miércoles, 18 de enero de 2012

Sugerencia para lectores (I)

No se preste, amigo, a confusión. No es un elenco bibliográfico o recomendación de libros al modo de una revista especializada.


Piense más bien, amable visitante, en la celebración litúrgica. Sí, la liturgia, uno de los polos de este blog que quiere ser mistagogia e introducción al misterio celebrado en la liturgia.

Sencillas sugerencias para el lector que sube al ambón -sin protagonismo, sin empujones para que otro no suba- y presta su voz a la revelación, al Espíritu que pronuncia esas Palabras de vida eterna.

Hay que saber leer para ser lector. ¿Una tautología? No, ¡qué va! Cuando por un intervencionismo en la liturgia (que confundimos con participación) hacemos leer a cualquiera, o nos fuerzan a que cualquiera lea -una boda, por ejemplo- hay un desastre comunicativo. La Palabra no resuena, extinguimos el Espíritu y el lector o lectora está allí... luciendo el modelito de ropa.

Yo, sarcástico cuando quiero, suelo decirle a estos lectores con una gran sonrisa:

"-¡Ah, el lector! Muy bien. ¿Sabes leer?

-Mmmmm.... Sí, claro, mire usted...

-Perdón. Quería decir... ¿Sabes leer en público? ¿Sabes leer para los demás, entonando, dándole sentido a las frases, pronunciando bien?

-Ahhhh... No sé..."

Y me pongo a ensayar cada palabra con el lector. A veces, con escaso resultado cuando sube al ambón.

Pues ofrezcamos sugerencias al lector.



1) Leer con entusiasmo las páginas de un profeta que despierte esperanza y anuncie la realización de una promesa, por ejemplo en Navidad: "El pueblo que caminaba en tinieblas vio aparecer una gran luz"; es un texto que pide acentuar la alegría de la Epifanía: "¡Levántate, Jerusalén! ¡Resplandece, que llega tu luz!"

2) Leer con mayor lentitud y con más sobriedad, cuando se trata de textos que enseñan verdades, como por ejemplo, los textos de Pentecostés: "Nadie puede decir: Jesús es el Señor si no es movido por el Espíritu". Cuanto más denso, espiritualmente hablando, es un texto, más necesario se hace facilitar su comprensión, adoptando un ritmo meditativo, propio de la contemplación.

3) Tomar un tono que anime a los hermanos y la entonación de una conversación (por tanto suave, sin gritar, no es un anuncio), cuando se trate de exhortar; por ejemplo: "Estad de acuerdo unos con otros, vivid en paz..." Estas observaciones son muy útiles, ya que la experiencia nos enseña que facilitan la escucha, en especial cuando se tiene cuidado de introducir bien la lectura mediante una brevísima monición.

4) El tono narrativo si se lee una narración donde interviene un cronista-narrador y varios personajes con tres tipos de tono de voz: alto, medio y suave; el alto, para el personaje principal, el medio para los personajes secundarios y el suave para el cronista. Así se facilita a los oyentes distinguir los personajes y quién dice qué. Sería, en cierto modo, recordar cómo narramos los cuentos a los niños pequeños: le damos entonación distinta según los personajes.

La entonación, el tono de voz, debe adaptarse al género de la lectura. Así se ayuda a escuchar al Verbo elocuente que siempre se comunica.


30 comentarios:

  1. Qué buen post, Don Javier!
    Por lo demás, como siempre, claro.
    Pero el tema de hoy me parece importante.
    Procuraré seguir sus consejos, cuando me toque leer.
    La Escritura Santa ya de por sí tiene el poder de entrar en los corazones de los oyentes y comunicar la semilla divina.
    ¡Si además se la pronuncia con unción, el Verbo encarnado podrá hacer maravillas en todos nosotros!

    Gracias, Don Javier y feliz y santo dia.

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    1. Tiene razón. No quise decir nada sobre la "unción" del lector, imprescindible, para centrar la catequesis sólo en la técnica.

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  2. Buenos días don Javier. Un sarcasmo que nos despierta a todos nosotros, magníficos 4 puntillos que me aplico.La entonación y ganas son fundamentales para comunicar. Lo más violento resulta cuando noto que el lector es la primera vez que se enfrenta al texto y que el celebrante no mira antes de la celebración quienes participarán en ella, sobre todo en el ministerio de proclamación de la Palabra de Dios. ¿Lectoras... ya dejan? jeje pues que se actualicen las cosas y textos no está nada mal.Un abrazo.

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    1. NIP, no sea malo ni irónico por fa (jeje): sí, hay lectoras, y a mí no me desagrada mientras tengan recato (no como las lectoras de una boda, ¡Dios mío!).

      La entonación y las ganas son fundamentales. El mono-tono para toda lectura, independientemente del género literario del texto bíblico, duerme, hace la lectura pesada y se pierde el hilo y la fuerza que se le puede poner. A veces ponemos barreras al Espíritu Santo.

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  3. A mí no me gusta leer, ni me gusta dar la paz. Soy un bicho rarito. Reconozco que la persona que sale debe saber leer y entonar, (la lectura es música), para poder transmitir mejor la palabra de Dios. Debe sentir, como suyas, cada palabra del texto. Creo que el tema es bastante serio como así toda la liturgia, pero, desgraciadamente, hay mucho despropósito.

    Gracias, D. Javier. Muy feliz y santo día. DLB.

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    1. En lo sustancial, es evidente que coincidimos en que el lector sea apto para ese ministerio y sentir esas palabras divinas como suyas.

      Lo de la paz, ¡qué le vamos a hacer!, forma parte de todos los ritos de todas las familias litúrgicas. Cosa distinta es la desmesura y el jaleo en ese momento, carente de sobriedad (solo a los que están al lado). Pero la paz, el rito de la paz, es propio de todas las familias litúrgicas y en nuestro rito romano fue san Gregorio Magno el que lo trasladó al actual sitio.

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  4. Las leturas hay que prepararlas un tiempo antes de leerlas, como indica D. Javier, ya que si sabemos que mensaje estamos transmitiendo, podemos enfatizar, modular, enlentecer o incluso salmodiar determinado párrafos. Si en la misa, piden un lector voluntario y al ver que nadie se ofrece, te señalan.... terminas leyendo para no meter la pata más que leyendo para transmitir el mensaje.

    Un abrazo en el Señor :)

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    1. Totalmente de acuerdo. La improvisación siempre es mala. Para leer en público hay que estar muy acostumbrado y tranquilo, y aún así, mejor releer antes...

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  5. Muy instructivo el post.

    SOMOS LOS PERSONAJES PRINCIPALES DE SU OBRA -de La Biblia-"


    La Sagrada Escritura debe ser leída
    y proclamada como fue escrita:
    bajo la inspiración del Espíritu Santo

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    1. Gracias Juan Carlos por su comentario; bienvenido a esta comunidad, porque eso es lo que ya hemos formado en este blog: una comunidad católica virtual.

      ¡Leer con la luz, la fuerza, la unción del Espíritu santo! Sin teatralizar, ni enfatizar de manera llamativa, pero poniendo toda la carne en el asador para que el Espíritu obre en nosotros y por medio de nosotros.

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  6. A priori los puntos que nos dice D. Javier parecen de perogrullo , pero a la vista está que muchas veces no entiendes lo que leen , por la rapidez , por cambiar de sitio las pausas, por la falta de entonación etc , luego al llegar a casa, tienes que leerlo porque no te has enterado de nada.

    Confidencia para Capuchino : a mi leer me gusta ( dicen que lo hago bien ) pero lo de dar la paz ... me pasa como a tí

    Un abrazo a todos

    María M.

    P.D. ¡ Huy ¡ me ha salido un comentario de lo mas tiquismiquis , pero , D. Javier , no sufra pensando que un miembro de su parroquia virtual es de los que sale corriendo dando empujones para que otro no suba al ambón, que en mi Parroquia está todo organizado de antemano , no se improvisa nada ( ja , ja , ja)

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    1. María M.: ¡¡A que me pongo serio!! Le digo lo mismo que a Capuchino: la paz es un elemento de la celebración eucarística en todos los ritos litúrgicos. El rito romano lo tiene antes de la Fracción y no hay por qué rechazarlo. Debe ser sobrio, eso sí.

      Sí, un pelín tiquismiquis hoy, amiga. Odio los empujones de los lectores y las carreras para quitarle la ocasión a otro, me parece fuera de sitio y con deseo de protagonismo. Si me entero que lo hace alguien de esta comunidad, ay ay ay!!!!!!!!!

      Un beso

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  7. ¡Genial! don Javier, genial. Entrando en confidencias, María, Capuchino a mí me hacen leer y lo hago bien (la profesión ayuda), y aunque leer la Palabra de Dios en privado o público mueve todo mi ser, sí me disgusta "el ambiente" que suele originarse respecto al tema (quizá no en todos los templos). Me sorprende que se produzca ese ambiente cuando en las respuestas litúrgicas al sacerdote sólo se oye clara y nítidamente tu voz y, en su caso, un par de voces más, y de fondo un murmullo de voces ininteligibles. Ahora no se puede echar la culpa al latín.

    Don Javier, si algún día le sobra un poquito de tiempo ¿podrá explicar que no existe razón alguna para que bastantes católicos empujen en la fila que se forma para recibir la Sagrada Comunión?

    Saludos y oraciones de mis insectos ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Vamos allá, Madre de mis insectos lejanísimos y desconocidos:

      Participar en la Misa no es hacer cosas (cada uno una petición, llevar una ofrenda, una monición a todo...); participar es responder en Misa a los diálogos con el sacerdote y las aclamaciones. Es básico: ni gritar ni un murmullo; simplemente un tono de voz normal. A mí me deprime muchísimo cuando ni siquiera oigo a los fieles contestarme.

      Lo de los empujones en la Comunión -aunque nada que ver con la catequesis de hoy- es de vergüenza. ¿Es que se acaba el Señor? Luego está el super-mega-pijo-educado. Me explico; yo doy la comunión a los fieles:

      1) fiel de la derecha
      2) fiel de la izquierda
      1) fiel de la derecha
      2) fiel de la izquierda,
      derecha-izquierda, derecha-izquierda.... para que mientras uno está comulgando delante mía yo ya sigo con el siguiente...

      Y entonces viene el super-mega-pijo-educado que no quiere comulgar sino que 'cede su turno' a la otra persona y me rompe el ritmo!!!!!! Pero si no es ceder el asiento en un autobús a una persona mayor!!!!!!!

      Espero haberme explicado bien.

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    2. Perfectamente. No están lejanísimos los insectos aunque no participen; todavía les da vergüenza, cosas de la edad.

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    3. Pues si esos insectos no están lejos, me alegro. Forman parte de la comunidad y aquí tienen un 'amigo'. Lo de la vergüenza no me extraña, es lo propio.

      Besos para ellos (o un abrazo, según sean las edades, jejej)

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  8. pienso que no es lo mismo LEER que PROCLAMAR. y verdaderamente es un gran carisma..

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    1. Proclamar no es un verbo que aparezca como habitual en las Introducciones del Misal ni del Leccionario. Se suele emplear "leer" y en ese sentido lo he usado.

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  9. Lo de los tonos respecto al texto que se proclama me recuerda al gregoriano, donde lo que importa es la palabra. La "música" obedece al texto y a la importancia de algunas palabras. Así el "hodie" en Navidad, por ejemplo.
    Me ha gustado la frase "presta su voz a la revelación". Es la mejor manera de decir que no se trata de una cosa más de la celebración...

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    1. Lo de los tonos venía a cuento de los tonos -creo que fuiste tú en un post- en la liturgia: in tono prefationis, tono medio y secreto, que es en voz baja, como el Canon (en la forma extraordinaria). Además leí -¿¿dónde??- una explicación semejante en las iniciales de la Pasión: +, s, c, que no era Cristo, sinagoga y cronista sino que se refería al tono de voz.

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    2. Matizando: En gregoriano jamàs de los "jamases" se habla de tonos (es mucho anterior a los tonos), se habla de modos... los 8 modos (oktoecos). Como bien dices la musica esta al servicio de la palabra, pero esto significa que "debe haberla" porque si està al servicio es porque se hace presente, no porque se prescinde de ella. Por eso, si no se cantan las lecturas (que no es una locura) si se pueden cantar las aclamaciones finales. Y, por supuesto, cuando hablamos del Salmo responsorial... tiene sentido alguno NO cantarlo? el salmo SIEMPRE debe ser cantado, es la respuesta del pueblo de Dios que escucha a su creador y redentor y lo hace de la forma màs bella y solemne posible: con el canto (por lo menos la antifona, jeje). Un fuerte abrazo.

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    3. Óscar:

      vuelves con fuerza, arrasando, amigo mío!!!!!
      nadie ha usado explícitamente la expresión "tonos gregorianos" y ahí me curo en salud; porque, normalmente, es verdad que nunca hablo de "modos" sino de tonos gregorianos.... Pero esta vez no. Así que matizo tu matización matizante (juejej).

      La Palabra también tiene su parte cantada; en las solemnidades las aclamaciones (Palabra de Dios - Te alabamos Señor; Palabra del Señor - Gloria a ti...) y el diálogo inicial del Evangelio (El Señor esté con vosotros... Lectura del santo evangelio...) así como, en las principales solemnidades, la Palabra evangélica alcanza todo su realce cuando es cantada.

      La misma belleza y fuerza orante posee el salmo responsorial cuya naturaleza requiere el canto; leerlo es restarle capacidad de hacer vibrar las almas...

      Me alegro de tu vuelta al blog. Ya tengo con quién pelearme, eh?

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  10. Buenas tardes a todos; Padre Javier con su sarcasmo, me gustaría invitarle a las iglesias donde asisto a misa, sería de gran ayuda. De esto tengo historias a montones. Suelo escuchar por audio el evangelio del día mientras estoy preparándome para salir primero a la misa y luego al colegio, 5:30 am. Cuando llego a la iglesia, leo el evangelio y las lecturas correspondientes en mi banco, de tal manera que si me toca levantarme a leer, siempre lo hacemos 4 personas y nos vamos turnando, ya he meditado un poco en las lecturas. Claro esto en la misa diaria. En las misas dominicales, en una iglesia en particular me piden leer la Oración de los Fieles,pues nadie se atreve. Me gusta leer, y creo que lo hago bien pues me lo piden, y yo lo hago con todo el amor, pues siento que estoy sirviendo al Señor de esa manera.
    AHHHH! en cuanto a la vestimenta no hay problema, siempre estoy con el uniforme del colegio, salvo uno que otro nuevo miembro de la asamblea que se empeña en querer leer la insignia que llevo. Muchas veces me he preguntado, hasta donde los cambios de tono de voz, para no llegar a la exageración y casi dramatizar. Podría decirnos algo al respecto, Padre Javier.

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    1. Gracias por narrarnos su experiencia. Sí, el sarcasmo y la ironía me encantan... y más me río aún cuando el interlocutor ni se entera y me toma por tonto.

      Los cambios de tono y de voz son necesarios, sin exagerar. Suele ayudar a medir el tono la cercanía o distancia con el micrófono. Tono narrativo, cerca del micrófono que crea una sensación de cercanía; tono de exhortación paulina, por ejemplo, un poco más retirado del micrófono y voz un poco más fuerte; mayor distancia del micrófono (para no aturdir) y mayor voz para personajes principales en una narración, para lecturas proféticas solemnes (¡Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios...!) y para la voz de Jesús en el Evangelio.

      Es fácil saber cuando se exagera. Narre ahora mismo el cuento de Caperucita y verá cómo le sale el tono exagerado, propio de una narración infantil que capta la atención de los niños. Pues un poco menos para la liturgia. Más o menos.

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  11. Bueno... Me habéis dejado agotado de tanto responder.

    Pero es un buen síntoma que haya tantos comentarios, preguntas y experiencias. Estoy convencido, cada vez más, de la validez de un blog como método de formación de adultos y catequesis. Gracias. Se va generando una comunidad católica.

    No debemos ni decaer ni cansarnos ni estancarnos. Animemos a otros para que se integren y no nos olvidemos del compromiso: rezar cada día unos por otros.

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  12. Padre Javier , muchísimas gracias por sus aportes.Los tendre en cuenta.
    Me encanta leer o mas bien proclamar la palabra , algunas veces tengo la oportunidad de prepararme otras no ,pero siempre hago oración y le pido al espíritu Santo que sea El ,el que hable a travez mio, que su mensaje llegue a los corazones de los que me escuchan soy convencida de que soy su instrumento. No me gusta el protagonismo ,lo hago con mucho amor.

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    1. Leer en la asamblea litúrgica es siempre servicio/ministerio. Si se introdujera un espíritu de orgullo o protagonismo, estaríamos viciando lo más santo. Sí, un gran amor, mucho amor-caritas, debe movernos para servir a los demás mediante un servicio litúrgico.

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  13. Por sus sugerencias gracias!!
    Estoy esperando las partes que siguen.
    Gracias!!

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    1. Creo recordar que son dos o tres catequesis, programadas una al mes...

      Saludos

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