Ya vimos lo que significa "social": todos los sacramentos se reciben en la Iglesia, mediante la Iglesia y como unión con la Iglesia superando así la imagen devocionalista y privada de la que a veces hemos revestido a los sacramentos. La reflexión teológica de De Lubac nos ilumina con nuevas perspectivas.
El Bautismo es el primer sacramento, la puerta de la vida eterna, la regeneración, el nacimiento sobrenatural como hijos de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu... y así agrega al bautizado a un pueblo nuevo, una nación santa, la Iglesia.
El primer sacramento es el bautismo y “el primer efecto del bautismo, por ejemplo, no es otro que esta agregación a la Iglesia visible. Ser bautizado es entrar en la Iglesia. Hecho esencialmente social” (Catolicismo, p. 61).
Las consecuencias del bautismo no son sólo jurídicas (aspecto éste nada desdeñable), sino que son consecuencias de orden espiritual y místico porque la Iglesia no es una sociedad meramente humana, y por eso la recepción del sacramento es la entrada en una sociedad religiosa que incorpora al bautizado al Cuerpo místico, y por ser miembro de este Cuerpo místico, de esta sociedad santa, se es hijo, se recibe la gracia de la filiación divina y la inhabitación del Espíritu como este mismo Espíritu inhabita a la Iglesia.
El hecho del bautismo es un hecho primeramente de naturaleza social. Hay que tener en cuenta, recuerda el autor, que “si bien los sacramentos obtienen su eficacia de la Iglesia, esta misma eficacia les es confiada mirando a la Iglesia” (p. 62), por lo que nacen de Cristo en la Iglesia para conducir al hombre a una integración más perfecta y santificadora en el dinamismo espiritual de la Iglesia.
“La regeneración bautismal no afecta, pues, en fin de cuentas, a un alma solitaria: todos, dice el apóstol, hemos sido bautizados en un solo Espíritu para formar un solo Cuerpo” (Catolicismo, p. 62).
Y recuerda citando un texto amplio de San Ireneo (como podría haber citado de San Agustín que expone esto mismo en un sermón a los catecúmenos) que el agua (del bautismo) sirve para amasar los distintos granos de trigo que son cada cristiano y formar así la masa del pan que es un solo Cuerpo (la Eucaristía). Dice de Lubac: "Lo explicaba san Ireneo, válido para el bautismo y para la confirmación, al desarrollar un simbolismo que ha llegado a sernos poco familiar, pero que fue durante mucho tiempo un lugar común de la predicación" (Catolicismo, p. 63). Y a continuación ofrece un hermoso párrafo de san Ireneo:
"El Espíritu descendió sobre los Apóstoles para introducir a todas las naciones en la Vida. También a fin de unirlas para cantar en todas las lenguas un himno a Dios. El Espíritu conducía así a la unidad a tribus dispersas, y ofrecía al Padre las primicias de todas las naciones. En efecto, por lo mismo que sin agua no se puede hacer con trigo seco una sola masa, un solo pan; así nosotros, que somos numerosos, no podríamos llegar a ser una sola cosa en Cristo, sin el agua que viene del cielo. Por eso nuestros cuerpos reciben mediante el bautismo la unida que conduce a la vida incorruptible, y nuestras almas la reciben por el Espíritu..." (Adv. haer. III,17,2).
Hay que comprender entonces que el Bautismo no es simplemente un hecho privado o íntimo. Siempre la Iglesia lo celebró en la Vigilia pascual (en Pentecostés y algunas regiones en Epifanía) por su significado eclesial-social.
Bautizar no es un rito más... y es incongruente en muchos casos pedir el Bautismo cuando se vive al margen de la Iglesia, y apenas se garantiza la educación cristiana del niño, pensando, de manera exigente, que tienen derecho al Bautismo. El Bautismo agrega a la Iglesia y es sacramento eclesial. Saquemos las consecuencias pastorales (y litúrgicas).
Buenos días don Javier: En cierta manera puede ser semejante a colocar un ladrillo en la fábrica, ya forma parte de la edificación. Para amasar es precisa cada prueba el camino que tritura a cada uno de nosotros como granos y nos hace harina del mismo pan con ese agua y fuego del Espíritu.Un abrazo.
ResponderEliminarHoy, nos regala usted, don Javier, esta catequesis sobre el significado eclesial-social del Bautismo. Me ha recordado estas palabras de san Pablo:
ResponderEliminarSobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del espíritu, con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la meta de la esperanza en la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo y lo invade todo.
Con mi oración. Feliz día a todos.
EL acceso a los sacramentos es un tema complicado. Por una parte, el sentido común nos dice que nadie tiene derecho a recibir un sacramento, ya que es un don que Dios nos regala gratuitamente. Pero precisamente por eso, negar el bautismo de un niño conlleva tener las cosas muy claras y aceptar que lluevan críticas por todas partes.
ResponderEliminarQuizás la postura menos violenta, sea pedir una catequesis previa de los padres, a fin de que el compromiso se evidencie. Pero incluso así, no es nada fácil poner condiciones en una sociedad en la que los derechos son universales y no tienen contrapartida de deberes.
Un abrazo D. Javier. Que Dios les bendiga :)
Buenos días d. Javier: ¡qué grande es el sacramento del bautismo! y que pequeñito se siente uno al ser consciente de que forma parte de la Iglesia.
ResponderEliminarHacernos niños, nacer del agua y del Espiritu.
ResponderEliminarPor eso mismo yo sigo a Jesucristo en su Iglesia dentro del Camino Neocatecumales. Preparandome para un bautismo madurando en la fe adulta.
Buen dia a todos.
El sacramento del Bautismo como los demás sacramentos,¡ Son tan importantes!Siendo este
ResponderEliminarel primer sacramento de la iniciación cristiana,
nos incorpora a la Iglesia, nos hace participar de la misión sacerdotal, profética y regia de
Cristo ¡ Esto es tan grande!.
Creo que tendría que haber más formación,para una mayor respuesta y mejor gozo del mismo.
Unidos en oración.
Dios les bendiga!!!
NIP:
ResponderEliminarLa imagen que usa es la descripción del catecumenado hasta llegar a formar parte del Cuerpo del Señor por el bautismo. Lo del ladrillo en la fábrica denota su cualidad de ingeniero (que espero que sea cualidad y calidad).
Desde Sevilla:
Bien sabe que se podrían afirmar muchísimas cosas más del Bautismo. En esta ocasión, lo dejamos únicamente en la perspectiva social-eclesial, la integración en la Iglesia. Pero es maravilloso ser hijo de Dios e hijo de la Madre Iglesia.
Miserere:
ResponderEliminarEn el orden pastoral es dificilísimo todo. Por una parte lo exigen como un rito folclórico o costumbrista, por otra el niño "tiene derecho" al Bautismo. Se pide el mínimo: que alguien garantice la educación cristiana del párvulo, pero luego ¿es real esa educación?
Se da un cursillo prebautismal que es una preevangelización, y es bueno hacer algo así, pero dudo de los resultados. La verdad es que muy complicado y yo no alcanzo a ver soluciones pastorales.
Mento: ¿Preparándose para el Bautismo? Más bien habrá querido decir para renovarlo después de un camino de maduración.
ResponderEliminarJulia María:
Nos sentimos pequeñitos porque es mucha la grandeza y porque hay que hacerse niño para entrar en el Reino y dejar este hombre decrépito con el que cargamos.
Marian:
ResponderEliminar¿Y cómo hacemos lo de una mayor formación para ser consciente de la grandeza del bautismo?
Saludos a todos.
pax. +