viernes, 9 de diciembre de 2022

Vivencia cristiana de la enfermedad (III)

La mirada profundamente humana que nos debe caracterizar debe saber ver los sufrimientos íntimos, más profundos, a veces más lacerantes, de los enfermos. La enfermedad y el dolor, además de físicos, dejan una huella de sufrimiento interior, de interrogantes, de búsquedas, de miedos, de oscuridad en el alma, que pueden pasar inadvertidos preocupados únicamente por la situación física del paciente.


Pero como no sólo somos cuerpo, el alma también enferma y sufre la enfermedad. Ese sufrimiento hondo y silencioso necesita ser iluminado y acompañado; ese sufrimiento merece que se le preste atención y que nuestra presencia cristiana al visitar a los enfermos -o la pastoral de enfermos- llegue a abordar ese núcleo que es fundamental.

"Con frecuencia para los justos el solo tolerar exteriormente las adversidades es ya ejercicio de virtud. Pero para que el combate de una prueba completa perfeccione sus fuerzas, los tormentos les golpean por fuera, mientras las tentaciones les castigan por dentro... Mientras soporta exteriormente los golpes, en su interior sufre lo que es aún más grave, las tentaciones del adversario. Entre tanto, la fuerza del dolor se mitiga considerando la equidad y la potencia del que hiere" (S. Gregorio Magno, Moralia in Iob, IX, 22, 34).


El dolor físico, gracias a Dios, muchas veces se puede controlar y mitigar con la medicación prescrita, pero el dolor del alma, ¿cómo? Sólo iluminando la enfermedad con la mirada sobrenatural para disipar así los dolores espirituales, ofrecerlos y vencer las tentaciones insidiosas que vuelven una y otra vez.

Si bien el enfermo ha de orar constantemente, según sus fuerzas y su posibilidad, aunque sólo sea musitar una jaculatoria, la Iglesia ora por sus enfermos, ya que junto a la postración y la debilidad física, muchas preguntas se le presentan al enfermo, muchas tentaciones quieren derribarlo. 

Cristo crucificado en su misterio pascual es la respuesta a todo y su Espíritu Santo será la medicina para suavizar el alma en la lucha.


No hay comentarios:

Publicar un comentario