domingo, 24 de enero de 2010

El misterio de Jesucristo, Dios y hombre


La belleza de los textos litúrgicos favorecen la elevación del alma a Dios al mismo tiempo que profesan la fe ortodoxa. Orándolos y escuchándolos en la celebración litúrgica, vamos asimilando año tras año el dogma, la fe profesada, pero en modo orante. ¡Con razón la liturgia es la theologa prima, la teología primera, que no podemos desperdiciar por falta de atención o distracción, sino orar, escuchar, conocer, contemplar.

¿Quién es Jesucristo? ¿Cómo se articula su divinidad y su humanidad? ¿Por qué había de ser hombre el Redentor y al mismo tiempo ser Dios mismo quien redimiera?

"Es justo, Dios todopoderoso,
es nuestro deber darte gracias
por Jesucristo,
tu Hijo, nuestro Señor,

que se hizo hombre
para anular el pecado del hombre,

permaneciendo inmutable en la divinidad del Padre.


El, el último Adán, con su Espíritu llenó de vida

a los que el primer Adán había abandonado a la muerte
por la condena del pecado.

Por su obediencia
reconcilió con el Padre y Dios eterno
a los que la transgresión del padre terreno había arrebatado
a un destino de bienaventuranza.

Con el remedio singular de su Encarnación

y con la sangre derramada de su Pasión y Muerte,
restauró en nosotros la condición en que fuimos creados,

de la que nos habían expulsado la debilidad y la corrupción.


Hizo todo esto
humillándose en su humanidad
sin perder ni un solo momento la potencia que le pertenece a Él como al Padre.
Se hizo hombre, por lo tanto,
para salvar a los hombres
sin apartarse jamás de la naturaleza del Padre.
Permanecía en la naturaleza divina
mientras, por su gracia,
reconciliaba a los hombres.

Se hizo como nosotros
sin dejar de ser igual al Padre en gloria y en poder.
Y de ese modo socorrió a los hombres

asumiendo la humanidad
sin renunciar a la divinidad que naturalmente posee".

(Illatio Dom. VI de quotidiano, Rito Hispano-Mozárabe).

2 comentarios:

  1. Hermoso y profundo texto mozárabe. Es una delicia entrar en la Liturgia, disfrutarla y vivirla. Gracias :)

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  2. Desconocía el texto, me ha encantando. LLeno de honda viviencia espiritual sobre la persona de Nuestro Salvador.

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