En nuestro rito hispano-mozárabe, después de la preparación de las ofrendas en el altar, incensación y lavatorio de manos, el sacerdote vuelve a la sede para iniciar la liturgia de la oración con los dípticos, propuestos por el diácono, intercalando oraciones el sacerdote y cerrando con el signo de la comunión en la oración: la oratio ad pacem y el beso de paz.
Antes de iniciarse los dípticos, el sacerdote en la sede (el chorus, abajo, fuera del ámbito del santuario) exhorta a la oración de todos con la oratio admonitionis. En este día, Nativitas Domini, esta oratio invita a orar en la Navidad diciendo (¡qué hermosura de textos litúrgicos!):
Éste es el tiempo favorable, éste es el día de salvación.
La luz se ha dejado ver en la tierra:
salgamos de las tinieblas.
Nuestro defensor ha bajado del cielo:
actuemos como conviene.
El Redentor ha aparecido en el mundo:
exultemos por nuestra libertad.
Ha venido el médico cerca de los enfermos:
mostremos nuestras llagas.
El pan vivo ha sido dado a los creyentes:
no dudemos en tomarlo.
Una fuente inagotable ha brotado para los fieles:
llenemos nuestras almas.
Que su misericordia, su poder y su gracia,
nos hagan permanecer en el camino de la fe,
en el culto de la justicia,
en la estabilidad de la recta confesión
y en la estima de la castidad,
de modo que nuestras almas aparezcan
fructificando para él y no secándose.
Que en tal estado nuestra vida dé frutos y nos deleite,
gracias al que ha entrado en nuestra naturaleza,
no en nuestro pecado,
el que al nacer permanece Dios en nosotros
y ha aparecido para morir por nosotros.
R/. Amén.
Él que vive y reina con el Padre y con el Espíritu Santo,
un Dios, por los siglos de los siglos.
R/. Amén.
Con ello, en este blog, deseamos:
¡Feliz Navidad!
¡Feliz y santa Navidad!
¡Feliz, cristiana, gozosa Navidad del Señor!
A todos vosotros que participáis en esta sesión de formación por Internet.
A todos vosotros que os tomáis el trabajo de comentar, de preguntar, de compartir, en bien de todos.
A todos los que pasáis por aquí.
A todos los que os sentís aquí como en casa y avisáis a otros para que vengan.
¡Feliz Natividad de Jesucristo!
Muchas gracias por su felicitación.
ResponderEliminarNos ha nacido el Niño Dios.
¡¡¡Feliz Navidad!!!
Feliz y santa Navidad don Javier y resto de comentaristas.
ResponderEliminarEs verdad que en este rinconcito del ciberespacio nos sentimos como en casa.
Y precioso el texto con que nos felicita, que, junto a otros, está despertándonos el gusto por el rito hispano-mozárabe.
Me ha gustado especialmente que "nuestro defensor ha bajado del cielo", pues nunca lo había escuchado en nuestra liturgia.
Creo que alude a que Cristo es nuestro primer paráclito (defensor=paráclito) y el Espíritu Santo el segundo, según lo dijo: Yo os enviaré otro Paráclito. Algo así le escuché al P. Cantalamessa una vez y me parece precioso que Cristo sea nuestro defensor y paráclito.
¡Alegrémonos pues hoy nos ha nacido nuestro Salvador y nuestro defensor!
De todo corazón quiero felicitarte por la Navidad. Que el Niño Dios te bendiga y te colme de alegría y paz.
ResponderEliminarHasta estas horas no me he podido conectar hoy: junto a los deberes parroquiales, la familia, la que nace del amor carnal, ni de la sangre, sino de Dios ha estado hoy en mi casa. ¡Qué verdad es que la Iglesia es una familia y genera vínculos absolutamente nuevos y plenos!
ResponderEliminarCapuchino de Silos:
observo con alegría que vuelve a funcionar la "adoración on-line". Mire en su blog...
Aprendiz:
totalmente correcto; Cristo es Juez y abogado defensor (paráclito). Sé que hay un texto en que juega con estos dos términos de juez y abogado, pero no recuerdo si es un texto litúrgico o patrístico donde lo leí.
Roberto:
Gracias. La forma de decirlo me parece tan sincera por su parte que me enternece.
pax!
Aprendiz:
ResponderEliminarAñado mi gratitud y casi mi emoción por unas palabras suyas; me han gustado especialmente: "en este rinconcito del ciberespacio nos sentimos como en casa".
Eso se pretende, crear ámbitos eclesiales cálidos y acogedores a la par que formativos y espirituales, también por medio de las posibilidades que nos ofrecen Internet.
Ojalá todos se sientan como en su casa, y vengan aquí encontrando el calor del hogar, la serenidad de lo hogareño, el afecto de los hermanos, y la conversación fluida y sin juicios, para que todos crezcamos como amigos y hermanos en torno a Cristo.
Don Javier no tiene que agradecer nada pues lo he dicho de corazón.
ResponderEliminarSoy una persona bastante tímida y apenas intervengo en otros blogs, etc. donde a veces se generan polémicas y se acaba de mala manera.
Pero aquí se respira tranquilidad y me voy soltando, incluso demasiado pues me enrollo y a veces me repito sin darme cuenta. Así que, si me leen son unos santos.
Seguro que otros tienen comentarios y aportaciones mucho más interesantes y escriben menos.
¡Por favor, no se corten, escriban, estamos en familia!
Vengo a felicitarle la Navidad al dueño del blog y a los comentaristas porque se nota que están muy a gusto unos con otros y eso es bueno y poco habitual. Muchas gracias Don Javier por tanta riqueza puesta al alcance de todos nosotros.
ResponderEliminarEl Niño Dios le bendiga abundantemente.
Felicitas:
ResponderEliminar¿Me permite matizarle una expresión? Felicita al "dueño del blog", y sé que lo hace en buenísimo tono, pero es que no me considero "dueño": de verdad que no. Creo que estamos entre todos creando otra cosa, una formación de adultos donde todos pueden leer, participar, escribir, comentar, preguntar... Y eso no se puede hacer si hay alguien en tono de "dueño".
Puedo asegurarle que tomo el blog absolutamente en serio; me considero sacerdote que ejerce una "pastoral" aquí, y por tanto, con verdadero servicio, con interés en un bien concreto y real y deseo -claro que sí- de que sean muchos quienes se integren en el blog, que llegue a muchos.
Gracias por permitirme la matización que puede valer para todos.
Saludos cordialísimos.