viernes, 16 de octubre de 2009

La crisis que padecemos... la secularización que nos tortura


A nadie se le escapa, a poco que mire con objetividad y libertad de espíritu, sin las categorías de lo “políticamente correcto”, que estamos en crisis. Y aún siendo grave, la peor crisis no es la crisis económica, es todo lo que hay detrás de esa crisis económica, porque ésta es sólo el efecto, y no la causa.

La gran crisis es una crisis espiritual, una crisis de una cultura y una civilización que nacieron cristianas y que secularizándose, se han vuelto destructivas contra el propio hombre, ya sin referentes, ya sin virtudes, ya sin Verdad. La cultura se ha convertido en un subproducto que se compra y se vende, pretendiéndose que sea “popular” lo que ha significado rebajar la cultura al plano de la masa, en vez de elevar a los hombres. El hombre, perdiendo su propia humanidad, se ha creído ser todopoderoso mediante la técnica, el progreso y la ciencia tecnológica, pero alcanza su límite máximo y todo se vuelve añicos. Hay un abuso del hombre sobre el hombre, del hombre sobre la naturaleza y del hombre sobre las verdades esenciales, que ya no son tales, sino simplemente opiniones todas igualmente válidas (no nos olvidemos de la “tolerancia”).

La crisis está asimismo en el interior de la Iglesia: se llama secularización. Ésta convierte a los católicos en personas al vaivén de las modas de los tiempos, sumamente moldeables por la influencia de la sociedad, de los medios de comunicación y de los discursos oficiales que se van transmitiendo en programas televisivos, series, reportajes, etc. Se acaba pensando lo que otros quieren que pensemos. Es imposible, pues, compaginar los criterios sociales de moda con el pensamiento católico.

Además, y no es lo menos grave, lo primero que se elimina es la piedad, la vida de oración, pretendiendo ser “activo”, “comprometido” y “luchar por el Reino”... Se seculariza el catolicismo y entonces, de inmediato, personas sin vida de oración pierden madurez y peso específico, y fácilmente pueden ser arrastradas por las corrientes post-modernas. Un hombre –una mujer- creyente posee una sólida espiritualidad y vida de oración con el Señor y entonces tiene “las cosas claras”, sabe discernir, ejerce un juicio racional sobre la verdad del mundo (oración y formación seria y profunda). Una Iglesia que se va secularizando internamente deja a sus hijos cada vez más desvalidos, más frágiles, más perdidos.

Superaremos las crisis que nos envuelven, y que arremeten contra la misma Iglesia, si volvemos a Jesucristo, si en él echamos el ancla de la vida, si somos capaces de adquirir una formación completa y compacta y si somos personas de oración.

5 comentarios:

  1. Padre, efectivamente la secularización de la Iglesia y de los católicos es pavorosa (y no digamos la de los Colegios católicos concertados).
    Le doy muchas gracias por su blog , por que realmente estamos muy necesitados de orientación y formación que podemos encontrar aquí.! Ojalá le lean muchos jóvenes!.Pero también para los que ya no lo somosy que nos quedamos en la religión infantil , pasando por el abandono y la vuelta, tenemos mucha necesidad de formación.
    ! Una maravilla! . Gracias a usted y a Dios que ( en micaso)" me ha hecho caer" en este estupendo blog al que acudo con verdadera ilusión cada día. Que Dios le bendiga
    Maria M.

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  2. Tiene toda la razón. Pero a la crisis de la secularización añadiría la crisis de desunión que nos impide vernos, entendernos, aceptarnos y aprender unos de otros. Los remeros de la barca no deben verse como rivales o antagonistas.

    Gracias por tan estupendas reflexiones. Dios le bendiga :)

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  3. Mire llegué al blog por la referencia que se hizo en otro muy conocido, desde entonces lo sigo. No puedo dejar de comentarle que gracias a sacerdotes como ud. que levantan el estandarte por el que merece la pena vivir para que no perdamos la referencia.
    Un saludo.

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  4. Intento contestar a todos (gracias por los comentarios).

    María M.: Lo de los colegios concertados católicos es tristísimo. Se conforman con un barniz católico, una pátina: tres Misas a lo largo del curso (¡y con qué liturgia, Dios mío!), campaña del DOMUND secularizante donde no se habla de la transmisión de la fe, sino de las penurias del Tercer Mundo, alguna campaña sobre la paz y los Valores. Adoptan Educación para la Ciudadanía sin problemas morales ninguno y religión católica muy suavecita, un nuevo moralismo. Les rodea el prestigio de ser religiosos y el bien hecho durante siglos en la educación, pero hoy... hoy es otra cosa, "hay que modernizarse". Un simple indicio: las pocas vocaciones que salen de los colegios concertados porque no ven modelos ni referentes ni testigos.

    Si lee cada comentario diario y lo espera con ilusión cada día, me gratifica mucho, pero lo mismo por circunstancias tengo que relajar el ritmo de publicación.

    Miserere mei: Los remeros tienen capitán, tienen una nave con un rumbo prefijado y el problema es que cada remero se cree más inteligente que el Capitán, que el barco y el que el rumbo, y reman en direcciones opuestas inmovilizando la travesía. ¿Triste, no?

    Anónimo: Gracias por sus palabras y sus ánimos. El estandarte es Cristo en la Cruz a quien hay que mirar si queremos ser sanados de la mordedura de la serpiente (Nm 14; Jn 3). Pero tengamos claro que este blog está delimitado: ni trata de opiniones, ni de actualidad eclesial, sino simplemente -nada más, nada menos- formación católica doctrinal en dogma, liturgia y espiritualidad. Su extensión no es tan ambiciosa... ¿o sí?

    Pax!

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  5. Pedro Arroyo Gómez19 octubre, 2009 21:38

    La Iglesia necesita Sacerdotes valientes como D. Javier.

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