sábado, 30 de octubre de 2010

La Palabra en la liturgia

La liturgia no es catequesis. 
Allí la Palabra de Dios es proclamada, domingo tras domingo, día tras día, con la fuerza eficaz del Espíritu Santo. 
La lectura de la Biblia en la Liturgia es la lectura principal porque la Biblia fue escrita (los diversos libros y su largo proceso de redacción) para la liturgia y cobra su pleno sentido cuando todo el pueblo de Dios es convocado por la fuerza de esta Palabra. 
Aquí la Palabra de Dios se manifiesta como un mostrar el Misterio que es Cristo, en sus diversas facetas (Encarnación, Nacimiento, Pasión...) o en su globalidad (como son las lecturas del Tiempo Ordinario). 
Un Misterio que se hace eficaz por el sacramento.
 
La Escritura es proclamada en la liturgia, y en ella, esta Palabra se hace actual, eficaz (“en la liturgia Dios habla al pueblo; Cristo sigue anunciando el Evangelio” SC 33). 
 
Esto se hace realidad por la pervivencia del Resucitado, presente en la acción litúrgica por el Espíritu Santo, y también por la virtualidad y eficacia propia de los sacramentos, pues 
“toda celebración litúrgica, por ser obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia, es acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y el mismo grado, no la iguala ninguna otra acción de la Iglesia” (SC 7).
 No podemos quejarnos; SC 51 pedía: "A fin de que la mesa de la palabra de Dios se prepare con más abundancia para los fieles ábranse con mayor amplitud los tesoros de la Biblia, de modo que, en un período determinado de años, se lean al pueblo las partes más significativas de la Sagrada Escritura"; ahora, la actual distribución del Leccionario permite el contacto con la Palabra viva de Dios, oírla, prestarle nuestro obsequio de fe, obedecerla, ser iluminados por ella.

Pero... nos queda, para obtener mayor fruto: escucharla atentamente en la liturgia, buenos lectores (no simples voluntarios... ¡¡para que intervengan más!!), la oración personal y una mejor instrucción bíblica en la catequesis (de jóvenes y adultos).

1 comentario:

  1. La Liturgia no es catequesis, tampoco pastoral, ni tampoco animación socio-cultural.

    Pero, incluso detrás de todos los revestimientos que hemos colocado delante,... es posible encontrarla y vivirla. Dios no nos deja de su mano.

    Dios le bendiga D. Javier :)

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