En su solemnidad, ¡los bautizados oran movidos por el Espíritu intercediendo por la Iglesia, el mundo y los que sufren!, el desarrollo ritual es sencillo:
* El sacerdote invita a todos a la oración.
* Un diácono o un lector proponen la serie de intenciones para orar.
* Los fieles oran respondiendo a cada intención.
* El sacerdote concluye recitando una breve plegaria con las manos extendidas.
De nuevo la IGMR que marca la pauta (obligatoriamente) para todos:
* El sacerdote invita a todos a la oración.
* Un diácono o un lector proponen la serie de intenciones para orar.
* Los fieles oran respondiendo a cada intención.
* El sacerdote concluye recitando una breve plegaria con las manos extendidas.
De nuevo la IGMR que marca la pauta (obligatoriamente) para todos:
“Dicho el Símbolo, en la sede, el sacerdote de pie y con las manos juntas, invita a los fieles a la oración universal con una breve monición. Después el cantor o el lector u otro, desde el ambón o desde otro sitio conveniente, vuelto hacia el pueblo, propone las intenciones; el pueblo, por su parte, responde suplicante. Finalmente, el sacerdote con las manos extendidas, concluye la súplica con la oración” (IGMR 138).
“Las intenciones de la oración de los fieles, después de la introducción del sacerdote, de ordinario las dice el diácono desde el ambón” (IGMR 177).
Por si fuera poco:
“Pertenece al sacerdote celebrante dirigir las preces desde la sede. Él mismo las introduce con una breve monición, en la que invita a los fieles a orar, y la termina con la oración. Las intenciones que se proponen deben ser sobrias, compuestas con sabia libertad y con pocas palabras y expresar la súplica de toda la comunidad.
Las propone el diácono, o un cantor, o un lector, o bien, uno de los fieles laicos desde el ambón o desde otro lugar conveniente.
Por su parte, el pueblo, de pie, expresa su súplica, sea con una invocación común después de cada intención, sea orando en silencio” (IGMR 71).
Las Orientaciones pastorales de la Comisión Episcopal de Liturgia ya advertían que “de suyo ha de ser un solo ministro el que proponga las intenciones, salvo que sea conveniente usar más de una lengua en las peticiones a causa de la composición de la asamblea. La formulación de las intenciones por varias personas que van turnándose, exagera el carácter funcional de esta parte de la Oración de los fieles y resta importancia a la súplica de la asamblea” (n. 9).
El Misal, garantizando el orden y el decoro, insiste más en la oración como tal de los fieles que en los lectores de las intenciones: un diácono, y si no lo hay, un cantor o un lector: en todo caso, una sola persona señala a todos los fieles los motivos y necesidades para que oren.
Los niños de Primera Comunión, o los jóvenes recién confirmados, o una cofradía en una Novena, por ejemplo, no participan más porque 6 lectores enuncien uno a uno las intenciones, sino que participan más cuando juntos oran a lo que un diácono o un lector les ha invitado. Y es que participar no es sinónimo de intervenir, ejerciendo un servicio o un ministerio.
Ampliando la última idea...(no se participa más) cuando el sacedote pregunta a los fieles por las intenciones que se les ocurran y estos las dicen en voz alta según les señala.
ResponderEliminarSi es que tenemos los cables cruzados en gran parte por ignorancia. Desconocemos qué significa la Liturgia.
Dios le Bendiga :)
Sí, los cables se cruzan. Esa improvisación a la que alude muestra que la naturaleza de Oración universal la transformamos en un montón variado de súplicas personales por necesidades muy locales -mías y de los míos- dejando un margen muy amplio a la emotividad de que cada cual pida lo que quiera. Jamás fue ese el uso de la Iglesia para esta Oración en la Eucaristía.
ResponderEliminarQuien tenía intenciones particulares ofrecía un donativo o una ofrenda material -¡los oferentes!- y se pedía por sus intenciones en los Dípticos. Incluso en la Plegaria Euc. I, el Memento de vivos, recuerda esa praxis y también la Plegaria Euc. IV: "de los oferentes y de los aquí reunidos".
Improvisar peticiones, en todo caso, se puede hacer en las Vísperas, antes de la última petición que siempre ha de ser por los difuntos.