Vivir cristianamente sólo se puede si se está enamorado. ¿De qué? Más que de una acción o actividad, sería enamorado de una Persona. ¿De quién? ¡Enamorados de Jesucristo!
"Sólo si estamos enamorados del Señor, seremos capaces de llevar a los hombres a Dios y abrirles a Su amor misericordioso, y abrir así el mundo a la misericordia de Dios" (Benedicto XVI, Audiencia general, 18-agosto-2010).
Me parece sublime.
¿Cuántas veces no habrá que repetirlo?
La vida cristiana sólo se comprende si hay una relación de amor muy personal, íntimo y cercano con Jesucristo. No nos consagramos a una tarea; tampoco un apostolado o una actividad caritativa es nuestra razón de ser. No somos filántropos que aman al mundo y aman al hombre, considerado en abstracto.
Lo nuestro es algo más: ¡Jesucristo!
Lo nuestro es vivir un Amor mayor, el que Él nos entrega amándonos primero, y que suscita nuestra respuesta personal y única, que nadie puede dar por nosotros ni en nuestro lugar.
El secreto de la vida cristiana es estar enamorados del Señor.
La vitalidad de la existencia creyente es vivir llenos de un amor absoluto por Jesucristo.
La fecundidad de lo que somos y vivimos se cifra en sentir verdadera pasión por Cristo.
¡Que Él lo sea todo!
Y lo demás, vendrá por añadidura (la vida moral, el compromiso, el apostolado, la ascesis, la mortificación, la santidad...)
Enamorados, así y tal cual. Ahora bien... ¿nos notarán que estamos enamorados de Cristo, verán con meridiana claridad que rebosamos amor por Cristo? ¡Pues eso es lo que evangeliza!
Asi es...a mi me sedujo un Dia....y me robó el corazón...ya no sé vivir sin él y solo deseo estar dentro de El....porque todo en mi creo que me lo regala cada dia y me quita tooodos mis miedos...me ama con todo lo que soy...se puede pedir mas?un abrazo en la Paz.
ResponderEliminardefinitivamente, el Señor es un gran seductor.
EliminarBuenos días don Javier. Es al enamorarnos cuando comprendemos, tras el encuentro personal con Él, activamos y vivimos la fe -que llamos verdadera frente a la recibida por obra de nuestros padrinos- abandonando los sacrificios de la ley y abrazando la misericordia. La Misa va formando nuestra vida y en esta Comunidad bloguera voy descubriendo también la riqueza de cada parte y oraciones que va tranformando cada momento del día en santa Misa rezando juntos por nosotros y por el resto de toda la Iglesia.Todo es mucho más sencillo cuando Él lo es todo en todos.Un abrazo.
ResponderEliminarCristo, omnia in omnibus, todo en todos: sí así es todo más sencillo. La Misa es, sin duda, encuentro con Cristo, que transforma. Una Misa bien vivida santifica la vida y la va haciendo más cristiforme.
EliminarCuentan que, cuando se viajaba en tren con asientos de madera, un sacerdote se acercó a la ventanilla de venta de billetes: Dos billetes para Cercedilla. ¿Dos? le preguntó sorprendido el empleado de Renfe que sabía que viajaba solo semanalmente a Cercedilla. Perdone, un billete, Quien me acompaña no ocupa asiento, contestó sonriendo el sacerdote. Es la Presencia real, viva.
ResponderEliminarEl Cardenal Giovanni Coppa recuerda un episodio que lo sorprendió del papa Juan Pablo II en uno de sus viajes al verle de rodillas, cuando ya comenzaba a usar un bastón a causa de su alicaída salud, cantando solo ante el Sagrario; su canto "era como un coloquio de amor con Cristo”. Él era un enamorado de Cristo, y como tal quiso comunicar su Amor a todo el mundo.
Amor es lo que te hace estar pendiente del Otro. No es lo mismo estar enamorado que estar emocionado, aunque la emoción puede estar o no presente en el Amor. Nuestra alma, algunos dirían psicología, es el depósito de nuestras emociones, nuestro espíritu es el depósito de nuestra capacidad de enamorarnos. Nuestra sociedad tiene una dificultad para enamorarse: la atracción intensa por el bienestar humano, como si la dicha y la felicidad estuvieran en ello. Todos, por acción u omisión, somos responsables de ello.
Me gusta el matiz y la apreciación, señora letrada.
EliminarDistinto es la emoción del amor, de estar enamorado. Hoy que todo se basa en las sensaciones y en el sentimiento efusivo, de tipo pulsional, el amor hay que redescubrirlo: es luz, no es ciego, es inteligencia porque ve más allá de lo que otros ven. Por amor Cristo ve en nosotros más de lo que ven los demás, y con ese amor nosotros en Cristo descubrimos lo mejor, lo más santo y verdadero, donde otros solamente verán a un filósofo, a un moralista, a un 'revolucionario' o a un hombre bueno.
(Saludos siempre a sus 'insectos': no me olvido de ellos)
Quien ama a Dios con todo el alma, ser y mente, es un enamorado. Lo que sucede es que a veces pensamos en el enamoramiento desde el punto de vista puramente humano y no suena extraño eso de enamorarse de Dios.
ResponderEliminarPara entender mejor este enamoramiento, me gusta mirar a los santos y a través de ellos, hacerme una idea de por donde van los tiros
Creo que el testimonio de San Pedro es el que más siento cercano a mi. Las tristeza de San Pedro cuando niega tres veces al señor y su sentida queja cuando Cristo le pregunta si lo ama y el, en total sinceridad. solo se atreve a decirle que lo quiere. Hasta San Pedro no termina de llegar al ideal de amor que intuye que merece Dios.
Un abrazo en el Señor a todos. Seguimos unidos en la oración. :)
Es impresionante y eficaz repetir mil veces al día: "Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero", así como aquella afirmación de San Bernardo en sus sermones in Cantica: "te amo cuanto puedo".
Eliminar¡Enamorarse de Diso!: apasionadamente, locamente; entregarle los afectos, la memoria, la inteligencia y la voluntad.
Lo quiero y lo deseo. Pero quiero sus gotas de amor y de gracia para estar muy pendiente de Él y no fallarle, no equivocarme.
ResponderEliminarUn muy feliz día para todos. DLB.
Y nosotros con vd., también queremos y deseamos esa Gracia, la de vivir enamorados de Cristo.
Eliminar¡Qué triste debe ser que haya católicos, sacerdotes, consagrados, etc., que no vivan así enamorados! ¡Qué pesado se les hará todo!
Una entrada preciosa.
ResponderEliminarYo personalmente creo que una está enamorado cuando su vida pierde el sentido sin el Otro, cuando tu vida es el Otro.
Hoy he tenido un sueño extraño. Conocía personalmente a Jesús, era guapísimo y me enamoraba de Él, quería estar con Él, lo amaba. Le decía que no podía vivir si Él no estaba a mi lado y Él me pedía que lo acompañara, que me fuera con Él. Yo le dije que no podía, que tenía que acabar la carrera, no podía dejar a mi familia, la parroquia...¿ Qué pasaría si fuese verdad?
Gracias D. Javier por esta entrada.
Carolina:
EliminarCuando el Señor llama, es tan claro y tan irresistible, que realmente se deja todo y se sigue con un brillo en los ojos y una serenidad alegre en el rostro que nada nos lo podría dar así.
¡Adelante! También el Señor, como a Jacob, a san José, etc., les habló en sueños......
No creo que sea comparable a ellos¡¡ Un beso
EliminarCarolina: No se trata de que seas comparable o no, sino que Dios se revela así a quien quiere... ¿Por qué no a ti?
EliminarUn beso
Así fueron mis retornos al Señor, con Amor y por Amor. El de Él primero y luego el mío. Lo difícil es ver y no pensar que sólo fue un sueño, en el período de pruebas.
ResponderEliminarUn post muy bonito.
Un abrazo.
Paloma.
Los dones y las llamadas de Dios son irrevocables (Rm 8). No fue un sueño, algo irreal, sino certero y concreto.
EliminarAhora toca conocerle, amarle y seguirle.