Hace ya algunos años, en este blog, hicimos un recorrido lo más completo posible sobre el fundamental y clave episodio de la zarza ardiente, Dios revelándose a Moisés.
Ahora vamos a entrar, poco a poco, en un tema bíblico semejante e igualmente bello: la nube, la nube en las Escrituras.
Al
escoger este tema, aparentemente insignificante, lo hacemos movidos por la
importancia que revela en el libro del Éxodo y por las referencias que a este
libro nos encontramos implícita y explícitamente en el N.T. La nube esconde una
teología muy profunda, que, a primera vista, es difícil de captar. Nos hemos
centrado en un texto del éxodo, (40,34-38), y, a partir de ahí, hemos ido
desarrollando textos paralelos y funciones o lecturas teológicas que tiene la
nube, basándonos, sobre todo, en los textos pertenecientes a la escuela
sacerdotal. Desembocaremos, finalmente, en dos textos claves del N.T. donde
aparece la nube, a saber, la
Anunciación del Señor y la Transfiguración de
Jesús.
Terminaremos
con una reflexión teológica sobre el tema de la nube, desde la exégesis y la Tradición de la Iglesia que tanto usó del
tema de la nube como prefiguración y tipo del Espíritu, del mismo Cristo Jesús,
del Bautismo...
No podemos abarcar todos los significados
que la nube encierra pero al menos hemos realizado una aproximación que puede
ser clarificadora para entender la presencia de Dios y su gloria en medio de su
Pueblo, partiendo del libro del Éxodo. Tema que se puede continuar desde otra
óptica, como, v.gr., los profetas, que sólo los mencionaremos en relación al
pasaje elegido y no como un cuerpo propio.
Nos
hemos basado, preferentemente, en los escritos de la escuela sacerdotal dentro
de la Escritura. Por
eso creemos que es conveniente un breve acercamiento a la teología y
características literarias de esta escuela sacerdotal, ya que va a ser esta
escuela la que use muy frecuentemente el tema de la nube en sus escritos. Antes
de analizar un pasaje concreto veremos el contexto en que aquél está situado
para hacer una exégesis lo más correcta posible, ya que el contexto tiene mucho
que decir del significado de una perícopa que nunca está aislada, sino en
relación con las ideas de un contexto. Especialmente, los contextos que vamos a
encontrar en la escuela sacerdotal tienen unas características muy definidas.
El
documento sacerdotal (: P) está realizado en la época del destierro y quieren
recordar la gloria del Señor en Jerusalén que todos los desterrados volverán a
ver algún día. Recordemos que el padre de esta escuela sacerdotal es Ezequiel
que, situado en el exilio, anima a los israelitas: el Señor no los abandonará.
El sacerdotal escribe desde el exilio, durante, aproximadamente, el siglo VI,
en los ambientes sacerdotales de Jerusalén, muy marcados por esta situación[1]. P se reduce sobre todo al
ámbito sacro, el templo, la presencia gloriosa del Señor, leyes rituales...
Como
características de P, sobriedad en el estilo, un Dios que no se mantiene
cercano al hombre, como el yahvista, sino un Dios que es Majestad, Gloria y
Poder que se manifiesta y se hace presente en medio de su pueblo, ya que es un
punto fundamental para la teología de P, que acuña un término teológico nuevo
para expresar esta realidad: la gloria de Yahvé. Con él expresará Ezequiel y su
círculo sacerdotal todas las manifestaciones o presencias del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario