viernes, 18 de junio de 2021

La visión de S. Cipriano sobre la unidad de la Iglesia


La unidad de la Iglesia es un tema de una tremenda actualidad que puede ser iluminado por la reflexión de Cipriano, ya que éste tiene todavía una palabra que decirnos y puede ayudarnos a vivir el ideal de Jesús, i.e. "que todos sean uno", en nuestra comunidad eclesial. 




Quisiéramos destacar dos aspectos de la obra de Cipriano que más nos han impactado: el uso de la Escritura y su actualidad, que nos pueden revelar al importancia que los Padres tienen para la Iglesia de todos los tiempos y la necesidad de volver a escucharlos, con una apertura de espíritu y, en concreto de este tema sobre la unidad eclesial. 

 En cuanto al primer aspecto de su obra, cabe reseñar el uso abundantísimo de la Escritura en Cipriano. Muchas citas están en su obra, de forma explícita o implícita, que hilvanan y fundamentan el pensamiento de Cipriano. Este revela el sentido de muchos pasajes a través de la alegoría dando interpretaciones de extraordinaria profundidad y belleza, así, p.e. el pasaje de la prostituta Rahab, la alegoría de la casa, el manto de Ajías, etc. Estas interpretaciones alegóricas son muy características de los Padres porque  parten de la idea de que Cristo está presente ya en el AT y que podemos descubrirlo a partir del NT; de ahí el uso de la alegoría en los Padres.


Cipriano no toma la Escritura para asentar su pensamiento a modo de "superposición" o "yuxtaposición", no como un añadido que sirva para rellenar su pensamiento, sino que es a partir de la Escritura, con un proceso, por tanto, a la inversa, como Cipriano -y en esto, todos los Padres- elaboran su reflexión y su pensamiento.

Estas características de la obra de Cipriano -en particular- y de los Padres -en general- nos plantean una serie de preguntas y reflexiones. Nosotros hoy hacemos una teología muy distinta; no pretende responder a problemas pastorales, a realidades y problemas eclesiales, sino que elaboramos una teología muy sistemática, sí, pero abstracta, y tomamos la Palabra para que refrende y afiance nuestras teologías. Es un uso -¡y abuso!- de la Escritura que hoy, fácilmente podemos constatar, con una serie de consecuencias que desbordarían nuestro tema.
                        
Muchas veces, creemos sería positivo volver al estilo alegórico que los Padres manejaron tanto, porque hoy nos quedamos muchas veces sólo en el análisis filológico, exegético, hermenéutico, sin profundizar el sentido del texto y desvelar ahí la presencia de Cristo Jesús, de tal forma que la Escritura pierde mucho de Palabra de Dios y la vamos reduciendo a una obra literaria más o menos impregnada, eso sí, de un profundo sentido religioso. Esta es la reflexión que nos planteamos en cuanto al uso de la Escritura en Cipriano.
 
La segunda conclusión que podemos sacar es la actualidad de su obra. Parecidos problemas a los que se dieron en la etapa patrística se repiten hoy, con atenuantes y circunstancias distintas- y tendremos que ver la respuesta que a estas cuestiones dieron los Padres para que nos sirvan de orientación. El tema de la unidad de la Iglesia creemos que tiene una actualidad porque lo estamos viviendo con mucha intensidad.

La Iglesia, es cierto, tiene muchos carismas suscitados por el Espíritu para el bien común (1Cor 12,7), y se pueden concretar en los diversos grupos, movimientos, comunidades y espiritualidades. Sin embargo observamos que, con demasiada frecuencia, estos distintos movimientos están enfrentados, existen asperezas y falta de respeto unos a otros. Si en la Iglesia de Dios, como dice Cipriano, están los que habitan en la concordia y unidad, ¿qué Iglesia estamos haciendo? Por encima de esto, la unidad, y una unidad garantizada por el obispo.

La comunión tiene que realizarse y hacerse visible y eficaz por la unión de la comunidad eclesial con su Pastor. También hoy observamos, desgraciadamente, lo contrario. 

Muchos se ciñen a sus propios criterios sin tener en cuenta a su obispo que está velando por la comunión eclesial. De tal forma que "en este enfrentamiento", "excomunión con el obispo" se olvidan de que "donde está el obispo, está la Iglesia, y quien está contra el obispo, está contra la Iglesia." Habrá que caminar por este sendero de comunión y de una obediencia seria y dialogante con el obispo, en las circunstancias actuales y en el ambiente eclesial en que vivimos. 

Parece que hay una tendencia a una "falsa democracia" en las comunidades, pretendiendo caminar sin Pastor; como comunidades autónomas están fuera de la comunión eclesial, la unidad se va rompiendo. Las comunidades pretenden imponerse al obispo, el rebaño al Pastor, desacreditando así la figura de éste y cayendo por tanto "en manos de los lobos." 

Estos son hechos que podemos constatar fácilmente en nuestra realidad eclesial, y que constituye un serio problema a la unidad. El rebaño tiene que estar con su Pastor porque si no, no estamos en la Iglesia.
 
Dentro del pensamiento de Cipriano hay un punto que nos parece importante: la colegialidad episcopal. Si bien en la época de este Padre todavía no estaba desarrollada una "teología del ministerio" del obispo de Roma, hay que contar el sentido tan profundo de la colegialidad episcopal: todos los obispos están unidos solidariamente en el episcopado, con autonomía en cada Iglesia. 

1 comentario:

  1. "su obispo que está velando por la comunión eclesial." Bueno, con el cierre de las iglesias, la privación de los sacramentos al Pueblo de Dios, etc, en muchas diócesis, no así en Alcalá de Henares, hemos visto que velan por... ¿Qué? Es un escándalo la forma en que se han comportado con nosotros. ¡El rebaño ABANDONADO! Muchos pastores escondidos atemorizados... esperando que escampe.

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