Esta tarde, con las I Vísperas, abrimos el precioso y sereno tiempo de Adviento, con una liturgia bellísima, que nos permitirá, si sabemos vivirla, salir al encuentro del Señor, cuando Él vuelva con las lámparas encendidas.
No es tiempo de propósitos ascéticos ni de compromisos; diría más bien que es tiempo de personas que saben amar, y porque aman a Cristo, desean que venga, aumentando su esperanza y su deseo.
Ya el rito hispano-mozárabe vive en Adviento, pues este tiempo dura VI semanas, como parece ser fue su origen primitivo. Roma lo redujo a IV domingos. Pero los textos hispanos para la liturgia, más poéticos o más desarrollados en su forma, nos pueden ayudar a vivir este tiempo que empezamos.
Leamos y recemos unaa oratio admonitionis, la
exhortación sacerdotal antes de los dípticos, que el sacerdote dirige al
pueblo en nuestro Rito hispano-mozárabe. Las ofrendas han sido llevadas procesionalmente al altar (entre cirios e incienso), se han colocado en el altar, se han cubierto con un velo y se han incensado. Vuelve el sacerdote al chorus (sede, fuera del presbiterio) y comienza un rito peculiar, que son los Dípticos, una intercesión de los fieles con oraciones del sacerdote que culmina con el beso de paz, antes de pasar a la Plegaria eucarística.
En este caso, y es la excepción, la Oratio, el discurso del sacerdote, en lugar de dirigirse a los fieles, se dirige al mismo Jesucristo y resume todos los contenidos teológicos y espirituales del Adviento:
Te pedimos, Señor Jesucristo,que, en tu venida,
se fortalezcan los corazones de tus fieles y que en tu nombre se afiancen las rodillas vacilantes.
Que con tu visita se curen las heridas de los enfermos,
y con tu contacto se iluminen los ojos de los ciegos.
Que bajo tu dirección se consoliden los pasos de los cojos,
y por tu misericordia se desaten los vínculos de los pecados.
A quienes ves acoger ahora con ardiente devoción
la venida de tu encarnación, un día místicamente realizada,
concédeles llegar con el espíritu lleno de gozo ante ti
en la segunda venida de tu juicio,
y hazlos entrar a gozar de la felicidad del paraíso.
Que por tu clemencia se vean libres de las penas eternas
y sean llamados a participar de la vida eterna,
para cantar, una vez coronados, el himno de tu gloria"
(Or. Admonitionis, III de Adv.).
Gracias D. Javier por invitarnos a esta preparación para el Adviento, introduciéndonos a través del Rito hispano-mozárabe.
ResponderEliminar"Es tiempo de personas que saben amar, porque aman a Cristo".
Por alusión repetiré en este tiempo la frase de la Oratio: Te pedimos, Señor Jesucristo,que,en tu venida y con tu contacto se iluminen los ojos de los ciegos.
Catequista:
EliminarAdviento es un tiempo para trabajar la memoria y la esperanza, aguardando con mucho amor al Señor. Con Él y por Él nos vienen todos los bienes, y Él mismo es el mayor Bien posible.
¡Ven, Señor Jesús!
Esperamos, expectantes y agradecidos, la Salvación que comenzó con la Encarnación y culminará en la Parusía.
ResponderEliminar¡Ven Señor Jesús!
¡Expectantes y agradecidos!... ¡Y enamorados también!
EliminarSaludos.
Como no puedo darle miles de gracias a monseñor Demetrio Fernández por su reconocimiento a la política de la entidad bancaria en la que trabajo en relación a los desahucios, ¿se las puedo dar a vd? Como dice nuestra madre ¡Ven Señor Jesús!
ResponderEliminarla colmena:
EliminarNo sé en qué consiste la acción de D. Demetrio en relación a los desahucios que comentas... Recibo sus "¡gracias!" y tal vez, él mismo, si lee el blog de vez en cuando, también reciba tu gratitud.
Saludos!!
Creo que nuestra joven parejita de recién casados,como dedican buena parte de su vida a proyectos de desarrollo aunque sean "banqueros pobres" (son sus palabras), se sienten apoyados y agradecidos por unas declaraciones que ha hecho Monseñor a los medios de comunicación antes de participar en el programa "Córdoba anfitriona".
EliminarBuenas noches.
Velemos, oremos y que se note. Alabado sea DIOS. Sigo rezando. Veo que hoy estamos muy comedidos. Pues mejor.
ResponderEliminarEs verdad... ¡estamos todos muy comedidos en el blog!
EliminarEn el velar se incluye estar bien despiertos, sin tener embotada la mente -insiste san Pablo-: sobriedad y un estilo de vivir que no es el del mundo, ni las diversiones del mundo... Es algo distinto y nuevo.
Oremos!!!
Un abrazo.