"San Pablo marcha delante de nosotros como el atleta y como el obrero de la viña del Señor (cf. 2Co 11,19; 12,9). Toda su vida fue lucha y esfuerzo, persecución y cuidados. ¡Cómo fue acosado este hombre! No encontró descanso en ninguna parte. Tan pronto como le dejaba un momento un enemigo, salía otro nuevo. Y lo peor de todo era que sus propios hermanos eran muchas veces sus peores y más enconados enemigos. Hay que añadir su mala salud, las persecuciones por parte de las autoridades y del Estado, la preocupación por sus hijos espirituales. Sin embargo, este hombre no se gloría de sus trabajos. Podía haberlo hecho, pues hizo del cristianismo una religión universal, él, el "maestro de los gentiles" (1Tm 2,7). Pero no dice más que "sólo me gloriaré en mis flaquezas" (2Co 12,5). Porque si él es débil, Cristo es fuerte en él. Y Cristo es su gloria, su vida y su amor. Quiere ser todo sólo para Cristo, que ha muerto por él. Es muy grande la revelación del poder de Dios en su fiel Pablo. No obstante, para que no se ensoberbeciera, Dios le envió un ángel de Satanás, que le martirizaba a puñetazos. Repetidas veces rogó al Señor que le librara de aquel azote. Pero el Señor le contesta: "Te basta mi gracia, que mi fuerza se realiza en la flaqueza" (2Co 12,9). Así, pues, San Pablo se gloriará de su debilidad, para que habite en él la fuerza de Cristo (cf. 2Co 12,9), la fuerza del Ágape. ¡Qué pequeño es el hombre que se apoya en sí mismo y qué grande, en cambio, el que se olvida de sí mismo!
Nosotros también tenemos que recorrer el camino de nuestra vida igual que San Pablo: tenemos que aceptar pacientemente la debilidad con que Dios ha cargado nuestras espaldas y confiar únicamente en Dios; aun los pecados que Dios ha tolerado, debemos llevarlos humildemente en penitencia, para que Cristo pueda mostrarse en nosotros como Redentor y Salvador. Si fallamos con tanta frecuencia y si nuestras fuerzas son tan exiguas y mezquinas, alegrémonos, porque de esa manera el hombre, en nosotros, se hace pequeño, y Dios, en cambio, grande. Muchas veces Dios nos hace llevar ciertas cargas a lo largo de toda la vida, para que seamos humildes y clamemos: "En ti, Señor, me cobijo, ¡nunca quede defraudado!" (Sal 30,2; Sal 70,1). Esto no quiere decir que no debamos combatir nuestras debilidades. El que no lucha, está ya perdido. No, la victoria está solamente en la lucha, primeramente una victoria oculta, y más tarde -cuando lo quiera Dios- una victoria manifiesta. Muchas veces Dios no nos concede saborear durante mucho tiempo la victoria, para que no le perdamos a Él, al Señor. ¿Para qué nos serviría una victoria externa, si quedáramos con ella separados de la verdadera fuente de energía? Pensaríamos al fin que habíamos alcanzado la meta por nuestros propios medios, siendo así que solamente la misericordia de Dios puede salvarnos. "El que se gloríe, gloríese en el Señor" (1Co 1,31). Solamente la paciencia consigue la corona".
(Odo Casel, Misterio de la Cruz, p. 166-167).
Yo creo que don Odo y usted escribieron esto pensando en mi. Fuera de bromas, ha sido un gran consuelo leerlo.
ResponderEliminarPara mí ha sido una pequeña sorpresa. Ni recordaba esta entrada (probablemente programada hará casi dos años, junto con varios textos de Casel).
EliminarPincho esta mañana a ver qué salía en mi blog -insisto, escribo y programo entradas con muchísima antelación- me he sorprendido de la belleza del texto y de su fuerza cristiana. Yo también pido al Señor gracia para vivir lo que dice el autor.
Sólo se conoce a Jesús comprometiéndose a seguirle. Entregarnos a Él con todo el amor de nuestro corazón es aceptar el ser arrastrado allí donde no quisiéramos ir, es decir a la Pasión. Pero para entregarnos es precisa la aceptación de nuestra realidad como hace magistralmente san Pablo. El Señor pide que desarrollemos a fondo todos los dones que ha depositado en nosotros: cuerpo, alma, corazón, voluntad y libertad. Todas las fuerzas vitales que surgen en lo más profundo de nuestro ser deben ser aceptadas y desarrolladas con plena lucidez y puestas al servicio de Cristo, y sería un mal el rechazarlas bajo el pretexto de renunciamiento o limitación; muchas dificultades provienen de que rehusamos aceptarnos tal como somos, seres con fortalezas, límites y pecados, y no distinguimos en verdad entre unas y otros. Nuestra cruz no está fabricada en el taller personal, es “su Cruz”. Cristo nos pide que le ayudemos a Él a llevar su cruz, esta es nuestra misión en el mundo y no sólo como imitadores sino como verdaderos miembros de su Cuerpo que viven con Él su vida, padecen y hacen con Él lo que Él padece y hace.
ResponderEliminar¡Qué Dios les bendiga!
Su comentario hoy ilumina algo mío, personal. Se lo agradezco, porque el Espíritu puede hablar hasta por un blog y un comentario.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Bendigo a Jesús, tanto por el blog como por el comentario de Julia María.
ResponderEliminarGracias por bendecir a Cristo por este blog.
EliminarJulia María es una joya en el blog, así como otros muchos comentaristas y amigas que han convertido esta página en una comunidad católica donde se comparte la vida cristiana aprendiendo.
Si no fuera porque El me pone delante mi debilidad y me invita a ponerla en Su Cruz...no sé que seria de mi.
ResponderEliminarEs una Gracia enorme saber que El es el que se fija en mi para llevar esta carga...que es suave y ligera si mirandole solo a El la tomo con fuerza entre mis brazos.
Me ayuda mucho esta entrada D Javier.
Ánimo y adelante!!
EliminarEl que da la carga, da la fuerza para llevarla, aunque dé esa fuerza de modo misterioso y muchas veces imperceptible.
Hola!...al leer el articulo puedo entender muchas cosas al momento cuando uno pide ...a Dios. Y no le conceden..el milagro o la peticion.... hasta ahi entiendo...pero yo tengo una pregunta acerca del sufrimiento...vale la pena sufrir o esperar a Dios cuando se le pide que le ayude a no desmayar o a caer....?? Para que me entienda mejor explicare mi caso... Tenia 22 años.. entregue a Dios todo....cumpli los mandamientos... ayunaba..iba a misa...rezaba...oraba...(rosario,novenas, leia la biblia)..etc...no miraba la tv.. leia buenos libros con el fin que me ayude a seguir el camino que decidi libremente..y me gustaba...estaba en grupo de jovenes..misa diaria..comulgaba. no digo que estaba a la perfeccion pero si intentaba y luchaba por caminar espiritualmente.. paso un dia..que la persona que amaba dio por terminada la relacion.. sufri mucho pero Dios me daba la fuerza para seguir..lo supere... despues que mis padres se separan...tremendo golpe..nuevamente pero ahi seguia al pie del cañon ..claro corazoncito ya adolorido...por ultimo..... Dios.... que me defraudo espiritualmente.... ahi si me mato...todos mis esperanzas ..sueños... ya nada seria igual...siempre a Dios pedi un guia espiritual..pero jamas lo tuve...eso me lamento hasta el dia de hoy..hubieron personas que me animaban y apoyaban pero no me llenaba ni me consolaba... se preguntara que fue lo que me hizo Dios?... le explico.... un dia un amigo del grupo juvenil me da una oracion... normal y corriente.. y eso fue el daño de mi espiritu...llegue a casa a rezarla..y empezo el ataque espiritual algo que no entendia bueno entendia por los libros que leia...pero no tenia ayuda espiritual..mi guia espiritual... en fin una ruina....la primera noche.....tuve pesadillas q no pude dormir... me llenaba de miedo.... no podia leer nada porque soñaba esa misma pesadilla...era satanas que me atormentaba..tan solo pedia a Dios que me ayude pero fue en vano no encontre.. al principio... la ayuda tuve pero lentamente cai en depresion...porque al parecer Dios nunca existio en ese momento...me abandono me dejo con mi pesadilla..mi problema..mee dejo sola....yo inexperta..lo que mas me decepciona q busque ayuda pero nada era igual...me volvi de hierro..fria sin sentimientos..sin corazon...de aquella persona q luchaba no queda ni las cenizas..intente suicidarme o al menos siempre planificaba en mi mente esas cosas porque si Dios no existe..o si existiera..porque me dejo caer...al sacerdote de mi parroquia le decia queria un cancer un problema fisico que lo superaria pero no este problema espiritual porque me mata ... y si camino. O si respiraba porque no me quedaba de otra.... dos años cai en fuerte depresion solo me levantaba para trabajar... nada mas.... desde ese dia no se que es felicidad ..... espiritualmente estoy muerta fisicamente no me importa nada... en mi coraazon busca la sanacion pero al parecer no hay antidoto para mi problema... y hoy por hoy..todo lo q hago ...me sale mal... me envolvi en el mundo...buscando respuestas..y mas que eso....sanacion..... digame algo...que haria ud. En mi caso.....???? Yo no tengo odio....tengo desamor....quiero amar....quiero descubrir ese sentimiento que viene de lo alto.....es dificil para mi...ir a misa.... leer la biblia.... etc...ud.. entendera....
ResponderEliminarAcabo de responderle por email privado. Ojalá le sea de ayuda.
EliminarUn saludo cordial en el Señor