miércoles, 15 de febrero de 2012

La Santa Unción de enfermos (y II)

Ya vimos la liturgia de este Sacramento en la anterior catequesis (I) cuando se celebra con un enfermo. Interesaba destacar cómo todo Sacramento es una liturgia, una celebración, con oración, lecturas, ritos y preces, y empobrece la vida litúrgica y, por tanto, espiritual, reducirlos a la mínima expresión, al gesto imprescindible y la fórmula sacramental. Es decir, no es simplemente acercarse al enfermo, ungirlo pronunciando la fórmula "Por esta santa Unción y su bondandosa...", lo mismo que el sacramento de la Penitencia, siguiendo su ritual, no es simplemente acusación del penitente, palabras del sacerdote y fórmula de la absolución, lo mínimo, sino que tiene un saludo ritual del sacerdote al penitente, hay una breve o amplia oración de contrición antes de la absolución, y al final, también hay una fórmula de despedida (de entre varias que se pueden escoger).

La liturgia sacramental de la Unción de enfermos, recordemos, tenía sus ritos iniciales, Liturgia de la Palabra, Liturgia sacramental (oración-letanía, imposición de manos en silencio, acción de gracias sobre el óleo, Unción, oración por el enfermo) y ritos finales.

También el sacramento de la Unción se puede celebrar 'comunitariamente', es decir, para varios enfermos dentro de la Misa. Esta opción, que demuestra la delicadeza de una comunidad cristiana con sus hijos enfermos, se ha extendido en muchas parroquias en el tiempo de Pascua. Sirve, además, para ser una catequesis plástica y concreta sobre la Santa Unción y el sentido redentor de la enfermedad para todos los fieles.

Se desarrollaría de la siguiente forma a tenor del Ritual:

Tras la homilía, el sacerdote impone, en silencio, las manos a los enfermos que van a recibir el sacramento. 

Luego se hace la acción de gracias sobre el óleo (o se bendice, si fuere necesario). 

Entonces se unge a cada enfermo. 

Tras las unciones, la letanía o la oración universal, aunque sería preferible la letanía del Ritual con la oración conclusiva sobre los enfermos.

Y la Misa sigue como de costumbre. Los enfermos pueden recibir la comunión con las dos especies.

Pastoralmente se corre un riesgo, por no decir que se ha caído ya en un peligro: trivializar el Sacramento, de manera que parece que la Unción es un sacramento que todos, absolutamente todos los que ya hayan cumplido los 65 años deben recibirlo "por si acaso". El discernimiento sobre el "sujeto" del sacramento se omite y se pone el mero límite de la edad. No sería arriesgado afirmar que en muchos el Sacramento ha sido nulo, inválido, porque el sujeto no era apto para recibir el sacramento: ni estaba enfermo ni sufría graves inconvenientes y achaques por una avanzada ancianidad. Sumemos además que el Sacramento se reitera, es decir, se vuelve a celebrar sólo si ya hay una recaída grave y se ve un peligro real.

Sobre el sujeto y la reiteración de la Unción, prescribe el Ritual:


“Esta santa Unción debe ser conferida con todo cuidado y diligencia a los fieles que, por enfermedad o avanzada edad, vean en grave peligro su vida…

Esta sacramento puede celebrarse de nuevo en el caso de que el enfermo, tras haberlo recibido, llegara a convalecer; puede también repetirse si, en el curso de la misma enfermedad, la situación llegara a ser crítica” (RU 8-9).


Hay que revisar la práctica pastoral de este Sacramento. Ni es Extremaunción (en el momento en que el moribundo está inconsciente), ni es un sacramento para "personas mayores" o "sacramento de la tercera edad", sino para situaciones de enfermedad grave, operación quirúrgica con riesgo para la vida y ancianos de avanzada edad que sufren serias limitaciones y achaques.

Para los ancianos o personas mayores, o para los enfermos que están estables y ya han recibido en su momento la Unción, habría que celebrar mejor un sacramental: la Bendición de los enfermos, como ya un día presentamos aquí, en dos catequesis distintas (una "Bendición de los enfermos" y otra "Ritos con los enfermos").

Recuerdo que un tríptico sobre la Unción, para fotocopiar, difundir, emplear en equipos de pastoral de enfermos, etc., lo adjuntamos en la anterior catequesis; también lo podéis imprimir o descargar aquí.

12 comentarios:

  1. Que me gusta la explicación. Quiero hoy especialmente participar con mi comentario testimonio. Lo que me conoceis un poco de los blogs, ya sabeis que estoy a tratamiento siquiatrico. Sufro depresión congenita desde hace años y tengo mis epocas buenas y mala de lucha con dicha enfermedad.
    Hace dos años estaba muy mal y fui a la Pascua de enfermo, donde recibi el Santo Crisma.Y quiero compartir con vosotros mi gratitud a Dios por lo la experiencia que vivi esa tarde. Llevaba meses muy mal y la medicación no me hacia nada, el medico la cambiaba y nada. Acudi a Dios más desesperada que nunca, necesitaba realmente que me curase y justo antes de recibirlo, cuando el sacerdote me imponia las manos senti que Dios con ese lenguaje que conocemos me decia: Se acabo el tiempo ahora de que el mal tenga poder sobre ti. Y esto que cuento es veridico y cierto, sali de mi parroquia curada, y durante dias no tuve ningún sintoma de mi enfermedad, ni sentí tentación alguna. Vivi unos dias en un estado digo yo que de gracia o algo asi que solo de recordar lo bien que me sentia, hoy que ando luchando contra mi enfermedad me alienta a no tener miedo y tener esperanza de que todo es pasajero dentro de la voluntad de Dios. Esa experiencia junto a otras muy puntuales que he tenido en mi vida son las que me alientan y me animan a querer seguir luchando por ser merecedora del amor de Dios. Yo quisiera tener palabras para expresar lo que mi cuerpo literalmente sintió entonces, pero no las encuentro. Solo puedo decir que cuando yo senti eso en mi, estuve completamente segura de que Jesucristo tuvo y tiene poder para resucitar a los muertos.
    Por eso yo invito a todo el que tenga una grave enfermedad o este en la edad o los requisitos para recibir este Sacramento que lo solicite a la Iglesia. Porque si es la voluntad de Dios que tú te cures, ya estas perdiendo el tiempo.
    Tambien está lo que gente con la cual he compartido la experiencia me dicen. Que entonces porque estoy ahora otra vez mala. Y yo claro está no entiendo aún el motivo por el cual Dios permite mis recaidas. Pero digo lo que siento yy lo que siento ahora es que en el momento que yo necesite y pedi, Dios tuvo la voluntad de darme su Gracia y por ella sigo luchando, confiada en que eso que senti es lo que Dios quiere para mi. En ese aspecto me siento la persona más amada y privilegiada del mundo y hasta puedo dar gracias a Dios de sentir varias enfermedades que no son frecuentes a mi edad. Porque ellas me a son como unas muletas que me llevan al amoe de Dios.
    Feliz dia a todos en el Señor.
    Un abrazo Javier, la Paz.

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    1. Agradezco -agradecemos todos- su testimonio.

      Este sacramento de la Unción consuela y conforta el alma y esto se refleja incluso en la salud corporal y psíquica.

      Como el Santo Crisma nos ungió en el Bautismo y la Confirmación, este aceite, el Óleo de los Enfermos, confiere el Espíritu Santo como una Gracia especialísima para la enfermedad.

      Ánimo y adelante!!!

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  2. Yo como Mento, también experimenté una mejoría en una de esas unciones de enfermos que dan a todo el mundo. ¡Bendito sea Dios!, que lo permitió. Porque según otros sacerdotes yo no estaba grave para recibirlo. Yo pienso ¿y ellos que sabían?. Me conocían, pero el ojo clínico les falló. Sin embargo, mejoré mucho tras esa unción de enfermos que a mí por ser joven enferma, también me dieron sin problema y en otros sitios no me darían. Inicié una mejoría con recaídas leves de un año. Actualmente se perdieron las mejorías y volvieron todas las recaídas fuertes.
    Volveré a una de esas Pascuas del enfermo en donde se lo dan a todo el mundo, porque a mí también me lo dan; igual que voy a misas de sanación cuando me lo permite el cuerpo; igual que comulgo sabiendo bien lo que digo: "Yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme".
    Un saludo. Muy interesante los últimos post.
    Paloma.

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    1. Paloma, a riesgo de parecer duro o desagradable, he de puntualizar algunas cosas, sin que eso reste nada de afecto a mis hermanos en el blog.

      Cuando se celebra 'comunitariamente' hay un criterio elemental: que el párroco o los sacerdotes lo anuncien con tiempo, sepan qué enfermos y qué ancianos lo deben recibir y quieren recibirlo, hacer un discernimiento sobre la situación de cada 'candidato'. Hacerlo de otra forma, acercándose quien quiera, es temerario, poco pastoral, irreverente.

      Más grave aún esa insistencia por parte de sacerdotes en que todos los años lo reciban todas las personas que quieran, incluso los sanos, "por si acaso" ese año enferman para que así "vayan preparados". ¡¡Es desvirtuar este sacramento!! Basta leer el sentido que tiene en Sant 5,13ss, viendo a un enfermo postrado que llama a los presbíteros de la Iglesia porque ya no puede acudir por la enfermedad, y oran sobre él, sobre el enfermo, inclinándose por estar acostado en el lecho.

      Santo Tomás y algunos autores hablan incluso de que este Sacramento de la Unción imprimía quasi-carácter, de manera que se recibe en un momento importante y grave y se reitera, como dice el Ritual ya citado, si "la situación llegara a ser crítica".

      Diferente sería, para enfermos con una enfermedad crónica y larga, duradera, que si ya recibió una vez el Sacramento de la Unción, cada año se celebre el oficio de la Bendición de los enfermos, con el Bendicional, y la imposición de manos del rito. Pero no es un sacramento, sino una ayuda extra del Señor, una bendición.

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    2. Javier yo estoy muy de acuerdo con lo acabas de escribir. Yo he vuelto a recaer en mi depresión y estoy muy mal, pero se que ese sacramento no se puedo tomar a la ligera como si fuera una medicación de choque. Cuando yo lo recibi ese dia que contaba antes era porque la idea de suicidio no me abandonaba y temia realmente por mi vida, o por el echo de herir a alguien, pues estaba con cambios muy bruscos de animos. A este anonimo yo le aconsejaria algo a mi me funciona y me biene muy bien, si me lo permite. Yo acudo y pido cita al parroco, y cunado el tiene un hueco voy y me confieso ssin prisas, a conciencia y le hablo y le cuento de mi como si realmente hablase con Jesús, y le pido que me imponga las manos y con la fuerza del Espiritu Santo me libre de lo malo que me atormenta. Seguro que Don Javier sabe explicar esto mejor. Una buena confesión y el poder del amor de Dios que nos lo pas la Iglesia como una corriente electrica, cura hasta lo fisico. No es que salgamos del todo curados, que tambien si es la voluntad de Dios se puede dar el caso. Yo comparto mi experiencia por si a otros os ayuda.
      La Paz.

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    3. Mento, lo ha explicado vd. muy bien.

      El sacramento de la Penitencia es una gran ayuda, pues comunica el Espíritu Santo, sobre todo para ese tipo de enfermedades psíquicas y morales que repercuten no tanto en el orden físico como en el espiritual (afectan a la virtud de la fe y de la esperanza).

      También cabría, si no hay por qué confesar, la Bendición de los enfermos, con la correspondiente imposición de manos.

      Su testimonio seguro que servirá a muchos enfermos que sean miembros de esta comunidad aunque no escriban ni sepamos quiénes son.

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  3. Mi familia y yo rezamos con Vd, Mento. Conocemos un poquito esa enfermedad recurrente que parece estar siempre volviendo a nuestras vidas. Se ha explicado Vd perfectamente.
    Don Javier he tenido alguna dificultad para descargar la catequesis, no por el sistema sino porque en materia de informática soy muy patosa, le he pedido ayuda a uno de mis insectos. Me parece perfecta la distinción entre el sacramento y el sacramental; es una lástima que se haga poco uso de los sacramentales.

    ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. ¡Dé gracias por ese insecto que la ha ayudado!

      ¿Sabe lo que tuve que liar yo, torpe entre los torpes informáticos, para subir los documentos a Google docs? Escribí a Miserere y él, con la paciencia infinita de un buen docente, me mandó una guía de instrucciones, hasta con imágenes, para que aprendiera a hacerlo. ¡Gracias Mise!

      Un beso cordial al insecto ayudante. Y otro para Vd. por querer descargar esos materiales.

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    2. Muchas gracias Julia Maria, se lo agradezco por que faltita me hace. No encuentro consuelo ni en los medicos que me tratan y pronto pasaré el tribunal medico y no me encuentro bien, esta es una enfermedad dificil. Gracias a que siento el amor de Dios acompañandome,si no... Los pensamientos suicidas que surgen sin uno quererlos me podrian. Muchas gracias

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  4. Buenas tardes Licenciado. Un tema interesante pues es un sacramento que aún me falta. Me apunto al apostolado de la fotocopia.Un fuerte abrazo.

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    1. Gracias NIP por lo de "Licenciado", pues nadie me ha llamado así nunca y mi grado académico de poco está sirviendo hasta ahora (sólo para los fieles directos de la parroquia que se quieran aprovechar y para los fieles del blog).

      El apostolado de la fotocopia será útil sin lugar a dudas. Un pequeño papel puede dar pistas y explicar cosas grandes con una síntesis necesaria.

      Un abrazo, querido amigo.

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  5. D. Javier, hace tiempo que falto. Solo vengo a desearle a todos un feliz y reparador sueño.

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