Es profundamente católica la confianza en la razón sin que esto suponga una defensa del racionalismo, como si la razón lo fuera todo y la razón marcase el límite de todas las cosas. El racionalismo abanderado por la Ilustración busca comprobar la exactitud de todo mediante el "experimento" y la prueba, y lo que no se pueda experimentar, se desecha como irracional. El otro extremo, el de la filosofía contemporánea, es "el pensamiento débil", la renuncia a la razón como incapaz de explicar nada ni explorar la Verdad (ya que ésta no existe por imposición del relativismo) y la sustitución de la razón por el sentimiento, el vitalismo.
Sin embargo, lo católico confía profundamente en la razón. ¿No es Jesucristo, el Verbo, el Logos, la Verdad, la razón ordenadora de todas las cosas?
El presupuesto racionalista (todo la razón experimental, todo y sólo aquello que se puede comprobar con experimento) consigue que "la razón queda limitada a lo que puede ser reproducido continuamente en un experimento, pero ello supone renunciar a su presupuesto inicial, a la pregunta "¿qué es esto?" Todo lo cual significa que, limitándose a sus criterios de seguridad, la razón renuncia al problema de la verdad y solamente pretende la fiabilidad. Y así, lo que hace es abdicar como razón" (Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, p. 172).
La abdicación de la razón es la característica de nuestro tiempo. Se renuncia a la razón para favorecer el sentimiento, lo emotivo, uniendo esto al relativismo: no existe la Verdad, luego todo son opiniones y posturas respetables. Lo católico hoy reivindica el papel y la misión de la razón y da testimonio a lo largo de la vida de la Iglesia, de la teología misma, de su aportación a la cultura y la civilización. Lo católico hoy es el custodio y defensor de la razón misma.
"A este punto precisamente ha llegado hace ya algún tiempo la evolución de lo racional y de este modo está desgarrando desde dentro las universidades. La universidad nació porque la fe consideraba posible la búsqueda de la verdad e impulsaba a esta búsqueda de tal modo que posteriormente requirió la extensión de su ámbito a todos los campos del conocimiento humano, naciendo así las diversas facultades.
Éstas, a pesar de la diversidad de sus propios objetos, estaban sustentadas por la orientación común de buscar la verdad, cuya posibilidad estaba garantizada, en último término, como lo reconocían todas las facultades, por la facultad de teología.
Puesto que el conocimiento humano se basaba en una unidad última, los sabios y los que aspiraban a serlo podían unirse en una Universitas de docentes y de discentes. La universidad es un producto de la misión confiada a la razón por el acto cristiano de fe, por lo que, cuando este contexto se disuelve del todo, ocurre sin remedio una crisis que penetra hasta las mismas raíces de la universidad. El primer estadio de esta disolución se produce cuando el interrogante sobre la verdad, considerado como un problema no científico, desaparece de la universidad. La universidad cae entonces bajo la ley del positivismo, convritiéndose en un conjunto de enseñanzas de diversas disciplinas en las que se desarrollan con demasiadas pretensiones las diferentes especialidades de la razón positivista y del pensameinto funcional" (Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política, pp. 172-173).
La Universidad nace por impulso de la Iglesia.
La Iglesia confía en la razón rectamente empleada.
Confiemos en la razón ante tantas negaciones hoy.
Confiemos en la razón e impulsemos a todos a buscar y contemplar la Verdad.
La teología es un buen ejemplo de ello.
Es la paradoja de nuestro tiempo.Se considera a los que tienen fé como aquellos que no utilizan la razón cuando lo cierto es que se ha renunciado a la razón y el sentimentalismo lo invade todo, hay que hacer siempre " lo que te pida el cuerpo ". También se ha renunciado a la búsqueda de la Verdad ya que esta no existe - existe tu verdad, la mía, la de aquel etc - . Con todo ello hemos renunciado a la felicidad.
ResponderEliminarQue el Espíritu Santo nos ayude a saber encaminar a nuestros hijos , amigos etc hacia la Verdad y la felicidad
Un abrazo
María M.
Muy bien dicho y explicado, María M.; lo que pasa que incluso a la hora de la llamada "pastoral", o en virtud de "lo pastoral", relegamos la razón -logos- como fría, y preferimos jugar con lo emocional y afectivo. Luego cuando desaparecen esos sentimientos... ¿con qué se quedan? ¿Qué les puede orientar?
EliminarLa fe ilumina la razón y se apoya en ella sin caer en un absoluto de la razón. Es la razón-logos abierta al Misterio, guiada por la fe. Y la fe jamás es irracional.
La Universidad nace de la Iglesia, pero es una hija que no reconoce a su madre. Ha crecido y se cree el centro del mundo. Está en plena adolescencia y rebelde e irresponsable.
ResponderEliminarEn los actos oficiales se canta el Gaudeamus Igitur y no el Veni Creator Spiritus. Como toda obra humana, termina por desgastarse cuando pierde el principio que le creó.
Dios ilumine a las universidades y a quienes estamos dentro de ellas.
Que Dios le bendiga D. Javier!!!
Es verdad: la Universidad es una hija que no reconoce a su madre. ¡Así estamos! Es la razón ilustrada -con los ribetes del liberalismo filosófico- la que se ha adueñado de todo. Y sin embargo, ¡sería tan apasionante vivir la Universidad con la visión original de su fundación!
EliminarBuenos días don Javier. Cuando oigo que hay cosas o asuntos que los hombres no podemos pensar en seguida comprendo que semejante afirmación no viene de Dios, no es veraz, otra cosa es que con nuestra sesera podamos comprender, abarcar, etc tan grandes mistarios, ¿pero que no podamos razonarlos? ¡imposible! y por eso este Papa tan poco fotogénico me gusta tanto.Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es, NIP, así es.
EliminarLa encíclica Fides et ratio, de Juan Pablo II, presentaba unos horizontes muy amplios. ¿Se leyó en la Iglesia? ¿Nos cuestionamos lo que dicha encíclica planteaba?
Y si de ahí pasamos a nuestro actual Papa, sólo cabe decir que es el defensor de la razón verdadera, adecuada a su naturaleza y status, ante el relativismo del pensamiento y el llamado "pensamiento débil".
Mi amigo Chesterton, desde su capacidad de asombro y agradecimiento por la vida, decía que el mundo se ha vuelto loco precisamente por un mal uso de la razón al abandonar la capacidad de contemplar la realidad tal como es, sin reducirla a los prejuicios.
ResponderEliminar"La abdicación de la razón es la característica de nuestro tiempo" porque el interrogante sobre la verdad, al ser considerado como problema no científico, ha desaparecido del sistema de enseñanza y de la educación familiar. Es realmente curioso que fuera la denostada por oscurantista y cristiana Edad Media la creadora de la universidad (Constantinopla, Bolonia, París, Oxford, Palencia y Salamanca, las Escuelas Generales de Alcalá…).
Porque la fe es la perfección de la razón, como “lo perfecto a lo perfectible” en santo Tomás, es tiempo de pensar nuestra fe, de razonarla ante nosotros mismos y ante los demás porque razón y fe tienen el mismo origen divino, es tiempo de convertir nuestro pensamiento en palabras y hechos salvadores.
¡Qué Dios les bendiga!
Yes. Así es. Amén. Off course. D´accord.
EliminarTodo "sí"... excepto que, sintiéndolo, no soy muy amigo de Chesterton. Lo he leído y será que el genio inglés, su estilo, no me va en absoluto.
Ya sabe, Julia Mª, algún punto de desconexión debemos tener vd. y yo, como buenos amigos (jejej)
Mayoria de los católicos, nos alimentó desde principio crear muchas cosas sin profundo explicacion, una fe pobre donde una persona no puede dar razón de su fe ,y esto ha impbrecido ejercicio de la razon. por eso personas que no tiene posibilidad de estudiar teólogia prefiere la comodida de no pensar las cosas
ResponderEliminary actual segun sus impulsos sentimentales, y asi los catolicos que sabe dar razon de su fe son pocos. ¿una pena o no?. Dios le bendiga.
Lo nuestro es dar razón de nuestra fe. Una fe pensada, meditada, analizada, para poderla vivir mejor y ofrecer. Quien renuncie al estudio de su fe católica, tarde o temprano la vaciará de contenido y pondrá sentimentalismos en su lugar.
EliminarSaludos cordialísimos!!
Añado un enlace: es un artículo del blog de nuestro amigo Alonso Gracián con el que estoy totalmente de acuerdo. Es interesante lo que dice, en forma de sentencia:
ResponderEliminarhttp://diariodealonsogracian.blogspot.com.es/2012/06/un-apostolado-de-la-recta-razon.html