52. Hay
que acostumbrarse a pensar que la Cruz y la Noche oscura es para
algunos un estado quasi permanente, que dura mucho, y que es común
heredad. Sálvanos, Dios nuestro.
53. Dichoso
el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Sí, dichosos nosotros
si en él hemos confiado. Dichosos nosotros que hemos esperado en Él y
no nos ha defraudado, porque Él es Fiel.
Aunque estos argumentos a algunos le vengan
grande, por considerarse muy "modernos", muy "pastoralessss", la Verdad
es la que es. Sólo la Belleza seduce. Y la Liturgia es epifanía de la
Belleza de Cristo.
55. Necesito
esperanza y ofrecer esperanza, la verdadera. Dios convierte el desierto
en vergel... y nosotros hemos de ver el vergel (una simple palmera) que
es anticipo de la transformación del desierto secular. Es de nuevo la naturaleza al servicio de la redención, recobrando su originalidad salvífica y significativa.
56. "Dios
todopoderoso, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros
corazones el espíritu filial..." Dios nos ha adoptado como hijos y nos
lo ha dado todo. Él aumente ese espíritu filial para que vivamos como
hijos suyos, santos en el mundo.
58. "Estad
en vela", "estad preparados", es la consigna que nos entrega el Señor
para iniciar cada año un Adviento que despierte la conciencia aletargada con
la clara convicción de que el Señor viene, no sabemos cuándo, en gloria
y majestad.
¡Viene! Vivamos ya santamente, como a la luz del día, sin nada que ocultar ni esconder (los pecados a oscuras, escondidos siempre).
¡Viene!, y en la liturgia decimos: "Ven, Señor Jesús", "mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo", "venga a nosotros tu reino", "mientras esperamos su venida gloriosa..."
Ven. Ven, te necesitamos, te deseamos, te queremos, te amamos.
Sálvanos, cúranos, redímenos. Ven, Señor Jesús.
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