A situaciones y problemas nuevas, a hombres de cada época, hay que responder con métodos y formas nuevas, salvaguardando la identidad del Mensaje; pero hay que lanzarse con sana y santa creatividad a evangelizar.
No se puede seguir haciendo cómodamente, anquilosadamente, "lo mismo de siempre" pensando que ya está todo hecho y que eso es lo que hay. Nuevas situaciones -nueva cultura en el fondo, con sus luces y sus sombras, como toda la postmodernidad- piden nuevas respuestas evangelizadoras.
Santa creatividad, santa audacia, que para eso la Iglesia está llevada por el Espíritu Santo. Si no fuera así, se caería en el inmovilismo, hablando un lenguaje extraño e incomprensible a los hombres de hoy.
Juan Pablo II lanzó el reto:
"Se trata ahora de emprender una Nueva Evangelización para la que he convocado, precisamente con motivo del V Centenario, a todas las Iglesias de América Latina.(Cf. Discurso al Celam en Haití, 9-III-83; y en Santo Domingo, 12-X-84).
Hay que estudiar a fondo en qué consiste esta Nueva Evangelización, ver su alcance, su contenido doctrinal e implicaciones pastorales; determinar los «métodos» más apropiados para los tiempos en que vivimos; buscar una «expresión» que la acerque más a la vida y a las necesidades de los hombres de hoy, sin que por ello pierda nada de su autenticidad y fidelidad a la doctrina de Jesús y a la tradición de la Iglesia.
Por consiguiente, hay que preparar convenientemente a los artífices de esta renovada acción evangelizadora: se necesitan sacerdotes santos y sabios; religiosos y religiosas plenamente entregados a Cristo; laicos decididos y comprometidos de verdad con la Iglesia (Cf. Exhortación Apostólica Christifideles laici, 64)".
(Juan Pablo II, Discurso a la plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina,
7-diciembre-1989, n. 7).
Sin lugar a dudas, estas palabras deben interpelar a todos, despertar la conciencia alertagada y cómoda, quizás aburguesada.
“Hay que estudiar a fondo en qué consiste esta Nueva Evangelización...... y fidelidad a la doctrina de Jesús y a la tradición de la Iglesia” ¿Cómo añadir algo a estas santas y sabias palabras? Únicamente, y no es añadir, concretar una humilde petición de un fiel de a pie: ¡por favor, que el estudio de los métodos incluya “análisis de riesgos”! Y ¿el Espíritu Santo? Si está en el método, estará en el “análisis de riesgos”.
ResponderEliminar¿Me permite una broma, don Javier? Al principio de los tiempos existían sólo cuatro personas sobre la faz de la tierra y ¡no se ponían de acuerdo!: Adán culpa a Eva, Caín envidia a Abel y no se nos indica que Abel se preocupara mucho del “dolor” que sufre Caín hasta el extremo de provocar su envidia. Cada uno con su método pero ¿alguno de ellos se preocupaba en verdad de Dios? Y ¿deja fuera a Eva? ¡Pues claro! Fue la primera que creyó descubrir ¡El Método!
En oración ¡Qué Dios les bendiga!
Julia María:
EliminarEs vd. tremendamente práctica, racional, y lleva razón. El "análisis de riesgos" apenas se suele hacer, llevados del buenismo o del optimismo... como si estuviéramos descubriendo la pólvora de pronto.
En cuanto a la broma, admitida por supuesto, me molesta que salve siempre a Eva. Eran 4: cada uno a su aire... y Eva iba de lista por la vida mientras que Adán era un bobalicón tremendo. Ella descubrió el Método: ¡¡endiosarse!! ¡Qué gran pastoralista sería Eva en este secularismo reinante!
¿O tal vez sería abogada...?
Seguro que sería abogado, pero esperamos que, en el transcurrir de su historia, la mirada de un Hombre la convierta en María Magdalena.
EliminarBuenas noches
Julia Maria, si, eso pasa cuando el hombre toma la iniciativa. Hay cosas que hay que dejarlas a DIOS. Cuando el hombre cree que inventa algo, se mete el diablo. El hombre es una herramienta. Actúa DIOS, crea DIOS, mueve DIOS. Alabado sea DIOS.
ResponderEliminarSigo rezando. DIOS les bendiga.
Antonio Sebastián:
EliminarPues san Pablo le diría que somos "colaboradores de Dios"... Algo nos toca hacer. Su gracia nos mueve en el uso de la libertad, de la inteligencia y del afecto. Lo contrario acaba en puro quietismo iluminista.
Más aún: de los violentos, de los audaces, es el Reino (Mt 11).
Un gran abrazo.
Padre, me da por pensar que si DIOS no actúa, nada actúa, que si DIOS no crea, nada existe, me da por pensar que si DIOS no mueve, es imposible que algo pueda moverse. Me pregunto si no estaremos diciendo los dos lo mismo. Así como tengo la total convicción de que si uno reza es completamente imposible que algo no se mueva. Para mi es totalmente inconcebible orar y no actuar. Si se ora y no se actúa, no hay oración. La oración que no mueve no es oración. Como mucho lo podría encajar en las técnicas de relajación. Y eso está en las antípodas de la oración católica. No sirve, no vale, no es útil.
ResponderEliminarVerme a mi como colaborador de DIOS, me hace desternillarme de risa por los suelos, me hace carcajearme y descacharrarme inexorablemente. Con mucho esfuerzo podría verme como herramienta. Pero en general me veo como lo que soy, un siervo inútil. Expresión que creo que pertenece a los evangelios, en una muy significativa parábola. Por favor, Padre, corríjame si me equivoco.
Pero como todo Padre, es cuestión de palabras y de que significado les asociemos. Y por otra parte, Padre ¿acaso la libertad, la inteligencia y el afecto no han sido creados por DIOS?
Supongo que, como de costumbre, he empezado a desbarrar y no quisiera plantear debates completamente estériles. Porque, a fin de cuentas, me da por intuir, que ambos estamos totalmente de acuerdo.
Y tratando sobre el puro quietismo iluminista, en estos tiempos que corren tal vez un poquito de eso no nos vendría mal. Algún sacerdote (nótese que escribo en singular, indicando que si los hay, son poquísimos) está tan ocupado en ser solidario, que se olvida de que su trabajo es ganar almas para DIOS. Y por supuesto escribo la palabra "solidario", como más me gusta, en el peor de los sentidos posibles. Y esto enlaza con uno de sus anteriores artículos, aquel que trataba sobre el activismo. Abrazos en CRISTO, Padre. Muchas gracias por todo. DIOS le bendiga.