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miércoles, 20 de octubre de 2010
Retornando a lo esencial del sacerdocio
A veces lo más fundamental, noble y sencillo del sacerdocio lo oscurecemos con planteamientos que lo desfiguran. Se espera del sacerdote una especie de “todoterreno”, que ha de saber hasta de sociología; los planteamientos “muy pastoralistas”: un hombre encarnado que sea colega, cercano, un amigo y poco más; en otras ocasiones, casi un sindicalista que reivindique los principios sociales de la justicia.
Lo más evidente parece ocultarse. ¿Qué es un sacerdote? Unas palabras del card. Danielou (Memorias, Bilbao, 1975) me parecen sumamente refrescantes retornando a lo esencial, que diría Guitton. Con este texto intentemos alcanzar una sencilla comprensión del ministerio sacerdotal católico.
“Para ellos [Bernanos y Mauriac] –y deploro que muchos sacerdotes en la actualidad no reparen en ello- lo que confiere su importancia al sacerdote no es su valía humana –el cura de pueblo de Bernanos no pasa de ser un pobre hombre- sino la gracia que mora en él, el carácter sacerdotal que lo configura, su estado de intercesor y el espíritu de sacrificio que su misión le impone. Cristo salvó al mundo más por su cruz que por sus obras o predicaciones; el sacerdote de Mauriac (¿no llamó él mismo a una de sus novelas L´Agneau –El Cordero-?) y de Bernanos es una copia de ese Cristo. El espíritu de sacrificio es la expresión de su amor...
Si uno no comparte esta idea tan elevada del sacerdocio y no admite que distribuir los sacramentos es una función absolutamente esencial, no entiendo qué motivo puede tener hacerse sacerdote. Si pretende dar testimonio del ideal evangélico en medio de un ambiente humano, cualquier laico cristiano puede hacerlo y muy bien. Lo que hoy se está perdiendo es una concepción de lo específico del sacerdocio, cosa que tan magníficamente expresaron Bernanos y Mauriac, impregnados ambos de la imagen del Cura de Ars, poco inteligente y capaz, lleno de tentaciones, pero portador de un no sé qué místico” (pp. 52-53).
“Nunca he sido capaz de apasionarme por los movimientos de Acción Católica y por los detalles de organización de las parroquias: con tal de que haya en ellas un buen sacerdote, la cuestión de las estructuras es algo secundario. Lo esencial es la calidad del ser... Un sacerdote lleno de Dios hará que se ame a Dios: en el pueblecillo de Ars, cuyos habitantes bebían, juraban y fornicaban, pasó de pronto no sé qué y tanto los pecadores como los justos recibieron el impacto de su párroco. Percibir la realidad de la vida espiritual, hacer que otros la conozcan y la amen y suscitarla: he ahí la misión del sacerdote.
Para poder llevar a cabo tal tarea, el sacerdote debe permanecer accesible, abierto a la vida del Espíritu. Por supuesto que sigue siendo en todo momento un hombre, inmerso en el pecado de la humanidad y en el suyo propio. Todos los santos se han reconocido a sí mismos como pecadores” (p. 191).
El sacerdocio se podría definir como la grandeza de lo sencillo:
-no es ser superhombres, sino simplemente hombres que viven de la Gracia,
-es hombre lleno de Dios con gran amor por la Iglesia y por los hijos de la Iglesia
-se deja llevar por el Espíritu de Dios con una continua vida de oración
-el testimonio de su vida, su palabra, su oración, su forma de celebrar la liturgia, transmite un sabor de Dios que conduce a los hombres hasta Cristo
-sabe de sacrificios y sonrisa afable, conoce la soledad del Sagrario y sólo busca llevar a los hombres a Cristo, sin procesos sociales de revolución ni acomodación al mundo secularizado ni aseglararse ocupando el lugar del laico en el mundo...
Un sacerdote, una imagen viva del amor pastoral de Cristo.
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Me ha gustado mucho este escrito.
ResponderEliminar¿Le importa que lo recomiende en mi blog? es exactamente lo que yo pienso bien dicho y por uno de ustedes.
Y decirle que para mí el sacerdote no es sólo Otro Cristo, es Cristo a través suyo entre nosotros.
Saludos
mjbo:
ResponderEliminarPerfectamente. Puede enlazarlo en su blog o copiarlo. Si este blog-catequesis puede dar un buen servicio iluminando la inteligencia para ayudar a contemlar el Misterio, cuantos más lo lean y conozcan mejor.
Pónganos luego el enlace aquí de su blog, si le apetece.
Aquí tiene mi enlace y decirle que publiqué ya su artículo, pensé que era imposible que no le viniese bien que lo enlazara.
ResponderEliminarSaludos y gracias
http://portimadrugo.blogspot.com/
OK. Gracias. Visitaré su blog de vez en cuando. Saludos.
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