martes, 9 de octubre de 2012

Laicismo y secularización

¿En qué lugar queda Dios?

¿Qué sitio se le deja a Dios?

Los cambios en el pensamiento occidental, con una secularización absoluta de todas las realidades, dejan ya poco lugar a Dios. Pero si Dios no tiene espacio ni relevancia alguna, el hombre, en el fondo, tampoco. Puede ser ignorado, arrinconado, destruido y con una pérdida de sentido tal, que la existencia se convierte en angustia de la que hay que escapar y anestesiar con lo que sea.


"Y todavía hoy es fácil que se admita a Dios, a un Ente Supremo, con tal de que quede claro que no tiene nada que ver con la realidad humana. Ciertamente no se le niega, pero a condición de que se acepte que el hombre puede prescindir de él. Y si alguien realmente no puede prescindir de él, la religión tendrá su derecho a expresarse en un lugar apartado de la vida social ordinaria, un lugar extraño. El principio del "confinamiento policíaco de la religión" define la genialidad moderna en este campo. Autosuficiencia del hombre que hace de sí el criterio último, separación de Dios: el hombre puede cometer este error en todas las épocas, pero la nuestra le ha dado tal resonancia que ha sido capaz de influir en la mentalidad de todos. En el hombre moderno sigue vigente la tentación de siempre, pero nuestra época está dominada por criterios, temas y preocupaciones que censuran la auténtica sensibilidad religiosa.

Esta mentalidad deriva del racionalismo, pero es fruto de una larga disgregación, y ha llegado a inspirar la sociedad entera en todas sus formas, en especial las educativas: se llama laicismo.

Ahora bien, como ya dijimos al comienzo de este trabajo, un Dios del cual queda algo fuera no es ya Dios, es alguien al que fácilmente podemos sustituir. Por eso, el laicismo es, al menos implícitamente, ateísmo: vida sin Dios. O mejor todavía, el ateísmo es la actitud más consecuente, teórica y práctica, del laicismo.

Sea lo que fuere, un Dios que acepte quedarse aparte de las pericipecias humanas no es el Dios del mensaje cristiano, que vino para hacerse compañía del hombre.

Cuando el mundo y la existencia humana no son más que un campo en el que el hombre es totalmente dueño de sí mismo y capaz de solucionar todos sus problemas y necesidades por sí solo, se está afirmando entonces de modo perentorio que el sentido de la vida y de la realidad se reduce a lo que el hombre crea o imagina crear. 

Si se aplica, aunque sólo sea parcialmente, el principio de la separación entre experiencia religiosa y experiencia de la vida, sea cual sea el aspecto del que se trate, se lleva a cabo esa reducción, ya que se estará ignorando un nexo de la existencia con Aquél que la hace ser. Por eso, un Dios confinado a los lugares de culto, a la sacristía, es el Dios inútil de la antigua tentación, y el hombre que cede a ello es este hombre de hoy trágicamente reducido en sus posibilidades"

(Don Giussani, Por qué la Iglesia, tomo 1, La pretensión permanece,
Madrid 1991, pp. 80-81).

16 comentarios:

  1. “En el hombre moderno sigue vigente la tentación de siempre…” Yo he llegado a la conclusión (?) que, en lo que respecta al funcionamiento del mundo y a la relación Iglesia-mundo, nuestra ingenuidad, la de los católicos, ha sido digna siempre de mejor causa. Sin necesidad de dones proféticos especiales ni “bola de cristal” ha sido fácil advertir a lo largo de la Historia que el mundo ha querido “independizarse” de Dios o domesticarlo (es lo mismo) y ha tratado de apoderarse de la Iglesia, silenciando su voz de un modo u otro. Y ¿por qué nos extraña? Se hizo lo mismo con los profetas y hasta con Cristo. Tenemos memoria selectiva y recordamos “mansos como palomas” olvidando “astutos como serpientes”, que, por cierto, precede a lo anterior, “os mando en medio de lobos”, “sacudid el polvo de vuestras sandalias”…

    A pesar de todo, en esta cuestión como en cualquier otra, no sirve echar balones fuera. Nosotros católicos somos los más culpables de todos ya sea por complicidad o por dejación (omisión: esos pecados que parecen no existir) y lo siento pero no vale echar la culpa a los obispos y sacerdotes. Produce un inmenso dolor oír a un católico: “pero si la han violado…” (aborto), “no todos los católicos pensamos como tú” (adulterio, suicidio y eutanasia), “todo el mundo lo hace” (todo tipo de fraude), "tampoco hay que exagerar" … y “yo no puedo hacer nada” (frase que “zanja” toda responsabilidad). Parece que no recordamos que en el examen de conciencia diario (¿olvidado?) decimos: “por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa”

    En este Año de la fe, les pediría con todo respeto a nuestros obispos y sacerdotes que, sin buenismos que a nada conducen, nos prediquen sistemática y repetitivamente el verdadero significado de metanoia. Ya sé que es cansado, don Javier, muy cansado. Hoy con san Luis Beltrán: : “Quema Señor aquí; corta aquí; no perdones aquí para que puedas perdonar eternamente”.

    En oración ¡qué Dios les bendiga!

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    1. Julia María:

      Escribe mucho y bien. Veamos.

      La ingenuidad y el buenismo de tantos católicos es alarmante; se han caído de un guindo y no se enteran de nada. Viven en el país de Alicia (el país de las mil maravillas) contentos con todo y, si algo no les cuadra mucho, piensan que es la Iglesia la que tiene que "modernizarse" o "adaptarse", satisfechos de lo que ven. Evidentemente, hay que sacudirlos del sopor.

      Y prefiero que hable así, "los católicos", todos en el mismo lote, porque estoy harto de que la culpa de todo lo que va mal la tengan obispos y sacerdotes, y responsables de todo lo que va bien, es siempre un "laicado adulto". ¿Y cuando obispos y sacerdotes queremos tirar para arriba de nuestros laicos y éstos no se dejan???

      En general, predicamos mucho, queremos enseñar, formar y forjar y a veces la respuesta es desalentadora. El Año de la Fe no va a ser la panacea de nada, pero sigámoslo intentando. Y, sinceramente y ante el Señor lo digo, para eso nació este blog y estoy intentando hacerlo lo mejor posible y dedicando energías y tiempo, mucho tiempo, pensando en el bien objetivo, real, concreto, que pueda hacer.

      Como siempre, mi saludo deferente, señora letrada.

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  2. Tengo claro que la oracion desde que me levanto es fundamental para poner a Dios en primer lugar...todo hacerlo en El por El y y con El....la oracion y el ayuno unidos hace que el Dia a Dia se renueve y se llene de Luz....y el sinsentido del combate se lene de su Misericordia.
    con mi actitud abierta a su Voluntad puedo combatir el ateismo y el laicismo que se extiende cada vez mas.
    como siempre aprendiendo en su blog D Javier.

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    1. Gosspi:

      Hay siempre que poner a Dios en el centro de todo, volviendo cada día el rostro hacia Él, su luz y su Logos.

      Y también, con solidez, ofrecer argumentos racionales para dar razón de nuestra fe y nuestra esperanza ante los hombres.

      Un fuerte abrazo

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  3. Julia María, yo también creo que los católicos somos los responsables, hacemos dejación de nuestra responsabilidades como tales. Para empezar no dando testimonio de santidad. Eso lo primero y para empezar.
    En una sociedad en la que la VERDAD es algo irrelevante, en la que lo normal es lo feo, lo obsceno, lo vulgar, lo estridente, y en la que la figura del padre es absolutamente prescindible; DIOS, que es Padre en esencia, que es la belleza y que es la VERDAD, pues tiene toda las papeletas para ser ignorado. Oremos para que DIOS nos conceda la gracia de ser santos. Seamos santos para evangelizar. Tengo la profunda convicción de que eso es lo que sirve. Padre Javier, y no me olvido de la formación, y aquí estamos todos nosotros aprendiendo de Usted. Pero me da por pensar que ese es el orden: Oración para ser Santos, Ser santos para que la formación sea patente y una prueba evidente. Oración-Santidad-Formación. Si Gosspi, hay que combatir el ateismo y el laicismo, y ya se sabe, contra del diablo ROSARIO y SAGRARIO.
    Muchas gracias, Padre. DIOS le bendiga.

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    1. Antonio Sebastián:

      En las parroquias en las que he servido, se han cansado ya de escuchar que el gran binomio es siempre "Oración y formación" porque ambas conducen a la santidad. Sólo una sería peligrosa, porque la mera oración sin razones acaba en el pietismo o en el subjetivismo; la formación sin oración, hincha el alma y nos convierte en racionalistas, en intelectualistas.

      Ambas, de la mano, conducen a la santidad y así nos introducen en el mundo secular.

      Un fortísimo abrazo.

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  4. No seré yo quien le niegue, Antonio, que si los que nos atribuimos la condición de católicos intentáramos, con todos los medios que la Iglesia pone a nuestra disposición y todas nuestras fuerzas, caminar a la santidad, España y Europa serían diferentes, pero la experiencia nos ha demostrado que si queremos que la situación gire 180 grados es necesario descender a lo concreto y no sólo a la meta final.

    Tengo que reconocer que nunca he entendido que se de más importancia al testimonio o a la oración o a la confesión verbal; a mi juicio las tres: testimonio, oración y confesión verbal argumentada son inseparables aunque una sostenga a la otras, con independencia de que cada uno de nosotros sea más proclive en razón de su propia historia o personalidad a la una o a la otras. Soy de los continuamente tentados a la retirada a “los cuarteles de invierno”, a la oración, meditación y a la cueva de eremita si no fuera porque bichos-Julia María es incompatible, pero no es lo que me ha tocado en suerte, Dios me ha situado o consentido, en virtud de mis decisiones, que esté en la brega y como dice don Javier: ¡estoy cansada! Nadie sabe lo que me cuesta ya que por carácter soy muy independiente y mi camino fácil es decir: “ y a mí que más me da”.

    El Papa lo acaba de decir al inaugurar el sínodo de los obispos: El cristianismo no debe ser tibio, este es el mayor peligro del cristianismo de hoy, la tibieza desacredita al cristianismo. Y la tibieza se manifiesta tanto en las palabras como en las acciones; si dices que eres católico: no aceptas que una mujer aborte porque ha sido violada o porque el niño va a ser deficiente, si eres empresario no defraudas a la Seguridad Social, ni a Hacienda ni a tus empleados considerando la no obtención de las ganancias previstas como pérdidas, si eres profesional no mientes ni te vendes por un plato de lentejas ni por un palacio, si eres trabajador no cobras indebidamente el paro… Y si dices que eres católico no callas cuando el mal se propone socialmente como bien, como mal menor o sin solución, sino que argumentas de modo fundamentado en contra, no considerando nunca una muestra de respeto a los otros callar cuando se propone el mal como bien, inocuo o menos malo. Y no te quedas lamentándote de lo malos pero requetemalos que son los laicistas y los... sino que te pones en acción.

    En mi experiencia, es posible argumentar en lo concreto (dar razones de nuestra fe según san Pablo) con ateos no resentidos y te ganas su respeto, mucho más teniendo en cuenta que el ateísmo, se llame como se llame, no tiene argumentos muy sólidos al margen de unos cuantos tópicos cientificistas y pseudofilosóficos así como restos mal digeridos de la moral cristiana, sin embargo es muy difícil que un católico Light o ignorante o un ateo resentido te responda a tus argumentos, zanjan la cuestión bien con vaguedades, bien tachándote de radical o de todo menos bonita.

    Hoy don Javier me mata y con razón, Antonio, sólo hacerle una confidencia: hace unos días uno de mis hijos me preguntó ¿qué es lo que pasa por la mente un adolescente de 14 años para aceptar el martirio? Le respondí sin reflexionar (raro en mí): porque se lo creyó; cara de interrogación filial: porque creyó a Cristo, porque creyó sus promesas y para él ya la vida era eterna y nadie se la podía quitar. Yo creo, y disculpen la presunción, que sólo desde esta certeza será posible la Nueva Evangelización. Aborto, educación para la ciudadanía, el botellón, la situación económica... no habrían sido posibles sin nuestra complicidad activa o pasiva.

    En oración ¡qué Dios les bendiga!




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    1. Así es, Julia Maria, pero sin oración es imposible todo. No sé si todo es uno, o todo está tan imbricado lo uno en lo otro, que no soy capaz de distinguirlo. Si, es verdad solo desde esta certeza es posible. Tal vez, mi fijación por la oración es porque la oración ha sido vital para mi vida. Absolutamente esencial. La verdad es que yo tiendo mucho a la cueva de eremita. Caigo en esa tentación con mucha frecuencia. Pero he de confesar que tiendo a pensar que sin la oración no soy nada. Muchas gracias, Julia Maria por tus reflexiones. Alabado sea DIOS.

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    2. Yo soy de los que pienso que oración, testimonio de vida y confesión de palabra son indisociables y que hacemos un flaco favor con la teoría de los cristianos anónimos, cuando callamos esperando que nuestras obras interroguen sin más a los demás.

      Todo en función de una cosa, que dice Julia María: SE LO CREYÓ, o sea, creer que es verdad, creer que Cristo es la Verdad, creérselo a fondo, sin medida.

      Lástima que no pueda atacar a Julia María porque ha dicho, correctamente, un giro de 180º y no como dicen todos, periodistas incluidos, un giro "de 360º".

      Antonio Sebastián:

      La oración es fundamental, imprescindible. No puedo estar más de acuerdo con vd. No hay cristiano sin oración.

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  5. No os voy a contar el día de hoy, agotador hasta el punto de que interrumpí las clases de teología esta tarde y me tuve que venir a casa; pero prometo contestar los comentarios mañana, si Dios quiere.

    Todos interesantes.


    Julia María: ¿y por qué diantres me siento yo tan identificado con vd., una letrada? Pues sí...

    Le reto a una cosa: ¿Cómo un abogado puede cumplir su profesión fielmente según la doctrina católica, ajustándose a los principios morales? Necesitaría que escribiera algo amplio -ya sé que vd. es escueta en sus palabras- pero me vendrá bien por motivos personales.

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    1. Reto aceptado con seis condiciones:

      1. Me dirá sinceramente lo que piensa cuando lea el documento porque si un amigo sacerdote no puede hablarme en un clima de total sinceridad ¿quién podrá hacerlo?

      2. Si no le parece bien, archivará el documento en el archivo general, léase papelera.

      3. Si le parece bien en su conjunto pero no en los detalles, siéntase en la total libertad para meter la pluma, no voy a pedirle derechos de autor ni a demandarle por plagio.

      4. La colmena, mis primeros fans pero también mis críticos más sinceros, se arroga el derecho de revisar el manuscrito con carácter previo a su remisión.

      5. Y… concédame un poco de tiempo. En este desafío las pistolas de duelo no vienen al caso y el sable, joya de la familia, precisa de un cierto pulido; en su estado actual serviría para un rifirrafe cualquiera pero no para un debate de altura.

      6. Su oración para que no diga muchas tonterías.

      ¡Mira que hacerme trabajar!

      En cuanto a la identificación: en el camino de la fe es importante la compañía.

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    2. Julia María:

      Entienda lo de "reto" con sentido de humor, porque lo prefería antes de suplicárselo.

      1. Seré sincero; pero me temo que difícilmente pueda encontrar lagunas en una profesión que no domino.

      2. Cláusula aceptada.

      3. Exonerada de la propiedad intelectual, podré introducir o modificar elementos, pero sería muy osado por mi parte.

      4. El enjambre entero colaborará y yo lo aceptaré.

      5. Tiempo pedido, concedido. Las prisas son malas, pero la laxitud en el tiempo es perniciosa.

      6. Por el interés personal que tengo, pediré al Señor que la asista con la luz y gracia del Espíritu Santo, el Abogado (Paráclito).

      En público no le puedo decir más, pero considérelo un favor personalísimo hacia mí.

      Unidos, un abrazo y saludos a sus hijos-abejas.

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  6. ¿No nos hemos parado a pensar que nosotros, los cristianos, con nuestra incongruencia entre lo que predicamos o manifestamos y la forma en que actuamos y vivimos, estamos alimentando la corriente laicista que está tan de moda en nuestra sociedad?
    ¿Que opina usted sobre esto, Don Javier?
    Un fuerte abrazo.

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    1. Mateo:

      Creo que hay una doble dirección en este asunto.

      Por una parte, el mundo y su cultura contemporánea (la post-modernidad, secularizada) no quiere saber nada del cristianismo, considerándolo pasado y supersticioso, irracional, y viene de vuelta. Hagamos lo que hagamos, hoy el cristianismo es siempre para una minoría creativa, fuerte, pero no alcanzará a las masas en el nuevo paganismo.

      Por otra parte, la vida misma de los católicos está influida inconscientemente por los pensamientos culturales actuales. Hay incongruencia en la vida, sí, ciertamente, pero también se han asimilado tales esquemas culturales que convertirse en apóstol y decir que Cristo ES la Verdad -y no una verdad entre otras- nos parece "intolerancia", "fanatismo" y que cada uno se salva con ser buena persona.

      Un gran abrazo.

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  7. Estoy muy retrasada en la lectura, no podré ponerme al día. Por lo pronto me uniré a las oraciones de todos para que lo solicitado a la Señora Julia Maria le sea entregado y sea de su provecho. Saludos a todos.

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    1. Gracias Maria Auxiliadora por la parte que me corresponde en su oración. En el expediente profesional de todo militar español constaba valor, se le supone, para aquellos que no habían entrado nunca en combate; valor, probado, para los que habían demostrado su valor en campañas militares. Si aplicamos esto a don Javier, tendríamos que decir que es un valiente, valor probado por haber confiado en mí; esperemos que, en manos de Dios, pueda servirle lo que yo intente aportar desde mi experiencia.

      Si no estoy equivocada vd escribe desde Venezuela; profundos lazos me unen a varios países de Hispanoamérica y sigo los avatares de la fe a tantos kilómetros de distancia, aunque en su país no conozco a nadie.

      Un saludo

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