miércoles, 2 de enero de 2013

Distribucción del leccionario en Navidad

Si cada año recordamos, en cada tiempo litúrgico, los criterios de selección de las lecturas, su relación entre sí, etc., iremos avanzando en el conocimiento de Cristo y las lecturas de la Palabra de Dios en la celebración eucarística será más plena y provechosa.

No es arbitraria, no es caprichosa dicha selección. Revela un orden interno, destaca algunos aspectos del Misterio.


En la vigilia y en las tres misas de Navidad, las lecturas, tanto las proféticas como las demás, se han tomado de la tradición romana. Las profecías hablan de la salvación y del Mesías; las lecturas de la Aparición o plena Revelación; los Evangelios del Nacimiento o de la Palabra hecha carne... mientras que el salmo aclama: "la victoria de nuestro Dios", "Hoy nos ha nacido un Salvador..."

El domingo dentro de la Octava de Navidad, fiesta de la Sagrada Familia, el Evangelio es de la infancia de Jesús, las demás lecturas hablan de las virtudes de la vida doméstica. Litúrgicamente, es pobre, y parece querer subrayar más la dimensión moral y social de la familia, catequizando desde la liturgia o aprovechando la liturgia para catequizar.




 
En la Octava de Navidad y solemnidad de Santa María, Madre de Dios, las lecturas tratan de la Virgen, Madre de Dios, y de la imposición del Santísimo Nombre de Jesús.

El segundo domingo después de Navidad, las lecturas tratan del misterio de la Encarnación.

En la Epifanía del Señor, la lectura del Antiguo Testamento y el Evangelio conservan la tradición romana; en la lectura apostólica se lee un texto relativo a la vocación de los paganos a la salvación.

En la fiesta del Bautismo del Señor, los textos se refieren a este misterio.

El leccionario ferial, es decir, las lecturas para la Misa diaria (eso es una feria), es abundante en su teología.

Desde el día 29 de diciembre, se hace una lectura continua de toda la primera carta de san Juan, que ya se empezó a leer el día 27 de diciembre, fiesta del mismo san Juan, y en el día siguiente, fiesta de los Santos Inocentes.

¿Por qué en la Misa diaria la Primera carta de san Juan?
 
Porque es una contemplación de la Palabra que se ha hecho carne, a quien hemos podido ver, oír y tocar y que se ha convertido en luz, vida, amor para los hombres, transformándonos y haciéndonos hijos de Dios.

Los Evangelios se refieren a las manifestaciones del Señor.
 
En efecto, se leen los acontecimientos de la infancia de Jesús, tomados del Evangelio de san Lucas (días 29 y 30 de diciembre), el primer capítulo del Evangelio de san Juan (31 de diciembre al 5 de enero), y las principales manifestaciones del Señor, tomadas de los cuatro Evangelios (7 al 12 de enero).

Por tanto, los Evangelios que se proclaman tienden a llevarnos al reconocimiento de la divinidad de Jesucristo que se esconde tras los velos de la carne de Jesús. Este reconocimiento se produce en su infancia (Simeón, Ana, etc.) como en su madurez en los relatos de manifestación: Andrés y Juan con el primer encuentro, la multiplicación de panes y peces, etc...




 (Cf. Ordenación del Leccionario de la Misa, ns. 95-96).

2 comentarios:

  1. Ciertamente, la Santa Misa diaria en este tiempo de Navidad nos lleva con el evangelista san Juan a la contemplación.

    ¡Qué el Niño Jesús les bendiga!

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  2. Me gustan acudir a las Iglesias en las que hay homilía cada día y en las que el sacerdote, con cierta frecuencia, hilvana el Evangelio del día anterior, o días anteriores con algún comentario de lo provenir de el día o los días siguientes.
    Hay Iglesias en las que no se dice homilía nada más que los domingos y vísperas.
    La plática diaria en la Santa Misa, me ayuda a comprender mucho mejor la coherencia de la distribución del leccionario en Navidad y en cualquier tiempo litúrgico. Soy cortito y necesito que me expliquen las cosas. Es más, creo que la formación del creyente puede hacerse también desde los púlpitos cada día.
    Muchas gracias, Padre por enseñarme con lo que escribe. Abrazos.

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