martes, 29 de diciembre de 2009

Elementos del tiempo litúrgico de Navidad


"En el tiempo de Navidad, la Iglesia celebra el misterio de la manifestación del Señor: su humilde nacimiento en Belén, anunciado a los pastores, primicia de Israel que acoge al Salvador; la manifestación a los Magos “venidos de Oriente” (Mt 2,1), primicia de los gentiles, que en Jesús recién nacido reconocen y adoran al Cristo Mesías; la teofanía en el río Jordán, donde Jesús fue proclamado por el Padre “hijo predilecto” (Mt 3,17) y comienza públicamente su ministerio mesiánico; el signo realizado en Caná, con el que Jesús “manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en él” (Jn 2,11).

Durante el tiempo navideño, además de estas celebraciones, que muestran su sentido esencial, tienen lugar otras que están íntimamente relacionadas con el misterio de la manifestación del Señor: el martirio de los Santos Inocentes (28 de diciembre)...; la fiesta de la Sagrada Familia (domingo dentro de la octava), en la que se celebra el santo núcleo familiar en el que “Jesús crecía en sabiduría, edad y gracia ante Dios y ante los hombres” (Lc 2,52); la solemnidad del 1 de enero, memoria importante de la maternidad divina, virginal y salvífica de María...

En el tiempo que discurre entre las primeras Vísperas de Navidad y la celebración eucarística de medianoche[...] la piedad popular propone algunas de sus expresiones de oración [...], que es oportuno valorar y, si es preciso, armonizar con [...] la Liturgia. Se pueden presentar, por ejemplo:

-los “nacimientos vivientes”, la inauguración del nacimiento doméstico, que puede dar lugar a una ocasión de oración de toda la familia: oración que incluya la lectura de la narración del nacimiento de Jesús según San Lucas, en la cual resuenen los cantos típicos de la Navidad y se eleven las súplicas y las alabanzas, sobre todo las de los niños...;

-la inauguración del árbol de Navidad. También se presta a un acto de oración familiar semejante al anterior. Independientemente de su origen histórico, el árbol de Navidad es hoy un signo fuertemente evocador, bastante extendido en los ambientes cristianos; evoca tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén (cf. Gn 2,9), como el árbol de la cruz, y adquiere así un significado cristológico: Cristo es el verdadero árbol de la vida, nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa María, árbol siempre verde, fecundo en frutos [...];

-la cena de Navidad. La familia cristiana que todos los días, según la tradición, bendice la mesa y da gracias al Señor por el don de los alimentos, realizará este gesto con mayor intensidad y atención en la cena de Navidad, en la que se manifiestan con toda su fuerza la firmeza y la alegría de los vínculos familiares.


La Iglesia desea que todos los fieles participen en la noche del 24 de diciembre, a ser posible en el Oficio de lecturas, como preparación inmediata a la celebración de la Eucaristía de medianoche. Donde esto no se haga, puede ser oportuno preparar una vigilia con cantos, lecturas y elementos de la piedad popular, inspirándose en dicho oficio.


En la misa de medianoche, que tiene gran sentido litúrgico y goza del aprecio popular, se podrán destacar:

-al comienzo de la misa, el canto del anuncio del nacimiento del Señor, con la fórmula del Martirologio Romano;

-la oración de los fieles deberá asumir un carácter verdaderamente universal, incluso, donde sea oportuno, mediante el signo de la pluralidad de lenguas;
-y en la presentación de los dones para el ofertorio siempre habrá un recuerdo concreto de los pobres;

-al final de la celebración podrá tener lugar el beso de la imagen del Niño Jesús por parte de los fieles, y la colocación de la misma en el Nacimiento que se haya puesto en la iglesia o en algún lugar cercano".


(Directorio Liturgia y piedad popular, nn. 106-107. 109-112).

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