La montaña domina toda la escena. Su simbolismo se impone, es patente: es lugar aislado y dificultoso, pues hay que subir entre rocas escarpadas. “Su carácter macizo, de altura que domina a la tierra de alrededor, la turbación que se experimenta al aventurarse hasta ella, la casi imposibilidad de subsistir allí largo tiempo, el hallarse cubierta de nubes, la caída frecuente del rayo..., todo concurre a hacer e la montaña un verdadera mundo aparte. Esas montañas eternas, esas colinas santas, de que habla con frecuencia la Biblia, son el lugar donde la tierra, como un gigante, se endereza, se eleva, se estira al encuentro del cielo. Sobre ella se fija irresistiblemente la mirada del hombre sobrecogido por la llamada de lo alto” (Champeaux, p. 202).
Nadie hay, sólo el hombre consigo mismo, su soledad sonora, sus pensamientos y sus emociones, su plegaria y su esfuerzo ascético: la soledad es sonora en este desierto, en esta montaña. Es la ascensión espiritual, la elevación necesaria para llegar a Dios, a la comunión con Él y con uno mismo. “El trascender la condición humana, ya penetrando en la zona sagrada (templo, altar), ya por la consagración ritual, ya por la muerte, se expresa concretamente por una “transición”, una “subida”, una “ascensión”” . El hombre que tiene sed de infinito, sed de Dios, debe elevarse por encima de las cosas mundanas, de los valles, de las honduras en las que él cae, y subir, subir siempre, porque allí encuentra la Presencia del Misterio que sostiene la vida y que responde al deseo más profundo inscrito en el corazón humano.
Así pues hay dos matices destacables: la ascensión y el silencio del desierto. Referente a la ascensión, como progreso y elevación espiritual, comenta Orígenes: “Moisés, al ver que la zarza ardía sin consumirse, admirado por la visión, dijo: “Pasaré y veré esta visión”. No quería decir, ciertamente, que iba a franquear una cierta distancia, ni que iba a escalar montañas o a bajar las pendientes abruptas de los valles. La visión le era cercana, estaba delante de él, ante sus ojos. Sin embargo dice: “Pasaré”, para mostrar que, advertido por la visión celeste, debe ascender a una vida superior y pasar del estado en que se encontraba a uno mejor” (Hom. in Gen., XII,2) .
Respecto al silencio del desierto, con lo que implica de ascesis del mundo interior, está implicado el combate con uno mismo y la escucha del Dios que se manifiesta: “El lugar del acontecimiento de Ex 3 es el desierto. Para Moisés, para Elías, para Jesús, ése es el emplazamiento de la vocación y de la preparación. Si no se sale del trajín cotidiano, si no se afronta la fuerza de la soledad, no se puede percibir a Dios. Si bajo el primer aspecto, a partir del marco histórico, tenemos que decir que el corazón codicioso, egoísta, no puede conocer a Dios, bajo este segundo aspecto podemos asegurar que el corazón ruidoso, aturdido, disperso, no puede encontrar a Dios” (Ratzinger, El Dios de los cristianos..., p. 20).
Nadie hay, sólo el hombre consigo mismo, su soledad sonora, sus pensamientos y sus emociones, su plegaria y su esfuerzo ascético: la soledad es sonora en este desierto, en esta montaña. Es la ascensión espiritual, la elevación necesaria para llegar a Dios, a la comunión con Él y con uno mismo. “El trascender la condición humana, ya penetrando en la zona sagrada (templo, altar), ya por la consagración ritual, ya por la muerte, se expresa concretamente por una “transición”, una “subida”, una “ascensión”” . El hombre que tiene sed de infinito, sed de Dios, debe elevarse por encima de las cosas mundanas, de los valles, de las honduras en las que él cae, y subir, subir siempre, porque allí encuentra la Presencia del Misterio que sostiene la vida y que responde al deseo más profundo inscrito en el corazón humano.
Así pues hay dos matices destacables: la ascensión y el silencio del desierto. Referente a la ascensión, como progreso y elevación espiritual, comenta Orígenes: “Moisés, al ver que la zarza ardía sin consumirse, admirado por la visión, dijo: “Pasaré y veré esta visión”. No quería decir, ciertamente, que iba a franquear una cierta distancia, ni que iba a escalar montañas o a bajar las pendientes abruptas de los valles. La visión le era cercana, estaba delante de él, ante sus ojos. Sin embargo dice: “Pasaré”, para mostrar que, advertido por la visión celeste, debe ascender a una vida superior y pasar del estado en que se encontraba a uno mejor” (Hom. in Gen., XII,2) .
Respecto al silencio del desierto, con lo que implica de ascesis del mundo interior, está implicado el combate con uno mismo y la escucha del Dios que se manifiesta: “El lugar del acontecimiento de Ex 3 es el desierto. Para Moisés, para Elías, para Jesús, ése es el emplazamiento de la vocación y de la preparación. Si no se sale del trajín cotidiano, si no se afronta la fuerza de la soledad, no se puede percibir a Dios. Si bajo el primer aspecto, a partir del marco histórico, tenemos que decir que el corazón codicioso, egoísta, no puede conocer a Dios, bajo este segundo aspecto podemos asegurar que el corazón ruidoso, aturdido, disperso, no puede encontrar a Dios” (Ratzinger, El Dios de los cristianos..., p. 20).
D. Javier, me gusta este nuevo look que le ha dado a su blog.
ResponderEliminarHe estado probando opciones. No sé si habré acertado. La veo más despejada en la pantalla y colores suaves. Veamos qué dicen los demás lectores...
ResponderEliminarY a la vez, me alegra comprobar que se ha solucionado el problema que me impedía enviar comentarios.
ResponderEliminarLa letra está más grandecita y me cuesta menos leerla, gracias. Paloma.
ResponderEliminarPaloma: Me alegro.
ResponderEliminarHe ido probando con las plantillas que ofrece blogger y esta me ha parecido suave y discreta.
No obstante, para aumentar la letra, en la opción "Ver" está el "Aumentar". Yo la suelo emplear para no lastimar mi vista, que de cerca empieza ya a quejarse a pesar de las gafas...
Se agradece el cambio, ya te lo dije ayer, el verde con el verde mareaba. Has cambiado no para bien, sino para mejor
ResponderEliminarPensaba cambiar el blog. Blogger ofrecía nuevos y más variados diseños de plantillas. Espero que éste sea agradable para todos. La decisión final la tomé esta mañana con tu comentario, Ricardo, y fui probando.
ResponderEliminarA mi tambien me gusta el nuevo aspecto que le has dado al blog. Al principio al abrirlo me he quedado confusa , no sabía qué pasaba y creí que algo fallaba pero al leer los comentarios me quedé más tranquila.Un abrazo
ResponderEliminar