Tema fascinante pero difícil de explicar: la Verdad y la libertad van unidas.
Entre verdad y libertad hay una relación estrecha y necesaria. La búsqueda honesta de la verdad, la aspiración a ella, es la condición para una auténtica libertad. No se puede vivir una sin otra.
La Iglesia, que desea servir con todas sus fuerzas a la persona humana y su dignidad, está al servicio de ambas, de la verdad y de la libertad. No puede renunciar a ellas, porque está en juego el ser humano, porque le mueve el amor al hombre, «que es la única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma» (Gaudium et spes, 24), y porque sin esa aspiración a la verdad, a la justicia y a la libertad, el hombre se perdería a sí mismo (Benedicto XVI, Discurso en la Catedral, Santiago de Compostela, 6-noviembre-2010).
Para ser libres, la verdad se presenta como fundamento.
Y es que la libertad no es la ausencia de normas para dejar paso salvaje a los instintos y a los caprichos; libertad no es la ausencia de condicionantes exteriores o interiores. El reclamo por la libertad de hoy es la exigencia de que desaparezca toda norma moral, todo aquello que oriente, para ser uno quien trace sus opciones sin referentes alguno. Esa sería una libertad vaciada de sí misma, vacía de contenido. Se traduciría en el "allá cada cual con su conciencia" en el sentido que se le da: que cada uno haga lo que quiera... Pero, ¿se sacan las conclusiones reales de este planteamiento? ¿Allá cada cual con su conciencia si decide abortar, si decide ser un terrorista, si decide autodestruirse? ¿Allá cada cual con su conciencia sin límites? ¿No hay nada objetivo, cierto? Porque si no existe la verdad sino solamente la libertad, todo es lícito, todo se puede hacer, todo vale. ¿Todo vale? ¿Nos damos cuenta de lo que esto significa, de adónde conduce? La libertad sin verdad es una fuerza desatada que ciega y se conduce por los instintos, los caprichos, la conveniencia... o el pensamiento políticamente correcto de cada momento.
¿No hay nada objetivo, ni cierto, ni auténtico?
¡Sí que lo hay! La verdad sustenta la libertad, mientras que la mentira engrandece la libertad privándole de su ser. La verdad del ser humano orienta la libertad: uno es más libre cuanto más verdadero sea, cuanto más se acerque a la verdad, la descubra, la asimile y su conciencia, ahora sí, bien formada, se ajuste al contenido de la verdad.
La verdad sobre el mundo, que es creación; la verdad sobre el hombre, imagen y semejanza de Dios, sujeto de derechos y obligaciones cuya dignidad y vida son inviolables... etc... etc.... Es la verdad la que da contenido y forma a la libertad, otorgándole al hombre una dirección única y sublime: hacer lo bueno, lo noble, lo justo, lo puro, lo amable, lo laudable.
Sin la aspiración "a la verdad, a la justicia y a la libertad, el hombre se perdería a sí mismo": se perdería y se destruiría sin saber qué hacer. Es la capacidad racional del hombre, de nuevo la razón y la fe, la que guiarán al hombre y le dignificarán permitiendo que su libertad tenga un contenido auténtico.
La Iglesia -decía el Papa- ayuda al hombre en su búsqueda de la verdad para la realización de su libertad. Dicho con otras palabras: si el relativismo y el nihilismo son los destructores de la verdad y por tanto la negación de la libertad, la Iglesia hoy debe defender al hombre y trabar batalla contra sus dos principales enemigos. Hoy la Iglesia debe enfrentarse -¡cada uno de sus hijos!- con el relativismo. Ese es el principal peligro hoy.
"Si os mantenéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre". Jn 8,31b-32.
ResponderEliminarLa verdad sobre el mundo, que es creación; la verdad sobre el hombre, imagen y semejanza de Dios, sujeto de derechos y obligaciones cuya dignidad y vida son inviolables...
Porque la verdad es la expresión de la voluntad de Dios sobre el hombre, tal como nos ha sido transmitida por Cristo. La verdad es el Amor manifestado en Cristo Jesús, que nos libera de la esclavitud del pecado y nos transforma día a día en su imagen.
Hola D.Javier: La Relatividad no hay endiosado que la entienda, pero el relativismo todo dios lo practica.
ResponderEliminarEntiendo de su exposición que verdaderamente soy libre cuando hago lo bueno, lo noble, lo puro, lo amable, lo laudable, perfeccionándome, santificándome y que cuando no es así, hay esclavitud, deformidad sin contenido, y ya no permanezco en la verdad, ó mejor, con el que es la Verdad.
¡Qué difícil encuentro luchar contra la relatividad sin herir amores propios ajenos olvidados de la verdad y tan posesivos con la mentira vestida de verdad, esa que llaman "mi verdad"! sin duda me falta paciencia.
Para el "mundo" moderno, la libertad es un fin. En realidad la libertad sólo puede ser un presupuesto y una consecuencia, nunca un objetivo absoluto.
ResponderEliminarEsto:
" ... la verdad y de la libertad. [la Iglesia] No puede renunciar a ellas, porque está en juego el ser humano." no ha estado, jamás en la historia de la humanidad, tan claro como hoy día.
A la vuelta de su preciosa tierra, Córdoba, me quedo con una frase que la escriben desde Sevilla:
ResponderEliminar"Si os mantenéis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libre". Jn 8,31b-32.
Le doy las gracias por ser un sacerdote como Dios manda.
¡Que el Señor le bendiga siempre!
Reflexionando sobre la libertad, a partir del libro "se puede vivir así" del P. Luigi Guissani, me di cuenta que la libertad que no se hace opción, se pierde. Cuando optamos y lo hacemos correctamente, la libertad vuelve y lo hace en mayor medida. Es como cuando se siembra!
ResponderEliminarPero ... si no tenemos opción o las opciones se ajustan a las apetencias del momento... gastamos la libertad y terminamos esclavizados.
Solo conseguiremos optar con coherencia durante toda la vida... si creemos que existe la Verdad y buscamos integrarnos en Ella.
Dios le bendiga D. Javier :)
Intentaré "responder", aunque cada comentario es una pieza íntegra en sí mismo y no hay mucho que añadir.
ResponderEliminar"Desde Sevilla": La Verdad nos libera de nosotros mismos... ¡Así, así es!
NIP: Uno es libre cuando se entrega a lo bueno, lo verdadero y lo bello, lo puro, amable y laudable... pero uno es esclavo cuando en lugar de entregarse, dice "No" y busca su propia deformidad.
Séneka: No había caído en ese punto que Vd. señala y me parece interesantísimo, digno de reflexionar. La libertad hoy se establece como un fin en sí misma, pero ¿para qué? Es un presupuesto y una consecuencia de la adecuación de mi inteligencia y afecto a la Verdad.
Capuchino de Silos: tanto Sevilla como Córdoba están en mi biografía. ¿Un sacerdote como Dios manda? ¡Ay!, ¡¡Ya quisiera yo!!
Miserere: Bien por la referencia a don Giussani. Sólo que el lenguaje de "opción" u "opciones" me provoca alergia. Pero señalemos que la libertad tiene como dirección la Verdad, y sin esa dirección la malgastamos; pero cuando nos encaminamos a la Verdad, cada vez se engrandece más.
Gracias a todos por los comentarios. Entre todos se enriquece esta catequesis virtual.
Perfecto D. Javier. El pulido fino me viene genial. Suena mucho mejor hablar de direcciones que opciones. Además da un sentido mucho más dinámico a la vivencia de la libertad. Gracias :)
ResponderEliminarA mi tampoco me agrada el "lenguaje de las opciones", D. Javier. Otro dogma moderno (liberal) es el de que se es más libre cuantas más opciones hay paar elegir. Frente a ese absurdo, la afirmación gozosa de que se es más libre cuanto más fiel se es a la propia naturaleza, o a la propia vocación que viene a ser lo mismo.
ResponderEliminarGracias. Bendiciones. En muchos aspectos se lee aquí la verdad y libertad como sentido de moral. Bello y real.
ResponderEliminarMiserere:
ResponderEliminarNo se tome a mal el "pulido fino". A mí me examinaban hace ya unos veinte años de "moral de actitudes" con la palabra "opción"; eso me provoca auténtica alergia, y evito esa expresión siempre que puedo.
Seneka:
Muy de acuerdo con sus apreciaciones (espero que también sea al revés y esté ""alguna vez"" Vd. de acuerdo con las mías...).
Geko Mimus:
Gracias a Vd. por sus palabras. Este blog -catequesis de un salón parroquial virtual- pretende siempre y en todo ofrecer Verdad que ayude a que la libertad se encamine; ofrecer Bien para que se difunda; ofrecer Belleza que nos eleve.
¡Pero si acabo de decir que estoy de acuerdo con usted!
ResponderEliminarQuejica
Tomo sus consejos con alegría y muy a gusto, D Javier. Me encanta el pulido fino. Gracias de nuevo :)
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