lunes, 8 de junio de 2020

Formación litúrgica más profunda



Hay que proveer una formación litúrgica cada vez más profunda, más seria, y más amplia también, y hacerlo atendiendo en primer lugar a su naturaleza y contenido teológico. Así se apreciará y valorará más la liturgia y se corregirá su derivación secularizada en muchos lugares que empobrece la liturgia y, por tanto, la vida espiritual del pueblo cristiano.




            1. Hay unas premisas importantes, especialmente para la asignatura, como tal, de liturgia, que requieren atención[1]; esas premisas sirven, igualmente, de orientación para cualquier catequesis sólida de adultos, grupos de liturgia, etc.:

·         conocer la liturgia, y conocerla bien, requiere su estudio comparativo con otros ritos y liturgias, tanto occidentales (como el rito hispano-mozárabe) como orientales; así se entiende y se valora más lo propio, se aprende de otras familias litúrgicas, no se absolutiza lo propio pero tampoco se harán mezclas indiscriminadas a capricho;

·         para conocer la liturgia se requiere un estudio mayor y más cuidadoso de la teología de la liturgia;

·         la liturgia, para los alumnos –o para los fieles en un retiro o en una catequesis- debe irse convirtiendo en alimento de la vida espiritual y así, el contacto con la liturgia, favorece la unidad y la mejor comprensión de todas las disciplinas teológicas, de todas las ramas de la teología que, evidentemente, están interrelacionadas (Trinidad, cristología, antropología, eclesiología, moral, etc…).

            2. Todo debe comenzar, para entender bien la naturaleza, el valor y eficacia de la liturgia, con explicar una introducción al misterio de Cristo y a la historia de la salvación. Lo que Cristo realizó con su misterio pascual, está presente y vivo, actual y salvífico, en la liturgia hoy de la Iglesia. La historia de la salvación se prolonga hoy en la liturgia; la liturgia es el último momento de la historia de la salvación hasta que vuelva el Señor en su gloria.

            ¡Cómo cambian las cosas cuando esto se entiende así! Cae, por su propio peso, el antropocentrismo que devasta la liturgia, el ser protagonistas de una fiesta humana y entretenida, o emotiva (buscando conmover, provocar lágrimas y aplausos), estilo happening. Se recupera la centralidad de Cristo en la liturgia, se ve, se vive, se valora, se celebra la liturgia de un modo muy distinto y muy pleno, fecundo espiritual y vitalmente.


            Por eso, ya sea en Seminarios o noviciados, ya sea en la asignatura de liturgia, o ya sea en catequesis, o formación de adultos, o Cursos de formación cristiana, es conveniente sentar bien las bases, ofrecer “simultáneamente una introducción a la liturgia… donde se explique la función de la sagrada liturgia en la economía de la salvación, en la vida de la Iglesia y en la vida espiritual de cada cristiano… Será de gran utilidad… una breve exposición de la misa y de las horas mayores del oficio divino”[2].

            3. Y así, para una formación litúrgica, de manera cíclica, volviendo una y otra vez, un año tras otro, se recuerda que “puede ser útil tratar del año litúrgico y explicar sus diversos tiempos a medida que son celebrados. Así también el estudio de la liturgia de los sacramentos se podrá unir convenientemente con el estudio de su teología”[3].

            Por eso:

            a) Cada ciclo litúrgico requiere ser presentado cada año: sentido que tiene, su historia y formación, ejes de espiritualidad, ritos particulares que pueda tener, estructura, la selección de textos bíblicos en el leccionario, los textos litúrgicos, etc. Esta presentación ayudará a asimilar el desarrollo del año litúrgico, renovarlo anualmente, también en retiros y predicaciones, en homilías y grupos de formación, así como en la asignatura de liturgia.


            b) A la hora de explicar cada sacramento, hay que recurrir también a su liturgia con el respectivo ritual. En cada sacramento se explica su teología, la gracia santificante y particular, la materia y la forma, el ministro, su desarrollo dogmático a lo largo de la historia, su fundamentación bíblica y patrística, etc., pero esto sería incompleto si no se enseñase a vivirlo en su celebración concreta hoy: sus ritos, sus oraciones, los textos litúrgicos. Las asignaturas de teología sacramental deben incluir la liturgia del sacramento con el estudio sosegado del respectivo ritual.

            Pero también la catequesis debe obrar así: un Cursillo prematrimonial debe incluir la catequesis de la liturgia matrimonial sin limitarse a un breve ensayo del consentimiento y entrega de los anillos. O dígase lo mismo de un Cursillo prebautismal para padres y padrinos… O la formación permanente de adultos y grupos cristianos en nuestras parroquias cuando abordan los sacramentos.

            4. Valga un inciso necesario: Los rituales hay que trabajarlos en la asignatura de liturgia y de sacramentos, así como en formación y catequesis. Para ello hay que reconocer la utilidad y sentido de cada parte del ritual:


1.      Prenotandos: Al principio de cada ritual, los prenotandos ofrecen una teología de cada sacramento, explican la celebración y sus partes, realizan oportunas advertencias pastorales.

2.      Las rúbricas: Son las normas o indicaciones escritas en tinta roja (: rubrum), obligatorias, que señalan cómo se realiza el transcurso de la celebración. La obediencia a las rúbricas posibilita la unidad al celebrar en cualquier sitio evitando el caos de la improvisación y la inventiva particular.

3.      Los textos litúrgicos: Antífonas, oraciones, plegarias, preces, etc., que deben meditarse y exponerse porque reflejan –repitámoslo una vez más- la fe de la Iglesia.


            Todas estas líneas, unidas, van marcando un programa de formación y estudio necesario para todos y tanto más urgente cuanta mayor es la necesidad de que la liturgia sea cuidada, se viva bien y santamente, esté llena de unción espiritual y de sentido de Dios, se participe plena, interior, activa y fructuosamente, desterrando cuando entorpece o desfigura la liturgia de la santa Iglesia.


[1] Seguimos el Apéndice titulo “Índice de temas que convendrá tratar en la enseñanza de la liturgia en los Seminarios” en el documento de la Cong. para la Educación Católica “La formación litúrgica en los Seminarios” (: FLS).
[2] FLS, Apéndice, n. 2.
[3] FLS, Apéndice, n. 3.

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