De las cosas que uno casualmente encuentra, he hallado esta oración, a mi gusto, preciosa, del "universitario católico", escrita por el papa Pío XII (¡qué gran Papa!) a petición del Rector de la Universidad Católica de Milán (en Ecclesia 1957 (I), p. 482.
Ahora, iniciando un nuevo curso, podría ser el contenido de esta oración la tónica que anime a los jóvenes católicos y a los docentes. Oremos pues hoy:
Oh Señor, omnipotente y eterno, Dios de la sabiduría y de la ciencia,
en quien todas las verdades tienen su origen y su ejemplar,
y todas pueden ser contempladas y admiradas como en su propia fuente,
escucha benigno las súplicas que, profesores y alumnos, te dirigimos,
para no desmerecer en nuestro trabajo,
para no errar nunca en la dirección de nuestros esfuerzos
y para conseguir finalmente la alta meta que nos hemos propuesto
[en esta nuestra queridísima Universidad Católica del Sagrado Corazón].
Sé tú, oh Señor, nuestra ayuda y nuestro sostén
en las arduas pero excelsas horas dedicadas al estudio,
cuando nuestras pobres mentes se afanan por encumbrarse
hasta los más elevados vértices de la ciencia
y se acumulan las dificultades ante nosotros.
Sé tú también, oh Verdad Infinita,
la luz que ilumina constantemente nuestros pasos
y nos manifiesta el camino seguro,
descubriéndonos las asechanzas y las insidias del error y de la malicia,
guardándonos de los capciosos senderos que quisieran desviarnos,
disipando ante nuestros ojos las nieblas y las sombras
del engaño y de la mentira.
Concédenos que conquistemos la verdad,
aquella verdad que es una manifestación de tu pensamiento eterno
en la inmensa armonía de las obras de tu mano,
una imperfecta expresión de tu suprema voluntad
al determinar el modo de ser y de obrar de todas las cosas,
una pálida imagen de tu misma esencia,
débilmente reflejada en la bondad, en la belleza
y en la imponente y arcana actitud de todo lo creado.
Concédenosel sentido sobrenatural de nuestra misión,
a fin de que nos consagremos a plasmar en las almas
la formación de las inteligencias,
la consolidación del carácter,
la comunicación de la ciencia
y la adquisición de las virtudes,
sin rehuir jamás los sacrificios que, aun en los purísimos gozos
que procura nuestra tarea,
exigen nuestra función de maestros,
función que si realmente ha de ser ejercida en tu nombre,
requiere primeramente en nosotros los bienes
de que hemos de hacer partícipes a los demás.
A nosotros, discípulos, infúndenos, el ánimo,
con la conciencia de nuestra responsabilidad,
para corresponder a tan excelentes medios de formación
como se nos han ofrecido en esta insigne Institución Universitaria,
un ferviente amor a la verdad y al estudio,
con la esperanza de contarnos mañana
entre los más fieles hijos de la Iglesia
y valerosos ciudadanos de la patria,
y al mismo tiempo aquel espíritu de respeto y de disciplina
que nunca son incompatibles con la alegría y el dinamismo
de nuestros años jóvenes.
Y haz que todos unidos, profesores, estudiantes, amigos y colaboradores.
formemos una verdadera familia,
un hogar en el que seas Tú el Padre, a fin de que,
como en esta vida hemos seguido tus pasos con nuestros estudios,
así podamos en la otra contemplarte cara a cara
y ser felices por toda la eternidad. Así sea.
Buenos días don Javier. es realmente bella y como tal, profundamente vital.Un abrazo.
ResponderEliminarEste tipo de plegarias, tan bien escritas, evangelizan (forman el corazón) al ser rezadas y dan doctrina clara. Ambos puntos son para mí importantes.
EliminarUn abrazo.
Amén
ResponderEliminar¡Amén, aleluya!
EliminarPero, ¡qué conciso! La elocuencia oratoria y a veces farragosa se la dejáis a vuestra madre, mi amiga Julia María. ¡Podíais haberos estirado un pelín más al escribir! (jeje)
Pero, bueno, vale, a lo mejor me lo merezco... ¡Amén! Es suficiente. Ya sé que leéis el blog y estáis aquí. ¡Y me encanta!
No sé si esa profundidad, esa belleza, y esos afanes quedan ya en alguna universidad, en alguna escuela, o debajo de cualquier torre de Pc. Me identifico profundamente con lo que escribe, y me da por pensar que todo eso ha desaparecido. Habrá que renacer de nuestras cenizas. También rezaré por ello. Alabado sea DIOS.
ResponderEliminarAntonio Sebastián:
EliminarCon todo afecto y respeto, he de decirle que no sea tan pesimista, y se lo digo yo, precisamente, que lo soy siempre.
Creo que hay minorías creativas en la Iglesia (como ahora se dice), pocos, pero que quieren vivir esto.
Fíjese: en este blog venimos muchas personas (aunque escribamos muy pocas) porque compartimos una misma línea, un mismo sentir. Esas minorías creativas serán sal y luz. Así que no dudo que habrá algunos que vivan esta búsqueda de la Verdad y el estudio con sabiduría.
Recuerde: Dios salvaría a Sodoma si sólo había diez justos. Vamos a intentar que existan al menos esos pocos justos hoy.
Un fortísimo abrazo!!
Padre Javier, no tengo nada claro que sea pesimismo. Pudiera ser que padeciera un ataque crónico de pesimismo. Hay cosas que uno no nota, y con mucha frecuencia las cosas se ven mejor desde fuera de uno mismo. Me siento mucho más inclinado a pensar que se debe a que me dedico a dar clases. Yo también creo que hay minorías creativas, que quieren vivir esta tarea con esa profundidad, con esa belleza, con ese entusiasmo y con ese amor.
EliminarSi, Padre, tiene mucha razón, DIOS salvaría a Sodoma, si solo hubiera diez justo. No obstante, me da por pensar que solo hubiera nueve. El caso, recuerde, Padre, es que al final Sodoma fue destruida.
Por cierto, en unos diez días, tengo la firme decisión de pasar por la Trinidad. Confío en poder darnos ese abrazo, ¿podría ser posible, Padre?
Respecto a la concisión, Padre, recuerde que quería hacer el firme propósito de eliminar mi verborrea al escribir en su blog.
Muchas gracias, Padre, por todo.
Antonio Sebastián:
EliminarSé que es realismo, pero el realismo ante la situación concreta se puede verificar con algo de optimismo (esperanza sobrenatural) o con pesimismo. Pienso como vd. que hoy no llegaríamos a diez justos para salvar Sodoma, sino nueve justos solamente; pero quiero creer que el décimo justo está por ahí escondido y lo sé ver.
Diez días para ir a mi parroquia deduzco que es el fin de semana del 13-14 de octubre. Allí estaré. Pero 11 por la tarde y día 12 no estoy, tengo otros oficios encomendados esos días.
Un abrazo.
Será el 13 pues, Padre, intentaré que no sea demasiado terrible, y si lo fuere que sea breve. Muchas gracias por todo, Padre. DIOS le bendiga.
Eliminar"... a fin de que nos consagremos a plasmar en las almas la formación de las inteligencias,la consolidación del carácter,
ResponderEliminarla comunicación de la ciencia y la adquisición de las virtudes..." Amén.
En oración ¡qué Dios les bendiga!
Bien, Julia María: "Amén".
EliminarVeo que la concisión de ayer provocó el ataque de elocuencia en los comentarios de hoy, en la otra catequesis.
Un fuerte abrazo, señora abogada.
Te Pido por favor para que ilumines a mi hija andrea Couttenye para que pase su examen!!
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