La gloria de la Pascua inunda el mundo. La Iglesia cuidó y cultivó amorosamente su celebración, y son muchos los textos litúrgicos de la Pascua.
Traemos hoy la bendición del cirio pascual, la alabanza del cirio cantada por el diácono, en un antiguo Sacramentario, el Gelasiano Vetus (nn. 425-430). Son modulaciones poéticas sobre la gloria de la resurrección del Señor que vale la pena conocer para contemplar la Pascua, enriqueciendo nuestra espiritualidad con los textos litúrgicos.
"Oh Dios, creador del mundo, autor de la luz, artífice de los astros. Oh Dios, que con una luz rutilante renovaste el mundo que yacía en las tinieblas. Oh Dios, cuyo inefable poder dio origen al resplandor de todas las cosas. Al contemplar tus obras, te invocamos, en esta santísima vigilia nocturna, y, de los dones que de ti hemos recibido, ofrecemos humildemente a tu majestad este cirio, que no ha sido mancillado por la grasa corporal, ni contaminado por ungüento profano alguno ni ha estado en contacto con el fuego sacrilego. Ha sido elaborado con cera, con aceite y con papiro. Lo hemos encendido en honor de tu nombre y te lo ofrecemos como homenaje de nuestra devota majestad.
Es tan grande el misterio y tan admirable el sacramento de esta noche que debe gozar de dignas alabanzas.
Por el milagro de la resurrección del Señor, las más densas tinieblas se vieron traspasadas por la luz del día. Y la muerte, condenada antaño a una noche eterna, ante la naciente luz de la verdadera claridad, quedó estupefacta al verse cautiva del cortejo triunfal del Señor. Y el que, por la oscura presunción del pecado del primer hombre, había sido condenado a la esclavitud, por el milagro de esta noche irradia con el fulgor de la libertad.
Guiados por el ardor del Espíritu a celebrar esta venerable fiesta, en la medida en que lo exige la devoción humana, te ofrecemos, oh Dios, estos cirios tan gratos por la luz de sus llamas, a fin de que, al hacer esto con una fe íntegra, se eleven también hacia ti las alabanzas de tus criaturas. Hemos de mencionar, sin duda, la luz de la llama: por medio de ella, el poder de la Divinidad se hizo patente a Moisés; fue ella la que, con su luz salutífera, mostró el camino al pueblo que salía de la tierra de la esclavitud; fue ella la que, con tiernas caricias, salvó la vida a los tres jóvenes encerrados en el horno encendido por orden del tirano.
Porque, así como, por el primer don de esta luz, se ahuyentó el terror de las tinieblas, así también, Señor, con el resplandeciente poder de tu majestad, se desvanece el peso de la carga de los pecados.
Al admirar el origen de la sustancia (de este cirio), hemos de alabar también su origen en las abejas. Las abejas son frugales en el alimento que toman y castísimas en cuanto a su procreación. Construyen sus celdas, que edifican con cera líquida, sin que el arte magistral de la destreza humana las iguale. Tocan con sus pies selectas flores, sin que éstas sufran daño alguno. Dan a luz sin parto. De su boca sale la prole concebida, que llevan al enjambre, según el admirable modelo de Cristo, que procede de la boca paterna. Aun sin parto es fecunda su virginidad, virginidad que también el Señor quiso seguir al determinar, por amor de la virginidad, tener una madre humana.
Estos dones, Señor, son los que dignamente venimos a ofrecerte en tus santos altares. Por ellos, te será agradable, sin duda, nuestra piedad cristiana.
(Bendición del incienso).
Descienda sobre este incienso, oh Dios omnipotente, la abundante infusión de tu bendición y dirige tu mirada, oh invisible soberano, sobre este nocturno resplandor; para que no sólo el sacrificio que esta noche te ofrecemos resplandezca con la misteriosa mezcla de la luz, sino que en cualquier lugar donde algo fuera llegara del misterio de esta santificación, una vez alejado de allí el engaño diabólico, se haga presente el poder de tu majestad.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, y es Dios, en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.
Pero, volviendo a nuestro pregón pascual, es decir, el del rito romano, vamos a escucharlo en la versión del Camino Neocatecumenal, y nos recuerde lo vivido y cantado en la noche santísima de la Pascua.
En mi Parroquia , canta el pregón pascual un chico de 28 años que es tenor y es una maravilla por lo que al principio de empezar a oir este del Camino , me chirriaba un poco , pero me ha gustado y a la vez que lo oía , lo iba leyendo en el Magnificat . Me ha encantado recordar la noche de la Pascua.
ResponderEliminarUn abrazo
Maria M.
Es otro estilo. A mí no me desagrada y además me trae muy buenos recuerdos. Es el único que sé cantar bien porque canto de memoria...
EliminarPero, maría M., ha dado vd. en el clavo: puse este pregón pascual y una versión cantada para que recordáramos nuestra noche de Pascua con el Señor y no se apague el fuego santo en nuestras almas de lo que vivimos en la santísima noche pascual.
Junto a eso, mostrar otro formulario antiguo de Pregón pascual para aumentar nuestra 'cultura' litúrgica.
Desde que te fuiste no he vuelto a escucharlo.
ResponderEliminar¡Por Dios, qué lástima!
EliminarUna vigilia pascual sin pregón pascual, es una paella sin arroz.
¡Qué buenos años sacerdotales pasé entre vosotros! ¡Cuánto los añoro! ¡Cada vez más!
No sé lo que es un sacramentario ni su importancia, pero da la impresión de que contenga vetas más puras con alguna que otra de ganga. Supongo que a los textos litúrgicos también se les pegarán a veces cosas culturales de las distintas épocas que habrá que distinguir de lo auténtico.
ResponderEliminarEs un atrevimiento por mi parte meterme en ésto, pero la ganga me parece la alusión a las castísimas abejas.
Me gusta más todo el resto del texto, especialmente:
... así también, Señor, con el resplandeciente poder de tu majestad, se desvanece el peso de la carga de los pecados.
Tantas veces en la sociedad se ve el cristianismo como un peso más en la vida, ya de por sí complicada, cuando realmente es una liberación de esa carga de los pecados, de esa culpabilidad que todos tenemos más o menos conscientemente y que a veces no sabemos qué hacer con ella.
Si se la entregamos a Cristo, El, Cordero de Dios, la carga a sus hombros para liberarnos a nosotros.
Oh admirable condescendencia de tu amor,
Oh incomparable ternura y caridad,
por liberar al esclavo (el hombre)
has sacrificado al Hijo.
Amigo mío:
EliminarSacramentario: libros antiguos que contienen las oraciones que pronuncia el obispo o sacerdote en la liturgia. Es lo más parecido a nuestro actual Misal, ya que las lecturas se contienen en otro libro (leccionario) y los cantos en otro (Gradual).
Los sacramentarios son de la etapa primera de la liturgia de la Iglesia: veronense, gregoriano, gelasiano Vetus y los gelasianos franco-carolingios... De ellos bebe nuestra liturgia romana de siempre. Por lo general son vetas y más vetas buenísimas las que ofrece.
Cualquier estudio hoy de una oración o un prefacio debe acudir a su fuente primera que suele ser un Sacramentario. Se lo digo por experiencia con mi tesina.
Un gran abrazo
Es diferente, pero me ha gustado también. Saludos para todos, regresando de servir al Señor en un retiro; por eso la ausencia.
ResponderEliminarOK. Espero que le haya sido provechoso el retiro.
EliminarFeliz día, feliz Pascua.
Oh admirable condescendencia de tu amor,
ResponderEliminarOh incomparable ternura y caridad,
por liberar al esclavo
has sacrificado al Hijo.
Cristo ha resucitado y la soledad de la noche humana ha sido iluminada. Cristo ha resucitado y nos ha dado el poder de vencer la muerte, nos ha concedido la naturaleza divina. Ahora es posible el amor, ahora es posible construir la familia. Ahora la enfermedad, las dificultades y los avatares de la vida no pueden con nosotros. ¡Aleluya!. Bendecid al Señor.
Feliz Pascua.
Muchas gracias don Javier por sus aclaraciones. Es lo del analfabetismo religioso que tambien me afecta (:-)
ResponderEliminarPido excusas porque el Pregón no dice "liberar al esclavo" sino "rescatar". Lo cité de memoria pues, como don Javier, yo también lo aprendí de cantarlo con el Camino Neocatecumenal.
Merece la pena celebrar con ellos una Vigilia Pascual sólo por oir a toda la asamblea cantarlo a pleno pulmón. (Así enlatado pierde mucho)
Oh noche maravillosa
que despojaste al Faraón y enriqueciste a Israel,
Oh noche que destruyes el pecado y lavas nuestras culpas,
Oh noche realmente gloriosa
que reconcilias al hombre con su Dios.
Esta es la noche en que Cristo ha vencido a la muerte
y del infierno retorna victorioso.
Muy hermoso el texto de la bendición del cirio pascual del antiguo Sacramentario Gelasiano Vetus . No hay 'ganga'.
ResponderEliminarY una pregunta, si deseas responder. No quiero hacerla por ser 'tiquismiquis', sino por claridad. Es esta: ¿En qué medida esta versión del Camino Neocatecumenal es aceptable, puesto que modifica en parte la letra del pregón pascual tal y como aparece en el Misal Romano de Pablo VI? La música de Kiko tiene fuerza y es atractiva, pero a la hora de musicalizar este texto ¿no es mejor ajustarse al texto ofrecido en el mencionado Misal?
Un abrazo y feliz tiempo pascual.
Desde sevilla: feliz pasca y bendito retorno a este blog!
ResponderEliminarCristo ha resucitado!
Alvaro:
ResponderEliminarEl pregon pascual, como todo texto liturgico, debe ser integro, sin mutilaciones ni parafrasis al musicalizarlo.
Dicho lo cual, y pese a que omite partes o frases, no me desagrada esta version.
Si me ha horrorizado alguna que otra version que era una composicion libre, liberrima, inspirada remotamente en el Pregon pascual romano.
Saludos y sigue ofreciendo tus dolores y enfermedad por mi. Y un besito al pequeño Victor
Javier:
EliminarPienso lo mismo que indicas: «El pregon pascual, como todo texto liturgico, debe ser integro, sin mutilaciones ni parafrasis al musicalizarlo». Reitero también que esta versión de Kiko Argüello posee fuerza y es agradable cuando uno la escucha: me parece que está musicalizado con honestidad y que ayuda a rezar el pregón. Estaría mejor no haber tocado el texto, recortándolo o modificándolo, pero bueno.
Mi ofrecimiento -el de mi neuropatía- por el bien de tu persona y ministerio. Como es un dolor cotidiano y constante este cabezota que soy yo tiene un buen recordatorio.
A Víctor le sigo hablando de ti y se acuerda de la ocasión en la que fue «a nuestro cole que se llama San Dámaso» (sic). Son graciosos los niños ;)
Un fortísimo abrazo.