24. La fe transforma por la
gracia al hombre completo; la fe afecta
(por amor) todas las circunstancias y situaciones de la persona; transforma lo
que hace que un hombre sea persona: su memoria, su entendimiento, su voluntad,
su afectividad; transforma toda la estructura psíquica y psicológica del hombre:
su consciente, su inconsciente y subconsciente.
25. El Triduo Pascual será don y
gracia para ti, viviéndolo como el Señor quiere ahora que lo vivas. El rito es
sanante: déjate curar.
26. La Vigilia Pascual es noche de gozo. No tengas
más preocupación que dejar que el rito, cada rito, por la gracia que contiene,
penetre en tu vida y te trastoque totalmente.
27. Procura vivir más centrada en
lo importante, dejando atrás lo que tantas veces es secundario.
28. Nuestro hombre viejo, polémico, generador de conflictos,
salta muchas veces, pero a base de patadas tenemos que arrinconar a ese hombre
viejo y que crezca el hombre nuevo en nosotros.
29. Nuestras almas pasan por
estados distintos, nunca es algo lineal. Si leemos a santa Teresa o a san Juan
de la Cruz,
veremos que siempre hacen anotaciones de que el camino no es nunca lineal: de
una morada a otra, de la purificación al estado de iluminación, sino que
siempre hay variables, retrocesos, avances, vueltas y avance otra vez. Es más
complicado.
30. Queremos la Presencia de Cristo en
la vida. Desear esa Presencia es ya una Gracia y el Señor suscita el deseo para
luego, en su momento, colmarlo ampliamente.
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