Ampliamente practicado, es el método monástico de la Lectio divina.
Este método es el que
practica la Iglesia
en su Liturgia de las Horas; un método clásico en la espiritualidad para
meditar y saborear la Palabra
de Dios. Es recomendable para cualquiera, puesto que, no por ser simple, es
menos fructífero.
Toma un pasaje amplio de la
Escritura. A continuación, relájate, toma una postura cómoda,
que no te tengas que mover a cada momento; apaga tus recuerdos, tus problemas,
deja la imaginación tranquila. A continuación, invoca al Espíritu Santo.
6.2.1. Lectio (: lectura)
Lee el texto varias
veces, despacio. Luego repite mentalmente los versículos que más te atraigan.
Imagínate la situación en que se dio este pasaje si, p.e., es una aparición del
Señor, una cena, un discurso de Jesús en el monte...
6.2.2.
Meditatio (: meditación)
Piensa qué dice el texto, qué te sugiere. Ve
meditando el texto. Medita p.e. qué es el cordero, quién es el cordero, o qué
es la cruz... o cualquier cosa que venga en el pasaje. Así un buen rato.
6.2.3. Oratio (: oración)
Termina orando al Señor.
Dándole gracias por su entrega, o por lo que has meditado en el texto... Pide
que tú seas capaz de vivir lo que has meditado para ser imagen viva de Cristo.
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