La catequesis de adultos intenta crear cristianos que vivan según el Espíritu de Cristo y que ordenen las realidades temporales según Dios. La fe de los adultos, en cambios y crisis muy profundas, sometidos a presiones y ambiente notoriamente hostil, tiene que ser iluminada, desarrollada y protegida para que "adquiera esa sabiduría cristiana que da sentido, unidad y esperanza a las múltiples experiencias de su vida personal, social y espiritual" (DGC 173).
La catequesis de adultos busca crear los rasgos auténticos del cristiano adulto en la fe. Especial mención merece el catequista de adultos, por su formación, su talante, su vida cristiana, su madurez humana y sensatez, su paciencia y misericordia.
La catequesis de adultos será auténtica y eficaz si asume unos criterios mínimos (cf. DGC 174):
La catequesis de adultos busca crear los rasgos auténticos del cristiano adulto en la fe. Especial mención merece el catequista de adultos, por su formación, su talante, su vida cristiana, su madurez humana y sensatez, su paciencia y misericordia.
La catequesis de adultos será auténtica y eficaz si asume unos criterios mínimos (cf. DGC 174):
- atención a los destinatarios en cuanto adultos, teniendo en cuenta sus problemas y experiencias, sus capacidades espirituales y culturales, con pleno respeto a las diferencias;
- atención a la condición laical de los adultos, que por el Bautismo buscan sembrar el Reino de Dios y su propia santidad;
- atención a despertar el interés de la comunidad entera, para que sea lugar de acogida y ayuda sincera y fraternal a los adultos;
- atención a la catequesis de adultos en sus diversas dimensiones, integrando la catequesis con la formación litúrgica y el servicio de la caridad.
Hay que pensar que la catequesis de adultos no es simplemente unas sesiones de cursillos (bíblicos o litúrgicos) ni charlas de corte devocional; es la formación en todas las dimensiones del catolicismo para saber dar razón de nuestra esperanza, conociendo más para seguir mejor y más de cerca a Cristo.
Estimado Javier,
ResponderEliminarsi llevas más razón que un santo, pero muchas veces a los "adultos" nos falta tiempo para asistir a charlas/catequesis. Oye, acuérdate de los cofrades a la hora de tus entradas, ilumínanos.
Tu contestación sobre "Santiago" conmovedora, no había pensado nunca en verlo así (la tumba de un amigo de Jesús; equiparlo a San Pedro, San Pablo o cualquier otro Padre...). Desde luego que "se nota que tienes ESTUDIOS" y que bueno que sepas transmitir tus conocimientos. un abrazo.
Querido amigo:
ResponderEliminarTe contesto inmediatamente.
Los adultos, en fin, digamos que tienen tiempo para según qué cosas. Esa es mi experiencia en una parroquia y no puedo poner aquí ejemplos concretos para no molestar ni herir.
Muchísimas de las cosas que se afirman en este blog se podrían hacer extensibles a las cofradías y hermandades.
En Santo Domingo se organizó un sistema de catequesis por Hermandades cada viernes, a las 9 de la noche, de 45 minutos. Apenas iban. El problema no es el tiempo real, sino muchas veces percibir la necesidad auténtica de una formación sólida; como no lo ven necesario, no asisten, creen que ya saben de todo o que eso sirve para poco.
Gracias por la nota de humor: sí, "tengo ESTUDIOS", je.je.