martes, 5 de octubre de 2010

Oración de los fieles, ¡que sea de los fieles no de los lectores! (I)

Llevo tiempo con ganas de escribir sobre la Oración de los fieles, llamada también Oración universal. Las confusiones son tales, y los abusos tan llamativos, que hay que iluminar y poner orden: basta comprobar, por ejemplo, la mala realización de esta Oración de los fieles en una novena, en una Confirmación, en unas Primeras comuniones o en cualquier Misa que tenga carácter especial.

La Oración de los fieles es la intercesión que hacen los bautizados (los fieles cristianos), a propuesta del diácono que indica la intención por la que orar. Es decir, el diácono señala el motivo de oración a todos los presentes y entonces los fieles oran juntos por esa intención: “Señor, escucha y ten piedad”, “Te rogamos, óyenos”, “Escúchanos, Señor”, “Kyrie, éleison”. Esto es oración de los fieles porque, en primer lugar, la hacen todos los fieles (no un lector) y, en segundo lugar, porque se dirigen directamente a Dios. Esa respuesta de todos es la verdadera Oración de los fieles.

“De los fieles”:

Vayamos a las definiciones porque nos dan el sentido de las cosas. En la Introducción General del Misal Romano se nos explica esta oración universal: “En la oración universal, u oración de los fieles, el pueblo responde en cierto modo a la Palabra de Dios recibida en la fe y, ejercitando el oficio de su sacerdocio bautismal, ofrece súplicas a Dios por la salvación de todos. Conviene que esta oración se haga de ordinario en las Misas con participación del pueblo, de tal manera que se hagan súplicas por la santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren diversas necesidades y por todos los hombres y por la salvación de todo el mundo” (n. 69).

Y unas Orientaciones pastorales de la Comisión Episcopal de Liturgia (que están al principio del libro “La oración de los fieles” y que es un subsidio litúrgico presente en cualquier parroquia) desarrolla más aún el sentido y el valor de esta Oración universal:

“Se da el nombre de Oración universal o de Oración de los fieles a la súplica o intercesión que la asamblea de los fieles dirige a Dios, después de la invitación hecha por el ministro idóneo, para pedir principalmente por las necesidades de la Iglesia y de todo el mundo. Mediante esta súplica el pueblo ejercitando su oficio sacerdotal, ruega por todos los hombres, de modo que, completando en sí mismo los frutos de la liturgia de la Palabra, pueda hacer más adecuadamente el paso a la liturgia eucarística.

La Oración universal tiene su puesto en la Misa y en otras acciones litúrgicas, y también en los ejercicios piadosos. Al realizarla, la Iglesia reunida expresa su fe en la comunión de los Santos y en su vocación universal como intercesora en favor de todos los hombres. El pueblo de Dios ejerce su sacerdocio real de manera eminente al participar en los sacramentos, pero también cuando realiza esta oración. De suyo, esta plegaria pertenece solamente a los fieles, no a los catecúmenos. Los neófitos han de participar en ella de manera activa, una vez que han alcanzado la dignidad del sacerdocio real” (n. 1).

Por tanto, Oración de los fieles es la respuesta orante de todos al Señor a una intención que un diácono o un lector van proponiendo a todos. No confundamos los términos: no es oración de los fieles cada una de las peticiones que se señalan porque son simplemente moniciones, indicaciones; ni es oración de los fieles entendiendo que cada petición (a veces en un lenguaje no de monición, sino directamente dirigido a Dios, no a los fieles) la haga un lector distinto. La Oración de los fieles es la plegaria común que todos realizan: “Te rogamos, óyenos”.


8 comentarios:

  1. Jesús Salvador Ramírez05 octubre, 2010 14:01

    A ver. Quiere decir usted que lo importante es el "Te lo rogamos, óyenos" mas que la petición, ¿verdad? Pues es bueno saberlo. Pero yo pregunto, porque era lo que esperaba leer, ¿cuáles son las indicaciones a la hora de prepara una Misa, Novena, Bautizo, Confirmación, etc? Muchas gracias Don Javier y perdona que te lea tan a menudo como se merece el blog.

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  2. querido Jesusito:

    ¡Correcto! ¡Bingo! Lo importante es la respuesta... y en días grandes lo propio sería cantarla, que para eso hay muchas melodías fáciles.

    ¿Cómo se organizan? ¿Cuáles son las indicaciones? Espérate hasta los siguientes artículos sobre el tema y así te dejo intrigado.

    PD. pero estas cosas, Jesús, os las intenté explicar cuando estuve entre vosotros, pero sirvieron de poco porque siempre se interpretaban como "manías" mías, sin escuchar los razonamientos.

    Un abrazo grandísimo.

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  3. Jesús Salvador Ramírez05 octubre, 2010 18:19

    ¡Vamos! No intentaste explicárnoslo, si no que nos lo explicaste. Y a mí, por mi torpeza y dejadez, se me olvidan muchas cosas. Además, no creo que sirvieran de poco. Lo que ocurre es que es muy difícil cambiar las "malas" costumbres de mucho tiempo y de mucha gente.
    Espero tus próximos artículos para seguir aprendiendo.
    Y por cierto, antes quise decir que NO te leo tan a menudo como se merece el blog.

    Fuerte abrazo.

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  4. Rogar a Dios unidos nunca está de más. Tiene razón, D. Javier, que a la oración de los fieles se le sustrae muchas veces su carácter de plegaria y se convierte en una enumeración de motivos de lo más variopintos.

    No se desespere con el aparente muro en los oídos de los fieles... siempre queda algo, que puede ser semilla para el mañana.

    Dios le bendiga. :)

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  5. Pedro Arroyo Gómez05 octubre, 2010 20:53

    Aquí si lo tenía claro,gracias a años de Catequesis.

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  6. Jesusito queridísimo:

    Pues lee más el blog, hijo mío. Je,je. Tengo la sensación, de verdad, de que todo lo que fui enseñando una y otra vez en nuestra querida ciudad (¡aquellos años felices!) era todo mirado y escuchado con prevención y apenas se puso nada en práctica. Además a lo que yo decía, siempre había alguien por detrás que me desmentía y me desautorizaba. Aquí, en el blog, ves que voy argumentando y espero que a medida en que vayas leyendo, aceptes razonadamente los temas que expongo.

    Miserere:
    sobre el contenido tan variopinto, también he de escribir. Quiero que poco a poco este tema, al menos a los lectores del blog, les quede clarísimo.

    Y lo de sembrar... ¿Qué quiere que le diga? Mucho de lo sembrado cayó en piedra.

    Pedro:
    Menos mal que aprendiste algo en Catequesis de adultos!!! je, je: ¡Y eso que te quejabas de las "palizas" que os pegaba! ¿Ves como aquello era necesario?

    Saludos a todos.

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  7. No sea tan negativo, Don Javier. Quizá, a la postre, el terreno no fuera tan pedregoso como a usted le parecía.
    Pero vamos, ya sabe: a Dios rogando ...

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  8. No sé qué decirle, Seneka... Tal vez (o sea, sí) yo soy muy negativo (y de un tiempo a esta parte más), pero el terreno era pedregoso y escarpado. Y no puedo decir más aquí.

    Pax

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