Éste es un blog que pretende ser formación y catequesis de adultos, mistagogia de la liturgia, pensamiento teológico, vida espiritual y aliento para la santidad. Y lo pretende con fidelidad a la Iglesia, al sentir eclesial y a la Tradición. ¡Sé bienvenido!
jueves, 30 de julio de 2009
Plegaria a Cristo (Tipología - II)
¡Déjanos, Señor, penetrar en tu Misterio!
Cristo, como verdadero Abraham,
eres cabeza de un pueblo innumerable
como las estrellas del cielo y la arena de las playas;
eres el verdadero intercesor ante el Padre
para que los hombres sean preservados del castigo de sus pecados, como en Sodoma,
y justificas cuando apenas hay diez justos.
Cristo, verdadero Isaac,
Tú eres la Sonrisa de Dios a la humanidad,
inmolado en el Calvario, aquel monte que fue prefigurado en el Moria,
y al que subiste cargando la leña en forma de cruz.
Cristo, a quien prefiguró José vendido por sus hermanos,
fuiste tasado en treinta monedas de plata,
y entregado al sacrificio de los esclavos, ¡la cruz!,
siendo ahora Señor y administrador de todo,
cuando la Palabra resucitadora del Padre te acreditó.
Cristo, fuiste salvado de las aguas en Moisés,
y como guía del nuevo Israel salvas al pueblo a través de las aguas del bautismo,
y Tú mismo pasas las aguas de la muerte llegando a la Vida en la Pascua gloriosa, ¡memorial por todas las generaciones!;
Tú, el nuevo Moisés que aquél prefiguraba, con los brazos en la cruz,
impides que el pecado –significado en los amalecitas-
gane la batalla contra los hijos de la Iglesia;
Tú, el auténtico y mejor Moisés, en un nuevo monte,
no entregas unas tablas de piedra, sino que pronuncias la ley del Espíritu,
que se graba en los corazones, con el Sermón de la Montaña;
el mismo Moisés que no pudo ver el rostro de Dios,
sino sólo su espalda al pasar su Gloria,
conversa contigo admirado en la Transfiguración y reconoce tu majestad.
Tú, oh Cristo, derrotaste al Faraón con los prodigios de tu Pasión y Resurrección
y nos hiciste pasar de la esclavitud a la libertad,
de la tiranía al reino eterno.
Cristo, Tú eres el verdadero Josué,
que nos introduces en la tierra prometida, a través de las aguas del Jordán, entregándonos una nueva patria y convirtiéndonos en ciudadanos del cielo.
¡Oh Cristo, Tú lo eres Todo!
¡Glorificado seas por siempre, Señor!
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Cada vez disfruto más con tu blog, enhorabuena y gracias. Babilonia.
ResponderEliminarGracias por sus palabras. El blog lo estoy tomando como parte y servicio del ministerio sacerdotal. Así, desde un púlpito cibernético, ofrezco oración, formación, plegaria, etc.
ResponderEliminarSiga leyéndolo si le sirve y recomiéndelo.