esperanza en la resurrección, fe en el bautismo, caridad en el sacramento" (Sobre las vírgenes, 3,5,22).
Pax.
Gracias a la Cigueña del al Torre he dado con su estupendo blog. Soy un admirador de los Padres de la Iglesia, por lo que la cita Hipólito ha sido un maravilloso recibimiento.
ResponderEliminarEl agua que ha ce renacer y el vino que nos da la vida eterna. ¿Qué más se puede pedir?
Dios le bendiga :)