La Iglesia se fija durante la Octava de Navidad, mejor, a lo largo de toda la liturgia del ciclo de Navidad, en la plenitud del tiempo que ha llegado con Cristo; nos fijamos en los primeros misterios de nuestra Redención; consideramos, con ternura y afecto, los inicios, los comienzos de la trayectoria terrestre de esa Palabra eterna de Dios, que es Cristo, una vez que se ha hecho carne y ha habitado entre nosotros.
¿Cuál es este misterio que hoy contempla la Iglesia en su liturgia? El misterio de las relaciones humanas, familiares, cotidianas, de una familia cualquiera, de una familia que en nada se distinguía exteriormente de las demás, que el trato con los demás era el de una familia normal, sin apariencias que pudieran traslucir el Misterio. En esa Familia, Familia santa, entramos hoy con pudor, con sumo respeto, a mirar y observar.
Hallamos un hogar, plenamente realizado y plenamente cristiano. Bastaría conocer las costumbres que en aquel tiempo realizaban las familias judías piadosas. José es el padre de familia, el varón justo según la justicia de Dios; María, la Madre, Madre discreta, la mujer hacendosa que canta la Escritura; y ambos educando humanamente la conciencia, la sensibilidad, las costumbres, la inteligencia, dándole un oficio, al hijo Jesús. Son relaciones de amor, de sencillez y transparencia, de obediencia y fidelidad, de amor casto y puro, dejando la familia abierta al Espíritu de Dios que cubría con su sombra y dirigía sus pasos.
¿Cuál es este misterio que hoy contempla la Iglesia en su liturgia? El misterio de las relaciones humanas, familiares, cotidianas, de una familia cualquiera, de una familia que en nada se distinguía exteriormente de las demás, que el trato con los demás era el de una familia normal, sin apariencias que pudieran traslucir el Misterio. En esa Familia, Familia santa, entramos hoy con pudor, con sumo respeto, a mirar y observar.
Hallamos un hogar, plenamente realizado y plenamente cristiano. Bastaría conocer las costumbres que en aquel tiempo realizaban las familias judías piadosas. José es el padre de familia, el varón justo según la justicia de Dios; María, la Madre, Madre discreta, la mujer hacendosa que canta la Escritura; y ambos educando humanamente la conciencia, la sensibilidad, las costumbres, la inteligencia, dándole un oficio, al hijo Jesús. Son relaciones de amor, de sencillez y transparencia, de obediencia y fidelidad, de amor casto y puro, dejando la familia abierta al Espíritu de Dios que cubría con su sombra y dirigía sus pasos.
¡Familia de Nazaret!, primerísima imagen de la Iglesia: en amor al Padre, en docilidad al Espíritu Santo, en reconocimiento y amor a Cristo, amándose, santificándose, trabajando, compartiendo, bajo la mirada atenta y tierna de Dios.
¡Familia de Nazaret!: signo que contiene la verdad de la familia, de toda familia, de la santificación del matrimonio y de la pequeña Iglesia doméstica que es cada hogar, donde nunca falta la Gracia del Sacramento del Matrimonio para vivir la propia vocación y para comunicar la vida natural y sobrenatural a los hijos.
El Misterio de la Sagrada Familia es un fiel y precioso reflejo de otra Familia, Dios mismo, el misterio de la Trinidad donde el Padre ama al Hijo, que es el Amado, y fruto de ese Amor es el Espíritu Santo. No se encierran el Uno al Otro, sino que las Tres Personas Divinas constantemente se dan el Uno al Otro y es tan grande su amor, que abren la Trinidad misma al mundo para salvar al hombre. Sí, “Dios es Amor”, “Dios es Familia”.
La Sagrada Familia de Nazaret puede ser para nosotros, en nuestra pobre inteligencia, una vía de acceso al Misterio mismo de Dios, como canta el Prefacio I de Navidad, “para que conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible”.
Celebremos y gocemos los misterios que se encierran en este Misterio.
Le debemos pedir al Señor que bendiga nuestras familias y tengamos siempre la mirada puesta en el hogar de Nazaret para que aprendamos el trato que debe prevalecer en nuestras familias.
ResponderEliminarMuchas gracias D. Javier. Que el Señor también le bendiga a usted.
Feliz Navidad
Que el señor derrame su gracia sobre todas la s familia y llegen a ser pequeños reflejo del hogar de nazaret gracias Feliz navidad pardre
ResponderEliminarsi el Señor es misterio es algo que lo debemos sentir no ver , palpar ni dudar; Jesús de Nasaret vive por eso nadie toma importancia de los suscesos tan asombrosas,el hombre solo se alaba asi mismo o busca al culpable cuando le va mal; pero Dios vive al igual como en tiempo de sus discípulos. como recuerdo la ayuda del señor un dia estaba como vigilante sin poder salir del área en un lugar sin comunicación según habíamos acordado de mis desayunos y otros mas que mis superiores no me fallarían y también mi relevo, pero esto no fue asi pasaron 12, 24 y mas horas, nada ya estaba.. si supieran como me sentia , pero me acorde de miSeñor de sus hasañas, sus milagros empece a decirle rogué´su ayuda y me olvide´...--- al pasar un rato escuche como alguien venia me prepare rápido listo para cualquier acción era como la 1:40am. cuando veo un viejito desde lejos dirigiéndose asia mi, dije debo cortarle el paso a cierta distancia y k le marco el alto vi k me hablabay me hacia señas y dije debo saberlo y alejarlo ,al asercarme con precaucion mi sorpresa fue tal... en sus manos comida un guisado calientitos y me dice" te traigo este alimento calientito para ti recién servido donde presto mi servicios k lo disfrutes" se disculpo y se fue; si suena estúpido, para mi no, esta tan cerca Jesús de Nazaret para quien le confía dios vive HOY-MANÑANA-Y PARA SIEMPRE como el mismo tiempo como cuando Pedro estuvo ENCARCELADO Bendito sea EL Señor Jesús.
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