domingo, 14 de mayo de 2023

La Gloria de Dios


El concepto gloria es empleado muchas veces como sinónimo de poder de Dios, como la fuerza salvadora de Dios que se manifiesta en la historia, interviniendo en bien de su pueblo elegido, librándolo de la esclavitud del Faraón, devolviendo a su patria a los deportados de Babilonia. 



Pero un poder (gloria de Dios) entendido siempre como amor entrañable:

Oh Dios que manifiestas especialmente tu poder en el perdón y la misericordia[1]

Gloria es, asimismo, la majestad de Dios. Cuando se quiere expresar cómo Dios es Altísimo, el Señor, se emplea el término gloria, revelando así su majestad; Dios es el único Señor, el rey de la gloria, y cantarán los salmos: "viene el Señor, vestido de majestad, ceñido de poder" (Sal 92,1). Una majestad que es única, puesto que es atributo divino[2], exclusivo del Señor. Nos remitimos a la exégesis del texto profético: la majestad de Dios que vuelve a la ciudad santa desde el oriente.

 
La santidad de Dios es también expresada con el término gloria; santidad que se traduce por misericordia, lealtad y fidelidad de Dios a su pueblo y a la alianza que Él realizó porque es eterna su misericordia. Una santidad expresada por la gloria para indicarnos las entrañas de madre que Dios tiene.

Dios es el Padre Santo que revela su gloria en la cruz y resurrección de su propio Hijo... La gloria de Dios llena toda la tierra porque Jesús exaltado "lo atrae todo hacia sí". Así pues, la santidad de Dios está íntimamente unida con su inmenso amor tal como se revela en el amor de Jesús que da su vida propia[3].

La presencia de Dios, que el pueblo ha experimentado en su historia, su cercanía, es expuesta con el teologúmeno gloria. Contemplar la gloria de Dios es estar en presencia de Dios, un Dios consolador, misericordioso. 

Más aún, la gloria, revelando la presencia de Dios, es sinónimo de Dios mismo, y nadie puede contemplar (en el AT) la gloria de Dios porque es ver a Dios cara a cara y "ningún mortal puede ver mi rostro y quedar con vida".

Éstos son los significados que el AT atribuye al concepto gloria referido a Dios; son un vehículo magnífico para expresar luego la presencia y el ser de Jesucristo.




    [1] OC XXVI Domingo del Tiempo Ordinario.
    [2] "La gloria es un bien que Dios posee, una perfección divina amplia y variamente manifestada a lo largo de la historia de la revelación. Concentra gran riqueza de aspectos y matices: la luz, el esplendor, la majestad, la grandeza, el poder, la riqueza, el reino divinos" en FIERRO, A. op. cit., pág. 91.
    [3] Santidad en NDTB, pág. 1784.

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