viernes, 16 de noviembre de 2012

Salmo 36: No sufras por los malvados

El salmo 36 es un salmo sapiencial ¿Esto qué significa? Un salmo que ofrece una reflexión, una consideración, sobre la vida, o sobre cómo comportarse, reflexiones. Un salmo que es precioso, que normalmente cuando se lee, se ora, se canta, toca el alma porque coincide dramáticamente con la experiencia vital de cada uno de nosotros en uno u otro momento de la existencia.

 Sólo unos versículos de este largo salmo nos pueden ayudar a saber interpretarlo.

    “La boca del justo expone la sabiduría”. ¿Quién es el Justo? Jesucristo. Jesucristo es el único justo, dice S. Pablo, todos los demás somos impíos y pecadores, y Él es el único Justo, el único Juez, “sólo Tú eres santo, sólo Tú altísimo, Jesucristo”. “La boca del justo”, Cristo, “expone la sabiduría”. Él es la Palabra que desde el principio estaba junto a Dios, se encarnó, que habló y nos sigue hablando, y lo que hace es exponer, desglosar, dar a conocer el Misterio de Dios. “La boca del justo”, Cristo, “expone la sabiduría”, es Palabra que dirá S. Juan de la Cruz “Palabra que ha de ser oída en silencio porque en silencio ha sido pronunciada”. Oír la Palabra de Cristo en el silencio, recibirle a Él.

    Y todo el salmo se cumple en Cristo. Cristo confía en el Señor, confía en su Padre, “no se haga mi voluntad sino la tuya”, Padre, “hágase tu voluntad”“Confía en el Señor y haz el bien”: Cristo sanando, Cristo predicando, Cristo confortando, Cristo haciendo descansar a sus discípulos y llevándolos de excursión. Hace el bien. “Habita tu tierra y practica la lealtad”. Habitó en nuestra tierra al hacerse hombre, y practicó la lealtad, se mantuvo fiel a Dios y fiel a los hombres  a los que amó hasta el extremo de dar su vida.

    “Sea el Señor tu delicia y él te dará lo que pide tu corazón”. Fue el Padre su delicia: “Yo te alabo y te bendigo, Padre santo”. Es la plegaria constante del Corazón de Cristo descansando en el Padre. Y el Padre le dio lo que pedía su corazón: la vida, la resurrección. No lo abandonó a Cristo en la muerte, sino que lo resucitó.

    Por eso “encomienda tu camino al Señor”; en el camino de la pasión, Cristo encomienda su camino en el monte de los Olivos; poniendo su vida en las manos del Padre, encomendó el camino de la Pasión. “Confía en el Señor y él actuará”. Y dice la carta a los Hebreos que actuó al tercer día lo resucitó de entre los muertos a aquel “que a gritos y con lágrimas” pidió no ser abandonado a la muerte.

    “Confía en el Señor y él actuará. Hará brillar tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía”. En Cristo se cumple toda justicia, se realiza todo derecho, y en el amanecer, en la mañana del día de Pascua aparece resplandeciente, Él está vivo, es el Señor ha resucitado.

    El salmo sigue cantando: “la boca del justo expone la sabiduría, su lengua explica el derecho”, el derecho, los caminos de Dios, porque “lleva en el corazón la lay de su Dios y sus pasos no vacilan”. Lleva en el corazón, “como su alimento” que es, el hacer “la voluntad del Padre”; y “sus pasos no vacilan”, le digan lo que le digan, no se calla. Recordad el evangelio: “¡Ay de vosotros guías ciegos, hipócritas, fariseos, sepulcros blanqueados”. Él no se calla, Él va derecho: sus pies no resbalan y trazan el sendero justo, sin vacilar, ni titubear, ni temer.

    “La boca del justo expone la sabiduría”. Esta palabra también tiene su aplicación en Cristo pero también en nosotros creados a imagen de Cristo. Justificados por Cristo en el bautismo, pronunciemos palabras de sabiduría, dando testimonio de la Verdad.  

"Sea el Señor tu delicia y él te dará lo que pide tu corazón”. Sólo Dios fue la delicia de los santos, sólo Dios es la delicia de nuestro corazón: “Tú Señor nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en Ti” (San Agustín).

    “Sea el Señor tu delicia”. Que nosotros meditando este salmo, haciéndolo nuestro, podamos también poder nuestro corazón en el Señor y al tratar con el Señor encontrar todo gozo, toda delicia, todo descanso, toda paz, toda felicidad, sólo en nuestro Dios y Señor.

6 comentarios:

  1. “…lleva en el corazón la ley de su Dios, y sus pasos no vacilan” A veces, qué pocas palabras son necesarias.

    En oración ¡qué Dios les bendiga!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Julia María:

      ¿Ha hecho ante Dios voto de silencio? De pronto, un comentario tan breve, me sorprende.

      Amiga mía, gracias por muchas cosas; de corazón.

      Eliminar
  2. Padre, ¡qué necesario es, para mi, el silencio para percibir a DIOS!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre el silencio es condición sine qua non para percibir la obra de Dios.

      "Una Palabra pronunció el Padre... y en silencio ha de ser escuchada", dice san Juan de la Cruz.

      Pero aquí me refería sobre todo al "silencio" de Julia María, nuestra amiga letrada, con un comentario tan brevísimo para lo que es habitual en ella. Vamos, humor entre amigos...

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. No suelo leer los salmos en esa clave cristológica, pero al no hacerlo, se pierde mucha de su riqueza.

    Si El es el único Santo, el único Justo, y nosotros hemos sido justificados por Cristo en el bautismo, quiere decir que allí, en el bautismo, El nos hace también justos a nosotros. En el bautismo y luego también en el sacramento de la penitencia, El nos da su justicia a nosotros a pesar de ser pecadores. Gracias a su Cruz y a su Resurrección. Me parece intuir que eso es lo que se expresa tan bellamente en el versículo:

    "Hará brillar tu justicia como el amanecer, tu derecho como el mediodía”

    Si nuestras obras son como paños inmundos, ¿a qué justicia puede referirse el salmista, sino a la justicia de Cristo, la que El hizo con su muerte y resurrección y nos regala gratis en el bautismo y el sacramento de la penitencia?

    Como siempre, no sé si estaré diciendo disparates teológicos y espero la corrección de d. Javier si es preciso, pero a mí me gusta interpretarlo de ese modo: Dios hizo que su justicia brillara como el amanecer en la muerte y resurrección de su Hijo, gracias a las cuales, quiere que su justicia se extienda a todos.

    Perdón por la reiteración pero, intento explicármelo a mí mismo.
    Muchos saludos para don Javier y para todos.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aprendiz2:

      Siempre la clave cristológica (o la eclesiológica) es la más competente para traducir un salmo en cristiano. Después del sentido literal del salmo, lo que dice en sí, hay que buscar a Cristo entre cada versículo, verlo cumplido o vivido en Él.

      Así que, de disparates teológicos, nada: acierta vd. de lleno.

      Es más, vd. ha descrito perfectamente el misterio de la Pascua interpretando así el versículo.

      Un gran abrazo.

      Eliminar