miércoles, 1 de mayo de 2013

El evangelio de Jn en Cuaresma y Pascua (y IX)



13. La oración sacerdotal de Jesús (Jn 17)

            Por último, la gran oración sacerdotal de Jesús, donde abre su corazón al Padre delante de sus discípulos, con claves preciosas: la unidad, la fe, la glorificación, el testimonio. Esta oración resume el significado último de toda la vida de Cristo.



            Jesús ora por los suyos. Esta es la división tripartita de la oración sacerdotal:


            1) Jesús ruega por sí mismo.

            2) Jesús ruega por los discípulos.

            3) Jesús ruega por los futuros creyentes.


 Y así se distribuye en la liturgia, con sus correspondientes títulos:

Martes VII: Jn 17, 1-11ª, “Padre, glorifica a tu Hijo”.

Miércoles VII: Jn 17, 11b-19, “Que sean uno, como nosotros”.

Jueves VII: Jn 17, 20-26, “Que sean completamente uno”.


14. Balance

            Todo leído en Pascua, a la luz de su Gloria, simbolizada claramente con el cirio pascual junto al ambón de las Escrituras; Gloria que hemos conocido en la Adoración de la Cruz y en la explosión de Vida de la santa Vigilia pascual.

            Así podemos ver las diferencias de acento del evangelio de san Juan, distribuido en el rito romano entre Cuaresma (la confrontación, la incredulidad, el drama) y la cincuentena pascual (la vida sacramental, la acción de Cristo y del Paráclito). Esta es la clave para entender la lectura ferial del evangelio en Cuaresma y en Pascua de nuestro leccionario actual donde “se conserva asimismo la tradición, tanto occidental como oriental, de leer el Evangelio de san Juan en las últimas semanas de Cuaresma y en el tiempo pascual” (OLM 74).

            Así, conociendo sumariamente la estructura del evangelio de san Juan y algunos de sus rasgos estilísticos y teológicos, podremos sacar mayor jugo a su distribución cuaresmal y a la selección que se ofrece para la Pascua.


9 comentarios:

  1. La oración de Jesús, como sumo sacerdote del gran día de la Expiación, que evoca la liturgia del Yom Hakkippuri, la realiza en el más estricto sentido de la palabra, convirtiendo el rito en la realidad que significa. La oración sacerdotal como autoentrega de Jesús constituye el nuevo culto y está internamente unida con la Eucaristía.

    Santificar, consagrar, segregación y misión forman una única realidad completa porque Jesús, el Santo de Dios, el que le pertenece por entero, es su enviado, todo su ser es “ser enviado” a los hombres. Entonces “Santifícalos en la verdad. Me consagro yo para que también se consagren ellos en verdad”, implica a los discípulos en la consagración de Jesús, en la conversión en propiedad de Dios y, con ello, en su envío al mundo con todo su ser. La verdad es el baño que purifica, la vestidura y la unción.

    El vasto horizonte de la comunidad futura de los creyentes, la Iglesia, está incluida en la plegaria de Jesús. El Señor repite por cuatro veces la petición de unidad y en dos de ellas para que el mundo crea ¿Qué unidad ha pedido Jesús? Esta unidad se funda en la unidad entre el Padre y el Hijo, unidad que supera la tendencia humana a la disgregación, y no es una unidad invisible, aunque lo sea en su núcleo, porque la fuerza de Dios actúa entrando en medio del mundo en que viven los discípulos (se hizo carne). Unidad que permita al mundo reconocerla y llegar así a la fe. Unidad no teórica, ni invisible, ni de mínimos, ni subjetiva, ni parcial, sino unidad de facto, unidad que es también la fuente originaria de la eficacia de la misión cristiana en el mundo.

    Aunque mi comentario no pueda calificarse como "exposición sumaria", me excusa que sea difícil no entusiasmarse leyendo la oración sacerdotal de Jesús.

    Unidos en oración ¡Qué Dios les bendiga!

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    1. Fe de erratas. donde dice -me excusa-, debe decir "me excusa" (era broma)

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    2. Doña Julia María:

      Imposible para mí entrar ya en el contenido profundo del comentario.

      Pero queda excusadísima de su largura y anchura, por supuesto. ¿No se da cuenta de que cada vez escriben menos en este blog? ¿Estarán huyendo cansados de leer lo que escribo? ¡Puf!

      Escriba cuanto quiera, ya lo sabe.

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    3. Ese no puede ser el motivo pues lo que escribe, las entradas, no producen cansancio sino que conducen a profundizar en nuestra fe. Lo que si he comprobado en la red es que, en general, los blogs que acumulan más comentarios son los que contienen noticias polémicas. Muchas veces la respuesta no tiene relación alguna con el evangelizador ni con sus métodos sino con los oyentes/lectores.

      Yo también echo de menos a los comentaristas habituales; lo más probable sea que estén muy ocupados. En todo caso no estaría mal que, en el aliento de la nueva evangelización, los católicos hiciésemos extensivas las palabras de Pablo, "no abandonéis vuestra asamblea…, antes bien, animaos mutuamente”, más allá de la Santa Misa a los foros de encuentro y formación como este blog, pues cada uno de nosotros en su singularidad somos insustituibles; si no estamos presentes, lo que cada uno puede hacer nadie lo hará y todos nos necesitamos.

      Por cierto ¿cómo lleva la tesis?

      Buenas noches.

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  2. Padre, Julia María, he de reconocer que sus exposiciones me resultan absolutamente brillantes, apabullantes, lucidez y claridad condensadas.
    Yo, personalmente ando renqueante, con el CRISTO cotidiano, que me sale al paso todos los días. Es decir, con ese hermano, que DIOS me acerca a mi vida cotidiana, y hacia el que tengo la misión de sentirme uno. Yo, pecador terco y recalcitrante, me las veo y me las deseo para arrancarme de las entrañas esa unidad, y que de esas entrañas salga esa unidad llena del AMOR de CRISTO. En fin, por aquí ando en esos menesteres mucho más perdido que encontrado. Y que DIOS ande en lo suyo, mientras yo me pierdo, que es el encontrarme. Alabado sea DIOS.
    Una vez más, muchas gracias por todo. Sigo rezando. DIOS les bendiga.

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    1. Me avisan de la referencia que hace en su comentario. Gracias por sus amables palabras pero no hay nada admirable en mí si no es, en lo que pueda así resultar, la constatación de la trasmisión de la fe por el medio habitual de trasmisión; en la Vigilia Pascual encendemos nuestras velas en otras velas previamente encendidas. No soy nada original ni pretendo serlo, nada de lo que poco que pueda saber es propio, todo me lo ha enseñado, y me lo sigue enseñando, la Iglesia: mis padres, mis monjas, mis santos, el Magisterio y los sacerdotes siempre presentes en mi vida. Ellos han sido y son manifestaciones de la gracia divina; a todos ellos pertenece lo que hay de positivo, a mí los despistes, las dudas, las incoherencias… y el esfuerzo por responder al profundo amor a la verdad que Dios me regaló.

      Un saludo

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    2. Antonio Sebastián:

      Luchemos, pero luchemos con firmeza, con determinada determinación para dejarlo todo y entregarnos de veras a Cristo. Como san Pablo: olvidando lo que queda atrás, lanzarse hacia adelante, corriendo hacia la meta...

      Saludos.

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    3. Muchas gracias, Padre por sus saludos. En ello estamos aunque más que corriendo cojitranco.

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  3. Julia María, siempre he admirado a las personas que están formadas. Me parece algo meritorio y es algo que admiro. Yo no lo estoy.

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