domingo, 13 de junio de 2021

Epíclesis de la oración Emitte (Bendición óleo de enfermos)

Después de la invocación a Dios y de la anámnesis o memorial de la salvación, la plegaria Emitte ofrece la epíclesis, es decir, la invocación a Dios para que envíe desde el cielo el Espíritu Santo sobre el óleo.





Señor Dios, Padre de todo consuelo,
                       que has querido sanar las dolencias de los enfermos por medio de tu Hijo:
escucha con amor la oración de nuestra fe
y derrama desde el cielo tu Espíritu Santo Defensor sobre este óleo.

Tú que has hecho que el leño verde del olivo
produzca aceite abundante para vigor de nuestro cuerpo,
enriquece con tu bendición + este óleo,
para que cuantos sean ungidos con él
sientan en el cuerpo y en el alma
tu divina protección
y experimenten alivio en sus enfermedades y dolores.

Que por tu acción, Señor,
este aceite sea para nosotros óleo santo,
en nombre de Jesucristo, nuestro Señor.
Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.






3. Epíclesis

            La oración tiene una expresa epíclesis que da nombre a esta oración de bendición en los Sacramentarios, “Emitte”, y por la cual, recordemos, comenzaba directamente, ya que el memorial era en sí todo el Canon que se acababa de proclamar.

            3.1. La oración de nuestra fe

            “Escucha con amor la oración de nuestra fe”. He aquí otra alusión bíblica clarísima a la carta de Santiago en el pasaje que recomienda la unción de enfermos. Dice el apóstol: “llame a los presbíteros de la Iglesia y que recen sobre él, después de ungirlo con óleo, en nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo” (St 5, 13-16). Esta oración de fe, que el apóstol recomienda, comienza aquí y ahora, pues es el principio o antecedente de la Unción que se practicará sobre los enfermos. 


Esta bendición del Óleo ya es esa misma oración de fe que desea el Apóstol, pues a continuación pediremos expresamente los efectos saludables de la Unción para aquellos que hayan de ser ungidos. Antiguas interpretaciones de la Tradición lo avalan; p.e. el Pseudo-Hilario de Arlés: 


Y la oración de la fe, es decir, el consentimiento de toda la Iglesia, como se lee en el Evangelio: Lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo dará” (Com. Carta Santiago, PL Supp 3, 81); 


semejante interpretación en S. Cesáreo de Arlés: 


“Además, siempre que a alguno le sobrevenga cualquier enfermedad, que acuda a la iglesia, reciba el cuerpo y la sangre de Cristo, sea ungido por los presbíteros con óleo consagrado, y pida a los presbíteros y a los diáconos que oren por él en nombre de Cristo. Quien así actúe, recibirá no sólo la salud del cuerpo, sino también el perdón de los pecados” (Serm. 19,5); 


o Beda el Venerable, de forma más generalizada, pero atribuyendo el contexto de la oración de fe a la plegaria en el nombre de Cristo que harán los presbíteros: 


“Según leemos en el Evangelio, esto es lo que hicieron los Apóstoles, y ésta es la costumbre de la Iglesia, que los enfermos sean ungidos por los presbíteros con el óleo consagrado y sean sanados por sus oraciones… Y al escribir ungiéndole con aceite en el nombre del Señor, se refiere al óleo consagrado en el nombre del Señor. O también ciertamente que deben invocar sobre el enfermo el nombre del Señor, cuando le ungen” (Com. Carta Santiago; PL 93,39).


Explica Nicolau:  


La oración de la fe es la oración de que acaba de hablarse, la oración de los presbíteros, que deben orar con fe; con aquella fe que traslada los montes y obra prodigios. Directamente, no se trata, pues, de la oración o de la fe del enfermo (como querían los protestantes), aunque esta fe debe suponerse si llama a los presbíteros; sino que la oración de la fe es directa e inmediatamente la oración de los presbíteros… Oración de la fe designa el rito sacramental, basado en la fe, así como misterio de la fe designa la eucaristía, y palabra de la fe (verbum fidei) designa el bautismo”[1]


Esta “oración de fe” es la oración, pues, recitada por el presbítero sobre el enfermo, a tenor de la conclusión que ofrece el Ritual de la fórmula ad libitum de bendición del Óleo por un presbítero: “y por la oración de nuestra fe libra de sus males a quienes ungimos con el óleo” (RU 141), o también: “Te pedimos que, ungido con el óleo santo y ayudado por la oración de nuestra fe...” (RU 149).



[1] NICOLAU, M., La Unción de los enfermos. Estudio histórico-dogmático, Madrid 1975, p. 15.

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