Un lector tiene delante, en el leccionario, un texto escrito con unas indicaciones ortográficas que le dan la pauta para leer: preguntas, exclamaciones, ideas principales, apartados o secciones (mediante párrafos)... y el punto, el punto y coma, el punto final.
¿Para qué? Para respirar, para que la duración de la pausa le permita al oyente entender... Sigamos las sugerencias de un pequeño libro, CNPL (Francia), Proclamar la Palabra, CCS, Madrid 2010, pp. 30-31. En el aspecto práctico ofrece muy buenos consejos; en otros puntos, es discutible.
-El oyente no tiene el texto delante; serán los cortes y las pausas que haga el lector, por los que se enterará de esos pequeños elementos que son determinantes para comprender una lectura. Es la puntuación: coma, punto, punto y coma, punto final.
-El lector ha de tener en cuenta que el sonido va siempre más deprisa que el sentido. Si lee, es evidente que no es solamente para que el sonido llegue a los oyentes, sino para que el sentido penetre su inteligencia y alcance su corazón. Las pausas son una ayuda grande.
-Pero para ello el lector debe preparar antes la lectura, teniendo en cuenta dónde están esas pausas y no leer atropelladamente, restándole sentido a la Comunicación divina de la Palabra.
Concretamente:
* La pausa es una parada momentánea, pero completa, de la dicción. Se hace después de un punto, al final de un párrafo o bien entre dos frases marcando un cambio de sentido o de estilo. Primer domingo de Adviento ciclo A: Isaías. Hay una pausa entre "Acerca de Judá y de Jerusalén" y "Al final de los días..."
Visión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y Jerusalén:
Al final de los días,
estará firme el monte de la casa del Señor
en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas.
Hacia él confluirán los gentiles,
caminarán pueblos numerosos.
Dirán: Venid, subamos al monte del Señor,
a la casa del Dios de Jacob.
El nos instruirá en sus caminos, y marcharemos por sus sendas.
Porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén la Palabra del Señor.
* El corte es neto pero más breve; es una parada en la dicción aunque, de tal manera, que el oyente tiene la certeza de que el texto tiene una continuación. Es el caso del punto al final de una frase, del punto y coma o de los dos puntos.
Un ejemplo:
"Todas las naciones / caminarán hacia ella,// pueblos numerosos / se pondrán en marcha,// y ellos dirán: /// Venid, / subamos al monte del Señor..."
El corte, por ejemplo, después de "ellos dirán..." sirve mentalmente al oyente para preguntarse: ¿qué dirán? y distinguir lo que dice el profeta de lo que exclaman los pueblos numerosos.
* La suspensión no es ni una pausa ni un corte, más bien es una especie de prolongación de una sílaba en espera de lo que sigue. No se dirá: "Sucederá en el futuro que la montaña...", ni tampoco: "sucederá en el futuro // que la montaña...", sino que se alargará un poco el final de "futuro". La suspensión es un procedimiento que ayuda a dar relevancia al siguiente término que se espera escuchar.
* Dar relieve no consiste en remarcarlo, mucho menos en remacharlo, sino en hacer esperar, desear. Dígase lo mismo de las exclamaciones: "¡Levántate, Jesuralén!" "¡Ay! Si supieras lo que conduce a la paz..."
¡Levántate, brilla, Jerusalén, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti!
Mira: las tinieblas cubren la tierra, y la oscuridad los pueblos, pero sobre ti amanecerá el Señor, su gloria aparecerá sobre ti.
Y caminarán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora.
Muchas gracias, Don Javier. Lo tendré en cuenta, cuando me toque leer las lecturas. Muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo cordial.
No me gusta leer y subir al prebiterio, pero tiene toda la razón. Leer bien con una buena entonación y bien pausado supone que los fieles nos enteremos de todo y que lo leído sea casi como un cántico celestial que nos llene el alma de la palabra de Dios.
ResponderEliminarGracias, D. Javier
Muy feliz y santo día para todos.
Es totalmente cierto que "el sonido va siempre más deprisa que el sentido" y si queremos salir y volver a la vida alimentados con la Palabra y no irnos de vacío, "es evidente que no es solamente para que el sonido llegue a los oyentes, sino para que el sentido penetre su inteligencia y alcance su corazón".
ResponderEliminarPor eso no se puede leer deprisa.
Y, como bien dice, las pausas y cortes son fundamentales porque si se hacen donde no se debe o al contrario, se dejan de hacer donde hace falta, se pierde totalmente el sentido del texto y no se comprende.
Creo que se suele ejercer una caridad mal entendida cuando, por no discriminar a nadie, se le ofrece o no se le niega a algunas personas que hagan las lecturas de la Misa, cuando se sabe que no lo hacen bien. A mi entender entonces, se falta a la caridad de toda la asamblea que se va sin su alimento.
El último pasaje de Isaías que ha puesto don Javier es de mis favoritos, no sólo por su significado sino porque es de una gran belleza en sí mismo. Pero lo más bueno es que ¡se puede decir de cada uno de nosotros!:
Fulano o Mengano, levántate, brilla, que llega tu Luz,
la gloria del Señor amanece sobre tí...
Las tinieblas cubren la tierra
pero sobre tí amanecerá el Señor...
La caridad que vd. recuerda en la práctica es difícil. ¿Cómo se le dice a alguien que "no" porque no acaba de leer bien? A veces se procura elegir a los lectores previamente y dejar un poco al margen a los malos lectores, pero estos reaccionan por otros criterios, sintiéndose heridos y envalentonándose.
EliminarEn otros casos excepcionales, bodas y demás, te los dan "prefabricados" y sólo queda tragar e intentar ensayar con ellos para que lo hagan lo mejor posible.
Se crean situaciones muy violentas, se lo aseguro, y yo a veces prefiero ya callar.
Que bien lo explica. Yo siempre le pido al Espiritu Santo que me ilumine cuando antes salir a leer. Que se sirva de mi y me ayude a hacerlo bien para que la palabra llegue y ya luego actue por si sola. Plocamar la palabra de Dios es un acto que necesita de nuestra humildad y del mismo modo que una madre lee un cuento a su hijo pequeño, con el mismo sentir debemos de leer, siendo nuestra prioridad que el sonido de nuestras palbras dichas sean para mayor Gloria de Dios.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada, sí.
Un abrazo.
hay que combinar dos cosas: la técnica (saber leer, pausas, entonación según el género literario de la lectura) y la disposición interior (saberse portavoz y altavoz de Dios, pedir el Espíritu Santo).
EliminarUn abrazo grande
Claro y sencillo, don Javier. Tiene razón aprendiz2, bellísimo Isaías que nos hace levantar el corazón en la gloria del Señor.
ResponderEliminar¡Qué Dios les bendiga!
Gracias por aclarar lo de las pausas, me parece que es importantísimo. Recordaba el día en que un hermano de una congregación muy entrado en años, quiso hacerme una corrección a las lecturas que hacía en las misas diarias,y me indicó que debía decir: ¡SALMO!, luego de finalizar la 1ª lectura. Solo le respondí con una sonrisa.
ResponderEliminarLe pregunto ahora Padre Javier,cual es la pausa correcta entre estas lecturas. Termino la 1ª lectura con "Palabra de Dios", mirando la Asamblea. Padre, el Salmo lo leo, mas vale que no entone,para cantarlo. Saludos a todos y orando por todos en esta Comunidad
Primera gran norma:
EliminarLO ROJO NUNCA SE LEE. Por tanto jamás se dirá "Primera lectura", "Segunda lectura", "salmo responsorial", etc.
Segundo:
Una pausa sencilla. Termina la aclamación "Te alabamos, Señor". Se respira y se comienza a leer la antífona del salmo responsorial (mejor si hay salmista que lo cante y los fieles responden).
Buenos días don Javier. Resultan unas instrucciones muy claras por su sencillez, el reto de poder expresarlo por escrito para poderlo entender -empresa nada fácil- lo supera aterrizando en el problema con genialidad, en especial lo de la suspensión, bueno que me ha encantado y naturalmente esto va derecho a la impresora. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por sus palabras.
EliminarLo que imprima... que se difunda en sus círculos, amigos, apostolado... etc.
Un abrazo
Don Javier, la casualidad me ha llevado a recalar en la web de la diócesis de Tuy-Vigo, donde se anuncia un:
ResponderEliminarCURSILLO PARA LECTORES DA PALABRA DE DEUS
... O curso ten como obxectivo principal formar lectores que saiban proclamar a Palabra de Deus con dignidade , con unción, e tamén con calidade técnica.
Tal vez sería algo para copiar y copiar por otras diócesis.
Saludos para Julia María y todos los demás.
He olvidado poner el enlace:
ResponderEliminarhttp://www.diocesetuivigo.org/informacion/noticias/02febreiro/lectores.html
Amigo, modestia aparte, hace unos años preparé un libro, "Escuela de lectores". Pero no tengo editorial ni capacidad para publicarlo así como así. Bastarían unos retoques, fruto de elementos nuevos que he ido viendo después de esos años. Tal vez, si el Señor abre caminos, pueda alguna vez publicarlo. Es formativo y práctico a la vez.
EliminarMuy bueno don Javier, Dios le bendiga
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