sábado, 2 de diciembre de 2023

Silencio en el Bautismo y Penitencia (Silencio - XXXII)



 En el bautismo de niños se cita la posibilidad de guardar unos momentos de silencio tras la homilía: 


“Esta celebración de la palabra de Dios consta de una o varias lecturas de la Sagrada Escritura, de la homilía, que puede acompañarse de un momento de silencio, y de la oración de los fieles…” (RBN 17).




También se marca el silencio para la celebración del Sacramento de la Penitencia en la forma B, es decir, celebración comunitaria con confesión y absolución individual.

            El rito inicial, tras el “Oremos” de la colecta, siempre deja el momento de silencio necesario para poder orar de verdad y que luego la oración del sacerdote “recolecte”, “recoja”, todas esas súplicas personales proferidas en silencio interior: “A continuación invita a todos a orar, y, después de un momento de silencio, dice la oración” (RP 23).

 

            Una de las posibilidades del ritual de la Penitencia es proclamar varias lecturas bíblicas dejando un espacio de silencio entre una y otra: “Puede elegirse una o más lecturas. Si se escogen varias, intercálese un salmo u otro canto apropiado o un espacio de silencio, para profundizar más la palabra de Dios y facilitar el asentimiento del corazón” (RP 24).

            Para que aflore mejor la voz de la conciencia, y prepararse bien acto sacramental de la Penitencia (forma B: con confesión y absolución individual), tras la homilía se debe, de nuevo, guardar silencio para realizar un personal e íntimo examen de conciencia:

            “Terminada la homilía, guárdese un tiempo suficiente de silencio para examinar la conciencia y suscitar una verdadera contrición de los pecados. El mismo presbítero, o un diácono, u otro ministro, pueden ayudar a los fieles con breves fórmulas o una plegaria titánica, teniendo en cuenta su condición, edad, etc.” (RP 26).


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